GUERRA | desde la primera vez que los vengadores pisaron la tierra, nada nunca más volvió a ser lo mismo. Especialmente para Tony Stark, el tipo más egocéntrico de la tierra que siempre se imaginó salvando el mundo solo.
Hasta que una niña de pelo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
{ Un robot demoníaco llamado Ultron. }
⎊
- Domingo - 16:43, Torre de los Vengadores.
El sudor que corría por su frente era definitivamente lo único que podía sentir en ese momento, Stella casi se desmaya por el esfuerzo. Habían pasado catorce días desde que empezó todo, las cosas parecían haberse ido un poco de las manos al principio, pero ahora la chica se sentía mejor. El pequeño altavoz rojo estaba reproduciendo -casi totalmente en silencio- Fools de Troye Sivan. Para ella, la mejor manera de concentrarse en las cosas era con buena música de fondo. Así que cuando le llegó el primer puñetazo, logró esquivarlo perfectamente, levantando las dos manos por encima de la cara, en defensa propia.
Hacía tiempo que la vida de esas personas, se había convertido en su vida real. Todo había cambiado, más concretamente su antigua vida había muerto prácticamente por completo. No es que le gustara estar allí, de hecho lo odiaba. Pero, la compañía de algunos de ellos hizo que todo fuera un poco más llevadero. Aunque era consciente de que había sido convertida en conejillo de indias por quién sabe quién, Stella seguía deseando poder volver a vivir con normalidad. Estaba en el último semestre de la universidad -esto fue hace un año-, sus amigos probablemente pensaron que se había rendido, ya que estaba enfrentando algunos problemas en ese momento.
La falta de dinero ya no era nueva, prácticamente creció buscando siempre la forma más fácil de no morir de hambre. A veces no podía, por supuesto. Así que pasaba unos días sin comer, para poder pagar al menos sus libros de la universidad... Lo que hoy en día no parecía importar mucho, ya que había sido secuestrada por unos locos llamados hydra. Al menos así los llamaban los de allí, ah, por no hablar de la parte de que su ADN había sido completamente modificado en algo de lo que no tenía ni idea. Y aparentemente, tampoco lo hicieron todos los demás allí. Tal vez esa sea la razón específica por la que ha estado atrapada en esa torre durante quince días.
— Creo que es suficiente por hoy. —La voz de Steve la devolvió a la realidad. Los ojos azules del hombre que tenía delante parecían escudriñar los suyos. Era sorprendente la habilidad con la que él siempre parecía saber lo que ella estaba pensando.
Rogers se desató los guantes negros de la mano, observando con mirada fija a la chica hacer lo mismo. Kieran dejó escapar un largo suspiro y se alisó la cola de caballo, que se estaba deshaciendo.
— ¿Cómo lo estoy haciendo? — Frunció el ceño, era una rareza que el hombre había notado hace tiempo. Cada vez que parecía preocupada, lo hacía.
— Mucho mejor que tu primer día. — era sincero. Apoyó ambas manos en su cintura, mirándola con su expresión excesivamente pacífica. —Sabes que no tienes que hacer esto, ¿verdad?
