GUERRA | desde la primera vez que los vengadores pisaron la tierra, nada nunca más volvió a ser lo mismo. Especialmente para Tony Stark, el tipo más egocéntrico de la tierra que siempre se imaginó salvando el mundo solo.
Hasta que una niña de pelo...
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{ No sexo, prefiero la pizza }
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LA CABEZA LE DABA VUELTAS, NO SABÍA CÓMO SE HABÍA DETENIDO ALLÍ. Pero, definitivamente estaba tratando de escapar de sus pensamientos ridículos de nuevo. Difícil ya ni siquiera era la palabra adecuada para describir los últimos días, no había ningún sentido que lo ejemplificara. La cabeza de Tony se inclinó hacia la derecha al ver cómo una de las mujeres se revolvía frente a él.
Probablemente no encontraría ninguna respuesta en ese lugar, pero estaba allí rodeado de cosas que sólo el dinero podía comprar. Dio otro sorbo a su vaso de whisky al notar que su miembro palpitaba al verla.
Nada se solucionaba con un polvo, sino imaginando a otra chica revolcándose en su regazo. Hizo que Stark deseara no haber nacido, porque se sintió lo suficientemente mal como para que fuera a ese club nocturno en un intento de olvidar.
Nunca se había sentido culpable por desear tanto algo, siempre había ido y lo había conseguido. Era así de sencillo. Pero, ese algo era casi veinte años más joven que él. Y aunque podía ver lo problemáticas que podían ser las cosas, no podía controlar su deseo interior, y mucho menos sus pensamientos.
Sintió la rigidez de su polla rozando sus pantalones, que se sentían muy apretados en ese momento, terminando de dar vueltas a la bebida en su boca. Sintiendo el sabor amargo bailar por su lengua. Lo único que quería en ese instante era un poco de placer y orgasmos. Sabía que era lo más fácil, pues la mitad del camino ya estaba cubierto.
La pelirroja estaba haciendo movimientos sensuales en su regazo. En otro momento Tony ya la habría llevado a cualquier rincón de allí y se la habría follado de todas las formas que cualquiera pudiera imaginar. Pero no podía moverse. Sólo podía sentir lo duro que estaba al ser presionado por su cuerpo.
La lengua de la mujer se introdujo por completo en su boca, haciendo que Stark saliera por fin de su trance y comenzara a recorrer su cuerpo con los dedos. Hacía unos días que no sentía placer, salvo el que le proporcionaba su propia mano, que ni siquiera contaba comparado con lo que era hacerlo de verdad.
Aun así, su cuerpo seguía estando tenso. No estaba nada relajado. Esperaba que cuando llegara, las cosas fueran un poco más fáciles para él. Sin tener que cruzar las piernas en público o cuando está con amigos, y menos aún sin hacer sus escapaditas para hacer sus necesidades en el baño. Los últimos días habían sido definitivamente frustrantes.
Bajó sus labios a los pechos de la chica, tomándolos completamente en su boca. Era increíble la habilidad con la que no era capaz de concentrarse completamente. Debe haber sido su pozo de fracaso, hasta que no arreglara las cosas con Ultrón, Stark no podría hacer nada más.
Su teléfono móvil empezó a vibrar junto a su extremidad, lo que le hizo soltar un gruñido molesto. Ya que alguien había planeado arruinar su momento de tranquilidad. Mantuvo la lengua dentro de la boca de la mujer durante unos segundos más antes de soltarla y sacar el objeto de su bolsillo.
