SUN ⸙MY+JH⸙

27

La brisa tocaba suavemente los rostros de ambos chicos mientras entrelazaban sus manos demostrando que se tenían siempre el uno al otro.

—Estare aquí cuando más lo necesites, incluso si tu no quieres verme estare al pendiente de ti. Te amo—. Dijo de la nada el pelinegro apretando el agarre de las manos.

—Acosador—. Rieron.

Hoseok sonreía tontamente, sus piernas tomaban fuerza de la nada pero en un instante aquel momento bello lleno de confesiones se volvió uno de desesperación.

En un intento de querer avanzar más rápido, Hoseok cayó inconsciente, sus energías se desvanecieron como la ceniza. Yoongi lo cargo para llevarlo hasta su habitación, SeokJin quien se encontraba viendo aquella escena desde la ventana corrió hacia los chicos.

—¿Qué ha pasado?—. Preguntó exaltado el mayor.

—N-No lo sé.... Simplemente cayó inconsciente....no entiendo ¿Cómo pudo pasar ésto si no hizo mucho esfuerzo?—.

Al pasar de las horas Hoseok recuperó la consciencia, pero esto no pasaría desapercibido, pues el doctor haría múltiples estudios de sangre y orina.

La habitación pronto fue ocupada por el menor, quien sólo quería dormir un buen rato.

En los pasillos se divisaba la figura del pelinegro, 3 toques leves se escucharon.

—Pase...—. Murmuro el menor quien apenas tenía fuerzas para hablar.

Yoongi cerró la puerta con delicadeza, los pasos eran lentos y tenues para no crear un alboroto.

—¿Estás cansado?—. Pregunto Yoongi sentándose en la silla cerca de la cama.

—Sólo quiero dormir un poco—. Murmuro nuevamente Hoseok tratando de tomar la mano de Yoongi.

—Cerrare las persianas, duerme un poco, estaré con SeokJin—. El azabache se levantó del asiento, cerró las persianas y al último le dió un beso en la frente al menor.

Entre los pasillos el pelinegro caminaba cabizbajo, en busca de SeokJin.

—¿Qué es lo que tiene?—. Preguntó Yoongi decaído.

—No puedo decirlo debido a la confidencialidad pero uno de los problemas mayores es la anemia...si no come cómo debe puede pasarle algo terrible—. Mencionó Jin ignorando la mirada de Yoongi.

[...]

Jungkook se encontraba regando los girasoles que comenzaban a marchitarse una por una hasta sola quedar 6 de las 10 que se encontraban ahí.

—Tienen mucha resistencia—.Dijo Jimin hincándose para quedar a la altura de las flores.

—No tardan en morir todas—. Respondió Jungkook dejando la regadera cerca de la maceta.

Yoongi se encontraba con Namjoon en la cafetería, hablando sobre Hoseok y la escuela.

Taehyung estaba con el castaño en la habitación tratando de subirle los ánimos.

—Vamos hyung, solo coma está gelatina—. Imploró Taehyung con una cuchara con gelatina de limón en su mano derecha.

Hoseok se negaba, la comida le daba mucho asco y comer solo una cucharada de gelatina haría que vomitara todo el agua que bebió.

—Si no come ¿Cómo regresará a casa?—. Preguntó Taehyung cabizbajo.

Hoseok quedó estático, tenía razón ¿Cómo podría regresar a casa en ese estado?.

El mayor por fin accedió.

En pocos minutos las náuseas regresarían pero él debía ser fuerte.

—¿Cómo se siente?—. Preguntó el peliazul esperando ansioso una respuesta.

—Me duele el estómago pero la comida se retuvo—. Respondió sonriendo.

La salud de Hoseok no mejoraba, pero tampoco empeoraba, sus piernas no respondían mucho y sus articulaciones dolían.

Los meses pasaban, Yoongi, Namjoon y Taehyung seguían en la escuela. Mientras que Hoseok aún estaba tirado en la cama.

Aún no lo sabían pero la época más fuerte acaba de empezar.