Race to Hapiness. ~Larry Stylinson~

Capítulo 5: "La culpa del día después"

-¿Styles, Payne y Horan?- Una policía se acerca a la celda que compartían los tres chicos. Lleva un uniforme azul descuidadamente planchado y con manchas de café, tiene una libreta en las manos y oscuras ojeras debajo de sus ojos. Harry, Liam y Niall levantan sus cabezas hacia la mujer.-Ya pueden marcharse, todo está pagado. Lamentamos en inconveniente.-dice,  abre la celda y se retira.Detrás de ella van los tres jóvenes.

 Los muchachos se notan muy cansados, no durmieron en absoluto y sus cabezas estaban al borde de estallar. Ninguno recordaba mucho de lo sucedido la noche anterior, sólo pequeños vagos recuerdos. 

 Harry tenía uno en particular, unos ojos azules que no salían de sus pensamientos. 

Se dirigieron hasta la salida de la comisaría luego de firmar algunos papeles. El sol les dió de lleno en sus caras, puesto que eran casi las diez de la mañana. Estacionada al lado de la vereda, una brillante camioneta negra y con los cristales polarizados esperaba a los chicos. 

 Al rededor de ellos se encontraban muchos paparrazis, todos con gigantescas cámaras y cegadores flashes que hacían que a Harry le doliera mucho más la cabeza. Se maldijo a si mismo por ser reconocido. 

 Una vez dentro del vehículo, Niall decidió romper el silencio en el que se encontraban.

-Los odio, a ambos. Los odio mucho, de veras.- dijo escondiendo su rostro con su brazo.- Podría estar superando esta horrible resaca en mi cama calentita, en mi departamento.

-Calla, idiota. Va a explotar mi cerebro.- 

-Calla tú, Liam. Todo esto es tu culpa. Tu nos ofreciste ir a esa estúpida carrera.- dice irritado Niall.

-De última, todo más culpa de Harry por quedarse y participar.- dice Liam defendiéndose.

-¡Callen ambos, maldita sea!- El menor de los tres amigos por fín habló. 

 Los recuerdos comenzaban a llegar de a poco. Harry sentía por alguna extraña razón una especie de ansiedad por recordar, y eso le asustaba un poco.

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-¿Ya están listos todos?- pregunta Zayn.

-¡SIIIIII!- responden Phoebe, Daisy y Louis. Las pequeñas salen por la puerta corriendo, mientras que Zayn va detrás de ellas cargando a los gemelos Ernest y Doris Tomlinson. Louis se despide de su madre quien se encontraba recostada en el sillón leyendo un libro. 

-Adiós, Boo. Cuídate.- No era necesario decirle a su hijo que cuide a sus hermanos, ya que sabía que él los protegería con su vida y ella estaba muy orgullosa de eso. 

-Adiós, Jay.-Saluda desde afuera Zayn. Jay devuelve el saludo y todos se marchan.

  Louis llevó a sus hermanos a desayunar a algún restaurante del centro de la ciudad. La noche anterior había ganado mucho dinero, y aunque hubo algunos problemas, salió ileso, por suerte. Aunque había despertado temprano y muy cansado, por alguna extraña razón se sentía feliz. Decidió que era tiempo de darse un gusto y también a sus hermanos. 

 Zayn también se encontraba muy feliz, porque su amigo había superado sus problemas. Louis le había llamado temprano para invitarlo a tomar un café y él acepto gustosamente, y ahora estaba aquí, con dos pares de gemelos a su alrededor. Suspiró. Era díficil cuidar de ellos mientras su amigo pedía sus órdenes. Se imaginó lo agotador que sería hacerlo todos los días y salir hasta altas horas de la noche diariamente sin casi poder descansar. 

 Él nunca podría imaginarse haciéndolo él mismo, solo su amigo era lo suficientemente fuerte para hacerlo.

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