Capítulo 06

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A la entrada del gran alba rimbombante, con la incandescente luz solar asomándose y esclareciendo todo espacio fosco presente, en presencia de melodiosos piar por las cimas de fuertes y verdosos abetos

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A la entrada del gran alba rimbombante, con la incandescente luz solar asomándose y esclareciendo todo espacio fosco presente, en presencia de melodiosos piar por las cimas de fuertes y verdosos abetos.
Un modesto y armónico pueblo incoando sus deberes comerciales del día; con cierto joven de cabellera rosada de expresión dulce y sentimental como la de una persona que busca siempre un final feliz, con despampanantes ojos verdes luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles, con una mirada sosiega, acompañado de prendas claras, limpias con un acostumbrado suéter azul cielo, presuroso por salir sin importar las circunstancias.

—Ahh, ¡Satoru! ¿tan temprano hoy?- cuestionaron dos mujeres paseando cerca de la residencia.

—Si, hoy es el día en que mi hermana acordó que volvería.—respondió el chico emboscando una gentil y gran sonrisa reluciente, en óptimas condiciones entrecerrando ligeramente sus ojos.

—Escuché que tu hermana es una estudiante de un instituto de la capital, ¡realmente no está nada mal!— sostuvieron las mujeres entusiasmadas, pero gesto del niñato se tornó sombría, desapareciendo en conjunto con su sonrisa.

—Ah... sí, bueno, quizás ya esté a punto de llegar iré a recogerla—el chico se dispuso a partir, despidiéndose jubiloso de ambas damas.

—Ten cuidado Satoru— replicaron al unisono antes de que se desvaneciera de su vista— Este niño siendo tan joven ya está sufriendo una grave enfermedad cardíaca, realmente es inevitable.— Ambas mujeres bajando la mirada en señal de lastima, siguieron caminando con la conversación aún en pie.

—Es cierto, de lo contrario con su buena apariencia sin duda hubiera sido fijado por los sangre pura de todas las edades ¿no? realmente un desperdicio.

Satoru recargado sobre la barda grisácea de un estrecho callejón, siguió evocando aquellas palabras previas de las mujeres. "Si no fuera por el dinero de la beca que mi hermana obtiene para cubrir los gastos de mi tratamiento... Ella definitivamente no entraría a ese tipo de escuela, privilegiada y plagada de vampiros" Entre más se culpaba más doloroso era para él que su hermana tuviera que cargar con él.

—Perdona, ¿eres el hermano pequeño de Sakura Haruno? ¿Satoru Haruno?—inquirió cierta voz femenina a las espaldas del pelirrosado, el cuál al mirar por detrás se encontró con una chica con atuendo de colegiala, el mismo uniforme de la escuela a la que asistía su hermana.

—¿Por?—respondió con cierta duda.

—Soy compañera de tu hermana, le sucedió algo en la escuela...

Esas simples palabras provocaron que una incomodidad surgiera entre su pecho, descendiendo hasta su estómago y permaneciendo ahí, el miedo invadió cada centímetro de su cuerpo, temiendo perder a su hermana.

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Por otro lado, en la mansión Uchiha cierto azabache se acercó a las sirvientas con una pronunciada inquietud.

Dulces Mordidas | Adaptación SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora