Capítulo 18

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Prontos fueron los flashbacks que realizaban su aparición; llegando a sus memorias el mayor de los Uchihas y sus acostumbradas frases envueltas en exageración.

'Tsunade Senyu era la sirvienta favorita de Sasuke...'

"¿¡De verdad me parezco tanto a Tsunade Senyu?!" Aquella faz de estupor en Sasuke cada que ése nombre era referido, el ambiente se tornaba engorroso y atemorizante, como si se tratara de apaciguar aguas furiosas en una tormenta eléctrica, el único modo de supervivencia era perseverar a que la tempestad llegase a su culmino. Independientemente de si le gustase o no, el nombre de aquella fémina seguía persistiendo con fuerza en su mente, ofuscándola a tal punto de que sus emociones salieran a flote frente al azabache.
Fue sacada con prisa de sus pensamientos por el atento pisar de Naruto que le daba la espalda.

—En realidad esto debería decírtelo el mismo Sasuke, de esa forma, ¿tendría más significado para ti, no?—verbalizó con pena. —Perdona, he metido mis narices donde no me han llamado.

—Descuida, está bien. —respondió con serenidad la pelirrosa.

—Entonces, descansa, buenas noches. —se despidió breve el ojiazul.

Una vez dentro de la alcoba, le resultaba con dificultad recobrar el sueño y el inminente sentimiento de que algo estaba inconcluso no favorecía la situación. La luminosidad expuesta únicamente por una bombilla en la habitación parecía ser el factor por el cual se perdiera con profundidad otra vez consigo misma en cavilaciones.

"Cuando estaba pensando en Tsunade Senyu, fui consiente de algo más, y es que no deseo comprender a Sasuke a través del pasado de otras personas, así como también estoy siendo consiente de..." fue cuando arribaron a sus memorias el modesto e irónico tono del Uchiha mayor

'Asumo que no sabes qué tipo de expresión hacías mientras se besaban.'

"Acaso realmente yo... ¿me he enamorado de él?" Ambos pómulos tersos tomaron una coloración carmesí y en medida del tiempo, más era la expansión por su rostro que trató de disimular, cubriéndolo con vergüenza, al percatarse de ello intentó recobrar la compostura en un intenso análisis de sus pensamientos.

—¡No! ¡tengo que controlarme!—vociferó sin dar importancia en ello, hundiendo con brusquedad su fisionomía en busca de un confórt en la almohada.

—¿Controlarte en qué?—inquirió una voz a sus espaldas, sintiendo con cercanía un aroma familiar, permitiéndose encarar aquel misterioso individuo que resultó ser el dueño de su mezcolanza.

—¡¿S-Sasuke?!—respondió con sorpresa con un intento de levantarse del colchón, viéndose tal azaña como inconclusa por la intromisión de una mano en su liso abdomen.

Dulces Mordidas | Adaptación SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora