Mi rodilla sangraba por culpa del raspón que había hecho recientemente en mi entrenamiento, mi rendimiento disminuía por cada uno de los problemas con los que cargaba llevándome a estar así. La curé con delicadeza dejando una curita como mi madre me había enseñado en aquel viaje de verano a casa de mis abuelos, al que nos avecinamos años atrás cuando mi familia no era un total desastre que odiaba como ahora.Lloraba en el sofá en silencio mirando la herida, tenía tan solo ocho años cuando fuí una víctima más de niños mayores, querían mi dinero y almuerzo, traté de darles la cara y terminé en el suelo en cuestión de segundos con una rodilla sangrando, me volví tan débil que en cuanto pude ponerme de pie regresé a casa. Me había mantenido en silencio solo para no preocupar a mi progenitora, temía a obtener un regaño por ser tan tonta, sin embargo, mi madre se acercó a mí acariciando mi cabellera con un lindo tacto, alcé mi cabeza limpiando delicadamente mi rostro, ella me sonrió y desde entonces no había vuelto a ver una sonrisa de su parte.
—¿Te caíste? —preguntó al ver la herida. Yo negué—. ¿Entonces?
—Minyi oppa me hizo caer —respondí agachando mi cabeza.
Solía ser muy cercana a Minyi hasta que sus amigos mayores lo hicieron alejarse de mí, desde ese momento él empezó a ser grosero, decía que era una bebita y no podía juntarme más con él, incluso había llegado a considerarlo como un hermano mayor que me estaba traicionando cuando menos lo esperaba.
—No pude defenderme.
—Está bien mi niña, curemos tu herida.
Esperé hasta el momento en que volvió con aquel botiquín, fue cuando conocí el lado más tierno de mi madre. Me curó con delicadeza enseñándome cada paso para hacerlo bien, finalizando con esa curita de ositos y un lindo beso en mi frente, vaya que eran formas de hacerme sentir mejor, me hizo sonreír.
Despeinó mi cabello provocando una risilla en mí, solía ser la mejor madre del mundo, ahora solo me decepcionaba. Tomó un lugar a mi lado indicando que me pusiera sobre sus piernas para cargarme; mientras me daba pequeños mimos, hacía redacción de aquella leyenda del sello de promesa, una historia que incluso en la actualidad guardaba muy bien en mi corazón. Y como era de esperarse, finalizó con una falsa promesa que podía asegurar su desinterés por ella.
«Ahora prometo cuidarte y asegurarme de que seas la niña más feliz del mundo»
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NEW RULES |Choi Beomgyu
FanfictionElla amaba a Choi Beomgyu, su mejor amigo de toda la vida. Él no quería ilusionarla. Su relación se basaba en cumplir las reglas que Hanami se cansó de seguir Beomgyu y Hanami se ven atrapados en una aventura llena de emociones y sentimientos por d...