Capítulo 2: "No lo arruines"

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- Lo siento Brillitos, es necesario.- dice Louis a su amiga. 

 Es viernes, la gran carrera se llevaría a cabo el día de hoy y él esta bastante nervioso.

- Lo entiendo Lou, pero podrías conseguir dinero con un trabajo de medio tiempo o algo así, sin arriesgar tu vida.- April dice buscando hacer contacto con los azules ojos de Louis. Han sido amigos desde que él se ha mudado a su barrio. Hace -al menos- cuatro años atrás. Siempre ha sido muy atenta con él y toda su familia. Cuando se conocieron, ella llevaba puesto un vestido púrpura lleno de brillos, simulando ser una princesa para el cumpleaños de una pequeña del mismo barrio. De ahí viene el cariñoso apodo de parte de Louis.

-Sabes que no es fácil conseguir un empleo de un día para otro.-El joven ojiazul quita la vista de la tabla de picar un momento- Además, son aburridos. -vuelve su atención a la comida que preparaba.

-Y tú sabes perfectamente que no puedes correr para siempre.- la joven coloca sus manos sobre las de Louis para luego quitarle el cuchillo de éstas- Tienes hermanos que crecerán y no seguirán tragándose lo del taxista. -dice seriamente para luego echar una mirada al plato de verduras sobre la mesada. Empuja a Louis de su lugar en la barra de la cocina y comienza a picar cebollas.- Ve a ver por Ernest y Doris, porque de cocinero eres pésimo.-dice y suelta una risa contagiosa. Ambos sonríen.

-Por cierto, gracias por llevártelos ayer por la noche, eres la mejor en el mundo.-se escucha al joven decir desde la sala. Luego se escuchan algunas risas por parte de April y un "de nada" detrás del sonido de cacerolas y sartenes cayendo.

-¿Estás bien...Ap...- se escuchan tres golpes metálicos más y una sonora carcajada- ¿Quién es el mejor en la cocina, eh?- y el muchacho se pone a reír también.


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 -¿Dónde diablos están mis bolsos?- pregunta furioso Harry a uno de sus asistentes.

-Enseguida se los traen, joven.- habla tranquilamente el hombre. A parte de un bufido, no hay respuesta de parte del chico.

 El vuelo ha sido tranquilo, todos pudieron dormir al menos varias horas antes de volver y encontrarse con cientos de paparazzis con sus cámaras buscando una perfecta toma para la nota del día.

-¡Harry!- llama un un joven de cabello rubio y unos bonitos ojos azules. Harry voltea inmediatamente al reconocer esa  voz.

-¡Niall!- ambos jóvenes se saludan.-¿Dónde está el otro marica?-pregunta Harry refiriéndose a Liam.

- Sólo yo puedo usar esa palabra, marica.-una voz dice a sus espaldas- Bienvenido, mocoso.- sonríe- Fueron unos largos seis meses para Londres debido a tu ausencia, Harry.- Liam intenta poner una cara seria pero al ver la expresión de su amigo se echa a reír ruidosamente.

-Eres un idiota, Liam.- dice y continúan riendo.

 Luego del reencuentro, Liam y Niall fueron al departamento de Harry. Tenían que resumir seis meses de sus vidas en una hora para poner al día a su ruloso amigo.

  A las 6:30 p.m.; puntual, como siempre, el chófer personal de Harry tocaba a su puerta. Faltaba media hora para la reunión y él aún se encontraba sentado en el sillón con sus amigos, devorando una pizza y bebiendo alguna que otra cerveza. Harry se levanta a ver quien interrumpe en su hogar.

-¡Diablos, se me olvidó!- exclama el rizado al atender y ver de quien se trataba. -Dame quince minutos, Matthew.- Su par de amigos se queda sentado viéndolo con cara rara, mientras que él solo corre de un sector a otro buscando algunas prendas.-¡Diablos!- vuelve a decir al notar dónde se encuentran sus ropas. -Liam, Niall, saquen algo que ponerme. Dentro de mis maletas está todo mi closeth. Me ducharé en cinco minutos. -dice rápidamente y cierra de un portazo el baño.

Race to Hapiness.  ~Larry Stylinson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora