GUERRA | desde la primera vez que los vengadores pisaron la tierra, nada nunca más volvió a ser lo mismo. Especialmente para Tony Stark, el tipo más egocéntrico de la tierra que siempre se imaginó salvando el mundo solo.
Hasta que una niña de pelo...
Este capítulo tiene, literalmente, más de 5390 palabras, so... por favor denle mucho amor 😭
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
{ misión casi imposible }
⎊
- Lunes - 14:15, Casa de Barton
LA RESPIRACIÓN DE STARK ESTABA LO SUFICIENTEMENTE cerca como para ser sentida por Stella. Los ojos de la chica se abrieron de par en par con ese acto del hombre. No es que estuviera completamente nerviosa, pero la forma en que sonaba totalmente sexual a sus oídos, hizo que su corazón se disparara de una manera surrealista. Odiaba el malestar interno que él se empeñaba en provocar. Su mano parecía estar más cerca de su muslo, rozándolo casi por completo. Pero de alguna manera estúpidamente imbécil - Stella encontró todo el asunto como una buena broma de mal gusto.
No es que no haya salido nunca con nadie, al contrario, ha tenido buenas relaciones. Pero nada en particular le sorprendió del todo. Era como si fuesen siempre los mismos, sólo que con caras diferentes y algunas rarezas molestas. Todavía no sabía exactamente por qué se había hecho merecedora de algo, ya que había conseguido levantar esa preciosidad de Thor. Pero de alguna otra manera, se sentía como estar allí en ese momento - cerca de los ojos de Stark. Se sentía como la respuesta, aunque estaba totalmente oculta por esas acciones provocativas que salían de su boca.
—Estás ahí. —la voz del capitán la devolvió a la realidad, haciéndola saltar de la barandilla en un rápido movimiento.
—Hola. —Stella se dio una palmada con ambas manos en el muslo, como si limpiara un desorden invisible. Se dio cuenta de que Tony se había vuelto a cruzar de brazos y también prestaba atención a Steve.
—Nos prepararon una merienda.
—Genial. Me muero de hambre. —dijo, pretendiendo ser natural. Pasando por la rubia y entrando en la casa.
—¿Qué pasa? —Rogers se cruzó de brazos, imitándolo.
— Nada. —respondió Tony, frunciendo el ceño.
Pronto todos estaban sentados alrededor de la mesa de Barton, casi como personas reales, sin ninguna preocupación en el mundo. Era como si por unos minutos pudieran disfrutar de la realidad, aunque fuera un poco falsa. Como algunos de ellos nunca tendrían una vida así, eso es lo que pensó Stark mientras terminaba de comer uno de los trozos de pastel que había en la mesa. A veces se esforzaba por ignorar sus pensamientos, ya que en su mayoría se referían al gran trabajo que tenía por delante. Una parte de él encontró ese momento completamente banal, ya que probablemente un robot malvado estaba planeando poner en marcha uno de sus planes. Mientras estaban allí, bebiendo café y charlando.
Pero esa otra parte de él -la que está tan escondida que casi nadie la conoce- deseaba poder disfrutar de esos minutos durante mucho más tiempo. Ya que sus últimas dos semanas habían estado completamente sobrecargadas de mucho estrés y trabajo, mientras buscaba respuestas. Tal vez esto fue una pequeña recompensa por todos sus esfuerzos en los últimos días. Pero su mente no podía relajarse. Aunque se decía a sí mismo que estaba bien y que tenía derecho a descansar, no podía. Tony Stark nunca podría ser un hombre con momentos felices, eso era lo que más le pesaba. Odiaba saber que nada sería lo suficientemente normal como para sentarse una tarde a tomar un café sin preocupaciones.
