Ella amaba a Choi Beomgyu, su mejor amigo de toda la vida. Él no quería ilusionarla.
Su relación se basaba en cumplir las reglas que Hanami se cansó de seguir.
Beomgyu y Hanami se ven atrapados en una aventura llena de emociones y sentimientos por...
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Observaba aquel lugar con la mirada perdida, todos sus sentidos estaban puestos sobre él. Su cara de enamorada la delataba tan fácil, aunque no era algo que ocultara de sus amigos.
Suspiró perdida, le molestaba el hecho de recordar que era su último año en la escuela secundaria y probablemente no volvería a verlo después de eso. Extrañaba los viejos tiempos.
Actualmente, siempre se dedicaba a mirar desde la distancia, enterándose de toda su vida solo por rumores o cosas vagas salidas de la boca de otros. Eso era suficiente para saber que estaba bien y era feliz, la hacía sentir alegre, no necesitaba nada más.
—Deberías hablarle —La voz de su mejor amiga la sacó de su trance con una extraña recomendación.
Hanami volteó a dónde ella le indicó con la cabeza, formando una sonrisa apenada encogiéndose en su propio lugar. Era demasiado obvia.
—¿Debería? No creo que le agraden las personas.
—Hazlo, siéntate con él, escuché que Jim, su compañero de asiento, no podrá asistir estos días, está algo enfermo. —La miró para convencerla—. Ánimo, tú puedes.
Haneul la levantó empujándola fuera de su lugar. Ella algo apenada volteó de vuelta a su amiga quien enseguida le señaló qué siguiera. Con el mismo aire de vergüenza siguió hasta el lugar del chico. Se detuvo en su costado dudando sobre lo que haría, si eran como desconocidos, ¿entonces porque se preocupaba tanto? Él ni siquiera se tomaría la molesta de hacerla discutir, ni ella de escucharlo.
—Beomgyu… —Tocó su hombro en pequeños golpecitos esperando llamar su atención. Hasta que lo logró, continuó—: ¿Puedo sentarme contigo? Lo que pasa es que mi mejor amiga se molestó conmigo y no quiere que me siente con ella, entonces esperaba ver que pudieras dejarme estar aquí.
Una mentira. Acababa de mentir solo para sentarse a lado de la persona que le gustaba. ¿Qué más podría hacer entonces?, aunque en realidad no le interesaba hacerlo de esa manera. Mentir por algo positivo no era tan malo como conseguir ese lugar ahí.
—¿Por qué aquí? Veo más lugares vacíos. No me gusta convivir con los demás. Creo que sabes a qué me refiero.
Le dio una fría mirada significativa, la cual le provocó un arrepentimiento interno. Se estaba humillando frente a él luego de prometerse ignorarlo por el resto de su vida.
—Bueno yo… amo este lugar. Prometo que no te daré problemas, por favor. —Juntó sus manos para rogar con la mirada.
Beomgyu no tenía otra opción, era aceptar o esperar a que sus amigos fueran a molestarlo por no hacerlo, al final compartían muchas amistades en común.
