El detective Min Yoongi junto con su colega Park Jimin, trabajan en el departamento de casos violentos y homicidios.
La temporada de lluvia se acerca y todo el departamento de policía se preocupa, ya que cuando el agua cae del cielo, un asesino en s...
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3 de agosto del 2020. Seúl, Corea del Sur.
Park y Min bajaron del auto para adentrarse a la estación donde hablarían con el teniente, Yoongi sin mirar a Jimin siguió su camino, en cambio el menor se detuvo a mirar el cielo, no había ni una sola nube y deseaba con todas sus fuerzas que se mantuviera de esa manera, así entonces no tendrían más asesinatos pero eso era cosa que no podrían evitar a menos de que su superior les diera la autorización para investigar el lugar que Jungkook y Hyunjin habían descubierto; de pronto el detective Park sintió un ligero mareo, cerró con fuerza sus ojos y respiró hondo, se sostuvo sobre sus rodillas por un par de segundos, poco después se enderezó soltando un pesado suspiro; cuando se controló decidió adentrarse a su lugar de trabajo para encontrarse con su colega.
— ¿Por qué tardaste? — Preguntó Yoongi mientras miraba unos papeles de su escritorio.
— Por nada. — Respondió sin agregar más.
— Jimin, ¿Te encuentras bien? — Min le dirigió su mirada y se acercó a él. — Te ves demasiado pálido.
— Estoy... bien... — Su respiración comenzó a ser agitada, su vista se ponía cada vez más borrosa y no lograba descifrar las palabras que le decía Yoongi, de un momento a otro todo se volvió negro y terminó por caer inconsciente.
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Estaba anocheciendo y Yoongi se encontraba sentado en una silla al lado de la cama de Jimin, después de que se desmayó en la estación, él estaba demasiado preocupado, inmediatamente llamó a una ambulancia que no tardó en llegar al lugar, atendieron a Park, le inyectaron algunos sueros y lo pusieron en una camilla mientras se recuperaba.
Min lo miraba atentamente sin ni una expresión en el rostro pero su vista no se despegaba de su amigo; aunque poco a poco el color le volvía Yoongi seguía preocupado. Los minutos pasaban y el mayor comenzaba a dar leves cabezeos, tenía sueño, estaba cansado pero tenía que seguir cuidándolo.
Pasadas las 9:00 p.m. Jimin abrió sus ojos, tenía un fuerte dolor de cabeza, la luz le molestaba y sentía un ardor estomacal.
