Capítulo 33: Hundimiento

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Damián

Me encontraba cansado, Alexander se hundía en su miseria auto lastimándose cada vez más, tanta autocompasión me estaba dando jaqueca, aunque le entendía, sabía lo que él había sentido y admiraba que Alexander pudiera haberse detenido, cuando me sucedió a mi no me detuve, ni siquiera lo pensé, había acorralado a mi presa y lo había metido al cuarto de limpieza, no me detuve, el alfa nos encontró y lo sacó De mis garras para luego noquearme, esa fue la razón por la que Zaire se fue de la casa grande, yo no me detuve y eso que no sabía que él era mi mate.

Cuando salí del cuarto de Alexander, pude ver a los padres de Darcy o eso supuse, los dos discutían acaloradamente entre susurros y se les miraba sofocados.

-Te dije que era mala idea el haberla criado entre humanos, ella fue negligente, fui claro con ella, le dije que no se acercara a él, que esperara. ¡No me escucha!. Pero esa no es razón para irnos, ella pertenece aquí, terminó de decir rojo de la ira el papá de Darcy.

-¿Por qué no me entiendes? Aún estamos a tiempo, por favor, vámonos de aquí, ella es frágil, imagínate que algo le hubiera pasado.

-Ella es frágil porque tu lo quisiste así, ella está bien, lo que necesita ahora es ser informada debidamente, debe aprender a ser responsable, ella sabía que él estaba en celo y aún así fue a visitarlo, aún no entiende el peligro del celo, se ve a sí misma como una simple humana al igual que a él, pero él no es humano.

-Ella está aprendiendo poco a poco.

-No, Blanca, deja de mantenerla en la ignorancia, ¿ya viste al chico? Lo que hizo para no atacar es digno de admirar, ella fue negligente y es culpa nuestra.

Me alejé de ellos antes de seguir escuchando, la joven era todo un personaje, ansiaba el conocerla sin embargo nuestra introducción fue bajo circunstancias tensas por no decir desastrosa, el llegar a casa me resultó largo y cansado, hablaría con mi madre sobre el asunto además de pedir unos inhibidores para el celo, Alexander y ella podrían haberme afectado y no deseaba lidiar con un celo espontáneo, me encontraba en la puerta del despacho de mamá y antes de tocar me encontré con Zaire de frente, su rostro blanquecino y lánguido sin expresión aparente comenzó a mostrar sorpresa, estábamos a pocos centímetros, podía acortar ese espacio y simplemente lanzarme hacia él, pero recordé la forma tan minuciosa en la que él se había escondido de mi, además de ocultar el hecho de que éramos destinados y una parte de mi dolió, el igual que siempre olía a nada, antes de que pudiera abrir mi boca, su expresión se volvió lánguida y pude ver como arquea una de sus cejas para luego asentir de forma simple hacia mi dirección para luego irse, mi madre también estaba en la puerta y una sonrisa descarada surcaba sus labios.

-Veo que alguien se divirtió.

-¿Por qué dices eso? Pregunté entrando a su oficina.

-Apestas a omega y a celo, así que...

-No es lo que crees le dije con cansancio, ¿Qué habrá pensado Zaire? ¿Cómo se sentiría al respecto? Esas preguntas y más rondaban mi cabeza hasta el punto de darme jaqueca y para disiparlas un poco le dije a mi madre - La hija de tu amiga está en el hospital le dije mientras me tapaba el rostro, ella no dijo nada, caminó hacia su escritorio y simplemente se sentó.

-Ella está internada en la sala especial de omegas, no sabía que ella fuese omega, dije mientras la miraba directamente a los ojos.

-Sabes hay tres clases de ignorancia, no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe y saber lo que no debería saberse, termino de decir para luego sacar una inyección y acercarse suavemente a mi, palpó mi cuello y con lentitud me inyectó aquel líquido amarillento.

-Veo que te has puesto filosófica, así que algo sabes sobre la chica comenté frotándome un poco donde había inyectado.

-Ve a darte una ducha.

-Alguien debería decirle a la chica las reglas de esto dije tocándome fuertemente el pecho, lo que sucedió hoy fue terrible y pudo llegar a grandes escalas, ella está intacta de milagro además el olor de ella es raro, imagínate lo que sucederá cuando entre en celo, antes de que pudiera seguir mi madre sonó suavemente la mesa y dijo con voz clara:

-Ve a darte una ducha, volvió a decir con una sonrisa en su rostro, esta era una clara advertencia para que no me metiera en este asunto, prácticamente me estaba corriendo del despacho, salí de esa sala y antes de llegar a mi cuarto me encontré con el alfa, me detuve abruptamente en cuanto lo vi, de pronto pude ver que algo le divertía y esa sonrisa arrogante comenzó a surcar sus labios de esa forma asquerosa que tanto odiaba.

-Veo que te has divertido, aunque te sugiero que pongas finalidad a tus recientes pasatiempos, te aviso que varios de los hijos de otras manadas harán una fiesta en tu honor y acudirás, es tu deber afianzar los lazos de amistad con las otras manadas y te comportaras como es debido, te acompañará un escolta para hacer valer tu posición y la de la manada, luego de que dijo lo que quiso simplemente se marchó dejándome ahí de pie como un imbécil, las cosas siempre eran así con el alfa.

En la comodidad de mi cuarto comencé a sentirme afiebrado lo más seguro por la inyección y constantemente me invadía aquellas imágenes de esa tarde, pero en ese punto en vez de Alexander me miraba a mi mismo sucumbiendo al celo y mi presa era otra, entre mis brazos tenía a aquel chico peli negro, con el cuerpo inmaculado y la blancura de su cara se encontraba sonrojada hasta las orejas, había cierta inocencia en su rostro y de forma callada y sumisa se rendía ante mi, el mañana llegó con rapidez diluyendo aquella hermosa imagen de aquel ser que añoraba con el alma y que ahora me alejaba y repudiaba con ardor.



Buenas noches, espero que el capítulo sea de su agrado, lamento actualizar después de tanto tiempo, las clases me dejaron acabada y sin ánimos de nada, les agradezco mucho sus votos y comentarios, estoy escribiendo otra historia que se llama "El corazón es complicado" me gustaría mucho que la leyeran y le dieran amor, es la historia de la abuela de unos de los personajes de esta historia.

Les mando muchos besos, chao chao.

Mi mate es un nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora