Capítulo Seis

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Él despertó cuando el sol dio por la ventana y el perfume de ella le dio en la nariz.
Víctor se giró y se percató de la belleza de Katherine. Algo que le hizo recordar cómo se conocieron. Y aunque su corazón seguía de luto por la muerte de su esposa, ella fue su rayo de luz entre tantas tinieblas al cabo de dos años de amistad.
También recordó que le dijo todo sobre su vida y él la aceptó. Aunque solo tuvieron varios roces desde entonces. Fue por eso por lo que le pidió el favor y ella lo rechazo. Aunque luego fuese su hermano quien pacto con Víctor la educación de Anne a cambio de la mano de su hija.
Katherine comenzó a despertar.
Cuando ella se percató en breve que Víctor la observaba sin parar, esta le dijo:
―¿Qué es lo que tengo?
―Nada ―respondió―. Te miraba mientras que recordaba cómo nos conocimos.
―Ya.
Ambos hicieron una pausa y ella pensó en lo que Víctor acababa de decir:
―Sabes que lo nuestro no es formal, ¿verdad? Lo nuestro es sin compromiso. Y yo no quiero comprometerme. Ya lo sabes.
―Lo sé. Tranquila y a mis casi sesenta años tampoco quiero nada estable. Mas aun teniendo a una hija que me ha dado muchos problemas después de ver morir a mi difunta esposa.
El silencio se hizo por unos momentos, hasta que Víctor le preguntó:
―¿Cómo está mi hija?
―Tu hija está bien ―le respondió―. Kilian regresó de su viaje y le está aplicando sus métodos de educación.
―Tú sabes que no me gusta para mi hija, la vida de Las Cumbres.
―Entonces, ¿por qué le entregaste a Kilian su educación?
―Por qué pensé que la educaría.
―Y lo está haciendo. Confía en él.
―Ya lo he hecho. Pero a cambio, me ha prohibido verla.
―Y a mí, darte información de ella.
Ambos hicieron una breve pausa:
―Conseguiré que puedas verla. Pero no te prometo nada, Víctor ―le dijo ella.
―Gracias, Katherine.
―Pero te pido algo a cambio.
―¿Qué cosa?
―Tu ya sabes lo que deseo.
Y Katherine se pudo encima de él y este le dio lo que ella le estaba reclamando.

Él despertó cuando tuvo uno de esos sueños en los que solía hacerlo excitado.
Kilian levantó su cuerpo aun vestido con la ropa del día anterior y pensó en una de las chicas de la mansión. Pero cuando escuchó a Anne gemir, caminó hasta la mazmorra para saber que le pasaba. Y a su suerte, conseguir otro orgasmo de ella.
Él entró en la mazmorra poco después y vio a Anne intentando quitase las cuerdas que le puso el día anterior para poseerla.
Él se acercó a ella y un poco después, cogió las muñecas de Anne y le dijo:
―No lo intentes. Están bien atadas y que van a costarte mucho desatarlas.
Ella balbuceo y este le quitó la mordaza.
Anne tragó saliva y Kilian la levantó enseguida.
―¿Qué vas a hacerme? ―le preguntó ella.
―Aun te lo preguntas ―le respondió―. Voy a depilarte y quizás voy a saborear tu coño después.
―No vuelvas a tocarme.
―Yo no recibí tus órdenes.
Kilian le dio dos palmadas en el trasero y ella se quejó.
―Lo que más me gusta del deseo es poder cumplirlo ―le dijo―. Y cada vez que te resistes, te conviertes en mi mayor deseo, Anne Fermosel.
Hizo una breve pausa.
―Y últimamente te estas convirtiendo en lo único que deseo tomar y hacer mio.
―Yo no soy de nadie.
Kilian puso a Anne sobre la cama y le abrió las piernas.
―Tú me pertenecer. Y no saldrás de Las Cumbres al menos que lo hagas conmigo o muerta.
Kilian tocó su coño y ella cerró las piernas de pronto.
―Voy a depilarte. No cierres las piernas al menos que quieras que te corte con la cuchilla.
Kilian volvió a abrirle las piernas de Anne y ella solo se limitó a escuchar el silencio. Pero no aguantó mucho en un silencio que le parecía absurdo.
―Podrías quitarme el antifaz, por favor. Quiero ver que estás haciendo.
―Si ―Kilian paró de hacer lo que estaba haciendo―. Voy a desatarte y te la quitas tú, mientras continúo depilándote.
―Puedo hacerlo yo.
―No voy a dejar que te toques tu. Ya conoces el motivo.
Kilian desató los brazos de Anne y en breve, ella se quitó el antifaz.
Por unos momentos, ella se quedó ciega. Mientras que recuperaba la vista; Kilian continuó depilándola.
―¿Cuál fue el trato con mi padre? ―le preguntó ella.
―Ya te lo dije ―respondió―. Tu mano en matrimonio a cambio de tu educación y saldar sus deudas.
―¡Mi educación! Como si se tratara de un animal.
―Si. Todo lo que ha pasado de aquí hacia atrás ha hecho que tu padre te encierre en estas cuatro paredes. Incluso también por lo que pasó antes de morir tu madre.
Pero ella no le dijo nada.
Kilian terminó al cabo de unos minutos de depilarle y cuando observó lo que tenía delante, comenzó a tocarle.
―¡No!
Anne cerró las piernas y Kilian volvió a abrirle las piernas.
Ella se levantó enseguida y le pegó una bofetada a Kilian.
Este se enfureció. Pero no le dijo nada. Salvo que después de unos segundos de silencio, este le dijo:
―Dúchate. Te espero para desayunar en el salón.
Anne comenzó a respirar entrecortadamente y comenzó a pensar en lo que estaba por venir. Por lo que decidió quedarse ahí, hasta que las tempestades se calmaran. Pero ella sabía que, si él estaba furioso, las cosas podrían irle mal. Y ya obtuvo la respuesta cuando la dominó el día anterior tras intentar escapar.

Pasiones Ocultas (Mi Amuleto #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora