La Puerta De La Calamidad Ha Sido Abierta

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Iba como alma que llevaba el demonio, maldiciendo y hablando entre dientes, empujando a los criados que se le atravesaban en su camino.

- ¡ME LAS VA A PAGAR! ¡ME LAS VA A PAGAR! -gritó Naoya mientras gritaba y se jalaba el cabello.

- ¿Qué le pasó, joven Naoya? -una criada se acercó al furico adolescente para tratar de calmarlo, extendió su mano para tomar su hombre pero rápidamente fue golpeado por este.

- ¡NO TE ATREVAS A TOCARME QUE A LA PRÓXIMA TE CORTARÉ LAS MANOS Y TE DARÉ DE COMIDA A LAS MALDICIONES DEL SÓTANO! -dijo amanazante Naoya.

- Lo-lo siento, Naoya-sama... -la criada reprimió sus ganas de llorar.

- No deberías tratar de esa forma a las personas que te sirven -una niña de cabello corto se apareció frente a él.

- ¿¡Qué dijiste!? -al ver quién era, Naoya hizo una mueca en señal de burla- ¡Ah! ¡Eres sólo tú... La hija de Ouji

- No deberías tratar de esa forma a las criadas -dijo la niña de cabello verde oliva.

- Soy el hijo del líder, puedo hacer lo que se me plazca, puedo tomar la vida de estas alimañas que solo nos sirven, no son hechiceros así que no me importa. Es normal que sientas empatia por ellos ya que tu madre fue una criada entregada como regalo por parte de mi padre a mi tío Ouji, eso te convierte prácticamente parte de la servidumbre. -este extendió su mano y la empujó al piso- Eres el error del clan Zen'in, deberías limitarte levantar la cabeza del suelo, Maki.

Dichas esas palabras, Naoya abandonó el lugar dejando a la pequeña con lágrimas en los ojos.

Con decepción, y en silencio, la antes criada de Naobito, pero ahora esposa de Ouji Zenin, había presenciado como maltrataban a una de sus hijas, se limitó a defenderla

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Con decepción, y en silencio, la antes criada de Naobito, pero ahora esposa de Ouji Zenin, había presenciado como maltrataban a una de sus hijas, se limitó a defenderla. Se sentía desdichada y en su mente constantemente se lo repetía: "Esas niñas son la desgracia del clan" "¡Haber parido gemelos es un mal augurio!" "Maki no es capaz de ver maldiciones" "No son dignas hijas de Ouji-sama..."

- Estoy pagando mi castigo... Mi castigo por haberme deshacido del bebé de la señorita Seina... Estoy segura que esa criatura me maldijo... -dijo la mujer mientras se oprimía el pecho, el sentimiento de culpa iba creciendo dentro de ella, la atormentaba desde aquel día y no la dejaba vivir en paz, pensaba que al tener una posición alta dentro del clan, y ser esposa de la persona que amaba sería feliz y viviría una vida tranquila, pero fue al contrario.




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Divergencia / Satoru Gojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora