Capítulo 17

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Las horas empezaban a ser tormentosas, tanta era la preocupación y estrés del azabache que no se permitía desunir su mirada ni un segundo de la pelirrosa tendida en el colchón con vendajes previos arribando su cuello y miembros inferiores a consecuencia de haber pasado excesivas horas en el gélido entorno y la abundante cantidad de sangre perdida produjo una hipotermia que la consumió, por lo que era urgente que su temperatura se normalizara.

La culpa era abismal, se lamentaba tanto haberla ignorado sabiendo perfectamente que era vulnerable, cualquiera podría hacerla añicos y con ello destrozar su poca estabilidad emocional; ahora lo sabía, ella era esa estabilidad que no sabía que necesitaba pero una vez en su vida, todo pareció ser más sencillo y hasta cierto punto mucho más feliz, esa emoción, ése sentimiento que creyó perdido y que ahora ante sus ojos se desvanecía.

Solo esperaba ansioso que su pelirrosa abriera sus párpados cansados inspeccionándolo con esa fascia de incertidumbre que lo divertía tanto. Era verdad, la extrañaba todo el tiempo, incluso en ese momento lo hacía.

Fue sacado de sus pensamientos por la intromisión de Naruto, quien lo observaba inquieto a espaldas suyas.

—Sasuke, el doctor ya ha dicho que está fuera de peligro, deberías tomar un descanso.— mencionó  el rubio.

El azabache no respondió y se dispuso a cambiar el tema.

—¿Qué tal la situación de Karin?—cuestinó con desinterés.

—Ella ya admitió que sólo quería tomar su sangre, sin embargo, su objetivo fue interrumpido.

—¿Por ése hombre de negro?

—Exacto, además, el arma que esa persona usó para apuñalar a Karin-san es una daga de plata.

La sorpresa no se hizo espera por parte de ambos con ello un inconveniente más agregado a la lista.

—En este país todos los intrumentos y armamentos de plata fueron destruídos, además, todos los años hacen una revisión. —verbalizó intranquilo el Uchiha.

—Hace 10 años los cazadores condujeron a los civiles a hacer un levantamiento, no hay garantía de que los peces se hayan escurrido de la red.

—¿Estás diciendo que ese hombre de negro, es un cazador?—comentó Sasuke.

—No se descarta esa posibilidad.—arguyó el pelirrubio.

—Si la situación resulta ser así, entonces no es algo tan simple, este caso déjalo en manos de los ancianos.

—Esto ocurrió en el instituto, ¿lo correcto no sería informárselo al director?

—Mi hermano ya se ha encargado suficiente.—confesó con sarcasmo, refiriéndose a que no ha hecho absolutamente nada por su bien, cosa que no quedó desapercibida por parte de rubio que rió con su comentario.

Dulces Mordidas | Adaptación SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora