El detective Min Yoongi junto con su colega Park Jimin, trabajan en el departamento de casos violentos y homicidios.
La temporada de lluvia se acerca y todo el departamento de policía se preocupa, ya que cuando el agua cae del cielo, un asesino en s...
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20 de agosto del 2020. Privada Haneul. Seúl, Corea del Sur.
—No tenía nada contra ti, pero tenías que ser un maldito entrometido, necesito que guardes silencio y no digas nada después de lo que viste ahí dentro.
—Tendrás que matarme si quieres que me quede callado —Park se giró y cruzó mirada contra el asesino, quería creer que todo era un sueño y que la persona que tenía delante no fuera de verdad, con toda su fuerza de voluntad retenía sus lágrimas para que no salieran.
—¿Eso es lo qué quieres?¿qué te mate? —lo miró inexpresivo.
—Ya ni siquiera sé que pensar, me traicionaste, eres un maldito hipócrita —Park se atrevió a encararlo. —Te hacías ver como el detective desesperado por encontrar al puto asesino en cuanto ¡eras tú, Yoongi! —los sentimientos salieron, no pudo aguantar más, sus mejillas se humedecieron y su mandíbula se tensó.
—Mierda... no llores —Yoongi se acercó a él e intentó limpiar sus lágrimas, sin embargo, Park lo apartó de un brusco movimiento.
—¡No me toques! —dijo exaltado. —Tienes las manos manchadas de sangre.
—¡Maldita sea, Jimin! ¡¿Por qué carajos tenías que seguir investigando?! Todo hubiera sido mejor si le hubieses hecho caso al teniente.
—Sí y así seguirías viéndome la cara de estúpido. —rió con ironía. —Dime la verdad, ¿me amaste enserio en algún momento?
—Por supuesto que sí, tú lo eres todo para mí.
—Entonces, ¡¿Por qué mierda haces esto?! —volvió a gritar mientras señalaba el armario que daba al cuarto secreto.
—Te lo explicaré, ¿está bien? Quizá lo entiendas —Jimin no contestó, solo limpió unas cuantas de sus lágrimas y procedió a escuchar a Min. —Escucha, todos estos niños han sufrido alguna clase de maltrato, doméstico, abandono, bullying, de todo así que después de vigilarlos un tiempo, me los llevo, les doy su último toque de sufrimiento para que por fin su alma pueda irse y descansar para toda la eternidad.
—¿Te das cuenta que eso no tiene ni una pizca de sentido?
—Vamos, claro que la tiene... cuando yo era un niño hubiera deseado que alguien acabara conmigo de una vez por todas en lugar de seguir en aquel asqueroso sótano lleno de ratas con esas desgraciadas riéndose de todo nosotros —agachó la mirada.
—Yoongi, lo que viviste fue injusto, pero eso no justifica lo que estás haciendo.
—No es una justificación, yo solo quiero ayudar a esos pequeños que ya no pueden ni con si mismos.
