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Tristemente, pasó. Sabía que en algún momento ocurriría, pero no quise creer que sería justo ese día.

En la segunda presentación de rough, solo pude intentar ocultarme del ojo de la cámara, ¿por qué?

Sufrí un ataque de ansiedad enorme, mis ojos solo podían descender hacia el suelo. Me gustaría decir que fue de la nada, pero eso me convertiría en una simple mentirosa.

Los internautas son terribles, los trolls temibles.

Es horrible tener que leer sus comentarios, apreciar sus burlas y las constantes comparaciones de mí persona para con ellas.

Siento que el aire escasea, tengo ganas de llorar desconsoladamente, me pierdo en un estado de nerviosismo del cual no reconozco alguna salida. Gritos internos quedan atorados en mí garganta sin poder salir, pierdo el control sin poder recuperarme.

Creo que estoy en un acantilado, al borde de cruzar una línea que no debo, la depresión. Supongo que no es suficiente con el pánico apoderándose en todo su esplendor.

—¿Dónde está Yewon? —indago Yerin ante las dos muchachas.

—¿Y tú dónde crees? —la mirada de la mayor se enfoco en la segunda menor del grupo; quien no despega su mirada del teléfono.

—¿A qué te refieres? —fruncio el ceño— Dime de una vez, ¿por qué te desagrada tanto Yewon? Pareces odiarla sin sentido.

—Tu misma lo has dicho, eso no tiene sentido Yerin. Pero si tanto te importa su bienestar, puedes buscarla en los baños. —sus dedos desplazándose a la par de su juego favorito sin perder concentración alguna— Valla sorpresita y te llevarás.

La de flequillo se alejó con un rostro de indignación luego de apreciar la indiferencia de Yuna ante lo que dijo su compañera de banco a su lado.

La de flequillo se alejó con un rostro de indignación luego de apreciar la indiferencia de Yuna ante lo que dijo su compañera de banco a su lado

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Nunca pensé que el trabajo en la productora tratara de esto, pero estoy acostumbrado a la desilusión. Hoseok pudo inducir una coreografía casi entera de su autoría, pero yo solo soy el muchacho de los recados.

En fin, aprecio los cortos segundos en donde ingresó al estudio y veo como los mayores trabajan, escucho sus conversaciones con hambre de más y me agrada que lo noten, puesto que me introducen a sus puntos de vista profesionales. Generando unos cuantos debates interesantes.

Mí teléfono sonó, el reproche de Hoseok por no abandonar al viejo Jeon no tarda mucho en figurar. Pero que más se le puede hacer, así de dura es la vida. Luego de responde guardo el aparato y me dirijo al otro ala, en busca de unos cuantos equipos que me pidió Adora.

—¿Donde carajo están? —cuestiono frustrado al no obtener éxito en la búsqueda. Me inclino a tierra para ver detrás de aquella estantería vieja del fondo. Y mientras suelto un resoplido desganado, escucho como la puerta se abre.

—¿Por qué haces esto? —un timbre femenino, un poco familiar se hizo oir— No entiendo porque le das el derecho arruinar tu adolescencia.

No debería quedarme callado, no tengo que ser un genio para discernir que por la entonación empleada en su timbre, está es una futura conversación que no me corresponde husmear.

—No es así... —un timbre mucho más suave y bajo que el anterior me privó de enderezar mí postura para que noten mí presencia— unnie, ¿qué debería hacer al respecto?, ¿que sonrisa debo poner? No soy como tú, no soy como ninguna de ellas.

—¿Y qué con eso? Tú eres como eres y debes ser, no hay nada malo contigo.

—Pero si lo hay con ellos. Nadie es como dice ser, nadie es como parece ser, y parece que nadie se asemeja a lo que deberían ser. —por unos cuantos cortos y escasos fragmentos de segundos reino el silencio, hasta que ella volvió hablar— El mundo es una gran fiesta de disfraces, y yo... sin saber que máscara ponerme para esta pieza de baile.

—Yewon, no pienses así...

No sé cuantos minutos pasaron, tampoco que fue lo que hicieron en silencio, pero al fin logré escuchar el sonido de la puerta abrir para consecutivamente cerrarse. Todo lo que resto del día me lo pasé encima de la moto, haciendo entregas, pensando en aquello.

Y es que también se lo que es dejarse caer en una cama, llorar por horas sin ganas de probar algún bocado, sin deseos de arreglarse, sintiendo la más pura soledad a pesar de ver y oír a las personas a tu alrededor. Las mismas que dicen amarte.

Reconozco la dureza de aquel sentimiento que te embriaga al creer que nada es suficiente, que tu vida perdió el sentido, porque sea lo que sea que te propongas, solo conoces el fracaso.

Ingresé al pequeño piso que alquilaba para despojarme de los viejos tennis y calzar las cómodas pantuflas de kumamon.

Piensas y piensas, divagando en un mar de emociones que no tiene final. Llegando a la culminación definitiva y menos recomendable, el autoflagelo.

Me acerque hasta la heladera para tomar una botella de agua y servirme un vaso de está.

¿Cómo terminas por llegar a dicho extremo? Hay muchas formas. En mí caso, sentía que lo tenía bien merecido, porque le estaba fallando a mí familia en primer lugar, y en segundo lugar, a mí mismo.

No pude contener mí genio y acercándome hasta el sillón, me deje caer para conectarme al wifi del vecino del piso de arriba, teclee sin dudar la palabra yeojachingu en naver.

Cuando sueñas con un plan a futuro u algún proyecto por venir, la fobia, la ansiedad y el temor regresan a torturarte. Son pocos los que tienen suerte, puesto que en el cuerpo, puedes sentirlo, como es que comienza aflorar un cosquilleo intenso, unas fuertes punzadas en el pecho, piquetes alrededor de tus costillas y los sentidos se tornan poco claros, los cuales te gritan con convicción que no podrás respirar como de costumbre.

Piensas que un ataque de pánico no es real, hasta que lo experimentas en primera persona, y te das cuenta...

»Internautas critican el aspecto de la maknae del nuevo grupo rookie.«

»Es el hoyo negro de gfriend.«

»Quisiera defenderla, pero en serio está fea. Pobre de ella.«

»Miren como se vería Umji con cirugía plástica. ¡Lol

... que no te conoces a ti mismo.

El mundo es una gran fiesta de disfraces, y yo... sigo sin saber que máscara ponerme para esta pequeña pieza de baile.

—Estamos bien jodidos. —balbuceo indignado para con los comentarios mal intencionados hacia una niña de apenas dieciséis años.

Hay gente que le tiene miedo a la soledad y tal vez por eso busca distractores en los cuales distorsionar su propia infelicidad.

Aprecie las fotos de su reciente presentación, avergonzada de su propio aspecto.

Porque suelen pensar que para ser feliz hay que tener compañía.

Pobres ilusos.

Tecleo a sabiendas de que no haré la diferencia, pero con el mismo deseo inquebrantable para con ella.

Yo descubrí que no existe la felicidad plena, solo puedes intentar alcanzar alguna porción pequeña. Y para llegar a obtenerla, solo basta con tener paz y tranquilidad en tu corazón.

Espero que está niña también la obtenga después de toda esta mierda.

CristinaLozano303 ~💜

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