Tantas historias de amor comienzan con un cruce de miradas que esta seguramente será un cliché mas, la gente olvida lo común que s cruzar miradas con alguien y no volverlo a ver,lo vives en la calle a diario, pero cuando ese cruce de miradas se da con una persona más de una vez en el día sabes que no debes ser coincidencia, en mis caso ocurrió asi.
Las galerías llenas de la ciudad me tuvieron como turista por sus pasillos buscando donde comprar las cuerdas para mi guitarra, al tenerle tanto cariño a esa guitarra siempre le compraba las mismas cuerdas, el problema?las tiendas de música no estaban recibiendo suministros y solo tenían otras marcas de cuerdas, en tres tiendas de una galería vague buscándolas y en todas coincidí con ella, una joven pelirroja, más pequeña que yo pero mas habladora, en cada tienda a la que llegue ella ya estaba ahí, hablando con los dependientes y riendo, supuse que ella buscaba algo difícil de encontrar al igual que yo, pero al llegar a la cuarta tienda ella otra vez estaba ahí, para ese momento ya decidí irme rápido para que ella no pensara que la seguía, esa fue mi intención pero antes de salir escuche unos pasos acercarse a mi y antes de voltear una mano toco mi hombro.
-disculpa— dijo la chica que luego de tocarme bajo sus manos rápidamente para no mantener el contacto físico.
-si, dime?—conteste asustado esperando algún regaño de su parte por pensar que ella considerará que la seguía.
-ya nos hemos visto en varias tiendas cierto?, puedo saber que buscas?—al oír esas palabras mi mente se relajo, ella solo se preguntaba que buscaba al verme en tantas tiendas de música.
-unas cuerdas para guitarra clásica.— respondí sin dudar mucho, aun sabiendo que cada tienda tenia cuerdas pero ninguna de las que quería, ella solo me miro y con una sonrisa me dijo.
-al parecer buscamos lo mismo, tampoco has encontrado las cuerdas que quieres verdad?
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Historias inconclusas
Narrativa generaleHistorias que escribí en su momento y nunca supe cuál podría continuar