Usó teletransportación para llegar al frente del departamento de la joven. Divisó el quinto piso, pero al ver que la ventada estaba cerrada chasqueo la lengua, no había remedio; tendrían que pasar por la puerta principal, como las personas normales.
Sin embargo, la situación en la que se contraba dejaba mucho que pensar. Sin pensarlo dos veces empujó la puerta con la espalda y se adentró al edicio para luego encontrar al anciano conserje estupefacto.
- ¡Señorita Rai! ¡Qué le paso! -dijo el anciano al ver que el peliblanco llevaba en brazos a joven. - ¡Tú! ¡Tienes que ver algo con esto!
- Yo sólo soy un viejo amigo, quiero asegurarme que ella esté bien y llevarla a su departamento. Solo eso.
- ¡Conozco a los vándalos de tu clase! - bociferó en mayor.
- ¿Vándalos? -dijo Satoru con algo de molestia poniendo una de sus típicas muecas.
- Primero embriagan a una indefensa señorita, luego la llevan a su departamento y luego- Satoru lo interrumpió.
- Alto, yo no quiero hacer nada de lo que usted piensa, anciano. Sólo quiero dejarla en su departamento e irme.
- ¡Jamás! ¡La señorita Rai nunca ha traído a un hombre a su departamento! -dijo el anciano poniéndose en frente de Satoru.
- Tal parece que no llegaremos a ningún lado... -Satoru sujeto el cuerpo de Rai con una mano para dejar libre su mano izquierda.
- ¡Te advierto que mi nieto es policía! - antes de que pueda decir otra cosa, Satoru le pegó un toque en la frente al anciano, rápidamente este cayó inconciente en la alfombra.
Satoru siguió su camino y tomó el elevador hasta el quinto piso. Cuando las puertas se abrieron se percató que había como 7 departamentos en el piso, cual era el de la joven.
En ese momento, sintió el rastro de la energía maldita de Rai, lo rastreo hasta llegar a la última habitación del pasillo. Trató de forcejear la cerradura de la puerta, sin embargo, no lo logro. No le quedaba de otra qué romper la cerradura usando su energía maldita.
Cuando por fin la puerta estaba abierta, se adentro y cerró la puerta con la cerradura qué había por dentro. Divisó el dormitorio y recostó a la joven, se sentó a un lado y vio detenidamente el departamento. Era pequeño pero muy cómodo para alguien que vive solo.
Había decidido llamar a Masamichi, tenía que decirle que había encontrado a su hija, pero al momento que iba a lanzar la llamada se detuvo. Se puso a pensar en lo que le diría, quizás aún no era el momento.
Satoru se puso de pie, tomó una toalla de la silla qué había al lado de la ventana, abrió el grifo y mojó una parte de la toalla. Se acercó a la cara de Rai y lentamente le fue retirando el maquillaje del rostro.
Dejando un lado la toalla agarró la botella de agua de la mesa y regresó al lado de la pelinegra, la tomo por la espalda y la levanto levemente, para luego acercar la botella a la comisura de sus labios.
- No... Ya no... -dijo Rai en un hilo voz.
- Bebe, es agua - le susurró en el oído
Dicho esto procedió a beber el agua de la botella hasta dejarlo por la mitad.
- Creo que con eso bastará -dijo Satoru recostandose en la pared qué daba con la cama.
Abrió los ojos pesadamente, la migraña no había desaparecido, pero la intensidad era menor. Cuando se reincorporó se percató que estaba en su departamento.
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Divergencia / Satoru Gojo
FanfictionAl ser hija adoptiva de Masamichi Yaga, Rai desconoce sus orígenes y su técnica maldita. Llega a preguntarse quién es realmente. Buscando una respuesta, Rai, se cuestionara en seguir sus ideales. La divergencia entre el mundo del jujutsu y la gente...