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-NARRADOR OMNISCIENTE-

Después de unos minutos Niall ya tenía todo ordenado. Cogió sus bolsos y caminó con dificultad hacia la sala. Allí estaba Zayn, parado en el marco de la puerta, también estaba Louis y Harry sentados en el sofá. Este último solo miraba a Zayn como si lo quisiera asesinar con la mirada, su rostro estaba demasiado rojo y desprendía un aura de maldad que al rubio le dio miedo.

Miró a Louis, sin querer mirar al chico de ojos verdes que estaba a su lado. Miró esos ojos celestes y pequeño con decepción.

No quiso decir más y solo se fue. Zayn le ayudó a llevar sus bolsos y bajaron juntos hasta llegar al último piso y poder salir al exterior en donde estaba su automóvil.

Cuando llegaron al departamento, Niall solo se bajó y caminó con dificultad hasta la entrada seguido por Zayn. Subieron a su departamento y Niall solo sintió el amargo ambiente de aquel lugar en donde vivió unos años. Se acordó perfectamente del día en donde Zayn le había pegado. Tragó saliva y solo se sentó en el sofá sin querer siquiera pensar.

Mientras Zayn cerraba la puerta, el menor se tapaba el rostro con cuidado, no quería llorar. Incluso le dolía por dentro y por fuera.

El pelinegro dejó los bolsos en la alfombra y se sentó a un lado del rubio. Le abrazó con cuidado tratando de que no le duela nada al hacerlo, y besó su cuello con ternura.

- Tranquilo… -le susurró.

- Zayn, p-por favor… -murmuró débilmente el menor, sintiéndome su corazón latiendo muy rápido en su pecho, desesperándolo- Déjame so-solo…

Y de pronto Niall estalló en un fuerte quejido que avisó sus prontas lágrimas, que bajaron como cataratas por sus mejillas. Sus codos se bajaron a sus rodillas y sus brazos se dejaron caer horizontalmente para apoyar su frente en el antebrazo. Zayn sin poder ver su rostro, puso una mano en su espalda y comenzó a moverla lentamente, mostrándole que él estaba allí para cuidarlo.

- Basta. –dijo Niall, se desató de su posición y puso su espalda derecha para poder mirar a Zayn. Su rostro estaba totalmente rojo, sus labios se veían más rosados y sus ojos parecían haber sido impactados por algún producto químico que los irritara. Frunció los labios hacia abajo y se mordió la lengua para evitar un gemido que provocaría más lágrimas. Sus ojos solo miraron intensamente a Zayn, suplicándole- Déjame solo. –exigió otra vez con sinceridad.

- No te dejaré, Niall. No puedo dejarte solo en estas condiciones.

El rubio solo suspiró y miró hacia adelante. Sacó con molestia la mano del pelinegro que aún seguía posada en su espalda, luego se limpió las lágrimas brutamente y trató de controlar su respiración.

- Niall.

- No hables… -susurró.

- Niall yo…

- ¡Dios, Zayn, que terco eres! –Le gritó histéricamente, interrumpiéndole- ¡No estoy en condiciones para hablar!

El pelinegro se sintió ofendido. Después de todo solo quería apoyar a su pequeño rubiecito, no quería que estuviese mal y menos por alguien que no era para él.

El rubio se sintió mal por haberle gritado a Zayn, pero había explotado. No quería hablar y prefería estar solo, sabía que tarde o temprano el mayor le haría una charla sobre Louis, o quizás la luz divina haría que nada pasara y rogaba a todos los dioses del mundo y a los que no conocía para que la segunda opción fuera posible.

Zayn se levantó de su lugar y caminó a la cocina, llenó un vaso con agua y caminó otra vez a la sala. Se lo tendió a Niall, este le miró y luego al vaso, cediendo en cogerlo y finalmente tomando del líquido, terminándoselo en un momento. Su garganta estaba seca y no se había dado cuenta de la sed que sentía.

Vicio [Ziall]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora