Al ser hija adoptiva de Masamichi Yaga, Rai desconoce sus orígenes y su técnica maldita. Llega a preguntarse quién es realmente.
Buscando una respuesta, Rai, se cuestionara en seguir sus ideales. La divergencia entre el mundo del jujutsu y la gente...
Ha pasado 1 año desde el asesinato de Riko Amanai, el recipiente de sustancia estelar.
Un nuevo grupo de estudiantes de primero se ha integrado a la escuela de hechicería.
Narradora Pov's
Era medio día y dos jóvenes de primero se encontraban entrenando en el patio de la escuela.
Los dos alumnos y únicos de primer año acababan de llegar de una misión de exterminio sin supervisión de un hechicero de alto rango.
- ¡Parar! ¡Necesitamos parar! ¡Ya no puedo más...! Me siento agotado, Rai-san -dijo el joven de lentes exhausto.
- ¡Creo que fue todo por hoy! ¡Lo hicimos bien, Ijichi! -dijo Rai con una gran sonrisa- ¡Estamos mejorando como equipo!
- Tu desempeño me sobrepasa, pronto terminarás por rebasarme y el director verá necesario tu ascenso a otro grado -dijo Ijichi.
- ¿Eh? ¡Qué disparates estás diciendo! ¡Eso ni siquiera se puede hacer! ¿O sí?
- Sé lo mucho que quieres alcanzar a los senpai de tercero -aquello la sorprendió, no pensaba se tan evidente- Siento que no tengo madera para hechicero, siento que no podré seguir avanzando.
- Ijichi no puedes darte por vencido... Aún vamos en primero de preparatoria... Nos falta mucho para ser un hechicero de grado Especial -dijo Rai.
- De todas maneras quiero ser de apoyo para la preparatoria de hechicería, aunque no sea de un hechicero de grado 1 -Ijichi sonrió -Gracias por salvarme hoy, Rai-san... Si tan sólo no hubieses aparecido esa maldición me hubiese devorado.
- Para eso están los amigos, te apoyaré en la marcha y el camino que elijas -dijo Rai.
Los dos jóvenes abandonaron el patio de la escuela para entregar el reporte de la misión, antes de llegar a la dirección principal, Rai recordó que había olvidado su chaqueta en el patio de entrenamiento y decidió regresar por ella.
Efectivamente la chaqueta estaba en la banqueta de concreto, nadie por su suerte lo había tomado. Se apresuró para tomarla, un destello veloz se atravesó en su camino, ella retrocedió en guardia.
- ¿Esto es tuyo? - un joven pelinegro aparentemente de su edad se puso en frente de ella con su chaqueta en manos.
- Sí, es mía, he vuelto por ella- dijo Rai.
- Eres de primero, ¿no?
- ¿Me darás mi chaqueta si o no? -dijo Rai con molestia- No eres de aquí, no llevás uniforme, devuélveme mi chaqueta o sino llamaré a un profesor para que te saqué de aquí.
- ¡Naoya, vámonos! -un hombre mayor gritó.
- ¡Ahora no, viejo! ¡Acabo de encontrar a un buen sujeto de prueba! -dijo el mocoso con arrogancia.
- No lo vayas a matar como a los sirvientes del otro día, este es un alumno de la escuela de hechicería- dijo.
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