Habían llegado a una mansión de estilo tradicional, estaba lleno de sirvientes que al ver llegar al albino se pusieron en fila haciendo una reverencia.
- ¡Por favor, ya les dije que dejen las formalidades! -dijo Satoru algo irritado adentrándose a la mansión.
- Sí, Gojo-sama -sonó en unisóno la respuesta de la servidumbre.
- ¡Olvídenlo! -dijo removiéndose los lentes oscuros para luego darse la vuelta y ver a Rai- La señorita aquí presente se quedará conmigo, por favor instalenla en una de las habitaciones vacías. Después de haber dado la orden las sirvientas se llevaron la maleta de la joven.
Días después, las cosas para la joven se habían tranquilizado, sin embargo había algo que aún no se había resuelto.
Eran las 9 de la noche, las calles de Roppongi se llenaron como de costumbre; discotecas y bares. Sin embargo; un bar en particular se mantenía con puertas cerradas al público. Al parecer alguien importante había mandado a cerrar el local.
- Señora Kanamori, creo qué no fui lo suficientemente claro con usted -dijo el hombre que permanecía sentado en una de las mesas principales con un vaso de whisky en la mano.
- No sé que pasó, Rai desapareció, pareciera que se la tragó la tierra desde que ese cliente pagó por ella- dijo nerviosa la gerente del bar- ¡Hice todo lo posible para que ella renunciara a este trabajo y así recurriera a usted! ¡Pensé que ofreciéndola a un comprador la orillaría a abandonar este lugar!
- Pues hizo todo mal señora Kanamori, de alguna manera ella accedió ante su chantaje y usted la ofreció como chica minato. Eso no fue parte del trato.- el hombre de ropas budista se tomó el whisky de golpe y se levantó de su silla- Apartir de ahora dejo de ser accionistas, y rompo cualquier sociedad que tenía con usted. Y también cualquier protección.
- ¡Señor Geto, no por favor! -dijo desesperada la mujer al ver que el hombre extendía su brazo.
Suguru liberó 100 maldiciones de golpe en el salón, rápidamente estás asesinaron brutalmente a todo el personal en el bar incluyendo a la jefa.
- Malditos monos, son tan inútiles incluso para una tarea tan sencilla... -dijo ignorando los gritos y gemidos de agonía.
Fue cuestión de horas para que la noticia de la masacre en Roponggi se propagará por todo Tokio. Pero por algún motivo no llegó a oídos de Rai, ya que se había prohibido hablar del tema por órdenes directas del jefe del Clan Gojo.
5 meses después
Ambos caminaban tranquilamente por los pasillos de la mansión, el sol había caído.
- Todo el tiempo pensé que vivías en un departamento de soltero, no en esta mansión -dijo impresionada.
- Esta es una de las propiedades que tiene el Clan Gojo, y bueno técnicamente como soy el líder es mío. -respondió el albino.
- ¿Osea que tienes más? -dijo sorprendida.
- Soy un joven y guapo millonario, se podría decir así -dijo sonriendo.
- ¿Entonces porque trabajas para la escuela?
- Porque no quiero aburrirme, y me gusta ser hechicero, es lo que se me da bien. -dijo deteniéndose en una habitación- No quiero presionarte, pero ya deberíamos ir a ver a tu padre uno de estos días. No dejes pasar el tiempo, Rai.
Entraron a la habitación que el albino utilizaba para entrenar.
- ¿Cómo está él? - dijo sentándose en el piso.
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Divergencia / Satoru Gojo
FanficAl ser hija adoptiva de Masamichi Yaga, Rai desconoce sus orígenes y su técnica maldita. Llega a preguntarse quién es realmente. Buscando una respuesta, Rai, se cuestionara en seguir sus ideales. La divergencia entre el mundo del jujutsu y la gente...