Capítulo 30: Demonios

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Dedicado a Beautiful_flower2152 


Eres esa hermosa forma en a que el mundo me dice que soy un hijo de puta.

Me entrego a unos brazos que ya tienen dueño e intentó por todos los medios dejar huella en aquel cuerpo que tanto deseo poseer.

« ¿Alguna vez pensaste que fuéramos así? »

Recuerdo que preguntaste luego de sacar nuestros demonios.

Despierto en la añoranza y busco como un ciego aquello que se me ha negado. Vives entre "te amos" que nunca quisiste que se dirigieran hacia ti.

Te tengo sin tenerte y te amo odiándote.

Entre suspiros te me escapas y pronto el amarte se fue diluyendo entre mis dedos, alimentando a mis demonios y ahora estos se encuentran sueltos y hambrientos (de ti).

En tu destrucción y sufrimiento encuentro mi paz

LB


¿Alguna vez sentiste lo que era pánico?.

Pánico de verdad, las palpitaciones me impiden oír y el sudor comenzaba a resbalar por mi nuca, una agitación estaba haciendo eco en mi cuerpo y las llamas se expandía por todo mi ser.

Lo más difícil de estar en celo es la unión que se da entre el ser y el lobo, asumiendo así los pensamientos como mutuos.

Los pasillos cada vez se hacían más largos y aquella extraña bruma no me permitía pensar con claridad y salir de aquel lugar, los olores se intensificaban cada vez más y aquella extraña necesidad comenzaba hacerse eco en mi mente.

En algún momento comenzaron a formarse esos pensamientos, podía ver claramente a Darcy frente mio y lo delicioso que sería el perturbarla, corromperla y aún más doblegarla ante mi, ese majestuoso momento en el que la vería llorar y suplicar, las imágenes cada vez se volvían más vividas y el nacimiento de un rugido se comenzaba a formar en mi pecho de lo exquisito y apetecible que me resultaba la idea.

Liam y yo éramos uno, lo que él pensara era lo que en el fondo de mi ser yo anhelaba en este momento, eso era la conexión que poseíamos en estos momentos.

Era confuso y atemorizante lo necesitado y hambriento de crueldad me encontraba, Darcy en estos momentos solo era un medio para calmar mis necesidades, lo demás era inútil

Me sumergí en aquella necesidad y las imágenes cada vez se tornaban más complacientes para mi, no era Liam pero lo sentía y tampoco era Alexander, aquel exquisito olor se hizo presente y mi único propósito era el de reclamarlo y quitar de mi camino a cualquiera que me atrasara en la tarea, las imágenes pronto se convertirían en realidad.

Cada ser por muy bueno que sea posee algunos demonios, los míos en este momento estaban sueltos, ¡hambrientos! y yo no desea detenerlos en su ansiada búsqueda que los liberaría de su tormento.

El calor se fue haciendo cada vez más insoportable y la poca cordura que tenia se esfumaba dándole cabida a aquel perturbado ser que solo era capaz de ver en las personas un hoyo por el cual él podía calmar sus ansias. En algún momento sus belfos habían crecido de manera dolorosa toda su extensión y los lentes habían caído a lo largo del pasillo, su respiración se habían convertido en un cúmulos de jadeos, la peor pesadilla de cualquier licantropo decente se estaba haciendo realidad, ha este paso lastimaría a alguien y eso sería única y exclusivamente su culpa.

En algún momento, mientras caminaba por el pasillo aquel olor se hizo presente y por un demonio sí que lo disfruto. ¡La caza comienza! antes de que diera un paso aquel magnífico aroma lo tomo con fuerza y lo metió a una pequeña aula vacía, su mente se encontraba a mil, con la lengua comenzó a lamer sus labios en éxtasis por lo que haría a continuación, cuando la realidad lo abofeteó de manera estridente, no era Darcy la que se encontraba frente de él, era aquel extraño ser, nunca en su vida se había alegrado de ver a aquel sujeto, se encontraba tan feliz que fuera él y no ella.

Zaire noto al instante el problema por el que estaba pàsando y como no lo iba a notar si estaba emanando feromonas a lo pendejo, Zaire tenía en el sutil aroma de Darcy y eso le bastaba para intentar hacer realidad una de aquellas imágenes que lo llevaba torturando, cuando iba a dar un paso, unas cadenas del suelo se materializaron en sus manos y cuello impidiéndole moverse, Zaire le miraba de manera fija con una pequeña sonrisa burlona, de sus manos se podía ver un color rojizo que salían de estas hasta convertirse en aquellas cadenas.

-Así que el lobito quiere jugar, dijo chistando un poco con la lengua.

-Así que eres un híbrido, le conteste, mi tono se había convertido arrogante y lascivo, podía decir tierra y en ese momento iba a parecer la cosa más obscena al salir de mis labios.

-Veo que estas en problemas, pero no te preocupes nerd, tu salvador a llegado, veras soy muy bueno con las felaciones, luego de eso me ofreció una sonrisa socarrona. Se acercó a mí con esa altanería que lo caracterizaba y de su buso saco un inhibidor, su mano viajo hasta mi cuello y con una crueldad palpable me agarro e inyectó aquel extraño inhibidor.

-Espero que tu cuerpo lo resista dijo con una pequeña sonrisa cruel. -No te preocupes, volvió a decir, solo es un inhibidor del celo, pero creo que para ti es demasiado fuerte, pero viendo lo necesitado y poco cuerdo te encuentras ahora, intuyo que es lo que necesitas, en algún momento había sido incapaz de hablar, de mi cuerpo solo salían jadeos y algunos gruñidos poco retenidos, mis pensamientos dejaban de ser coherentes y la necesidad de liberarme se convirtió en mi máxima prioridad. Necesitaba ayuda, realmente necesita ayuda.

Eso era lo jodido del celo, dejabas de ser tu para convertirte en una masa insaciable de sexo y que en ese periodo solo miraba a otros pedazos de carne que lo ayudarían a calmar su necesidad, nada mas. Dejabas de ser tu, para convertirte en ese deplorable ser, para algunos era más llevadero que para otros y para Alexander siempre fue difícil el controlarse en esa época, pero ahora era diferente, porque él había encontrado a su Mate y eso lo complicaba todo aún más, el poco control se había ido por la borda y lo que alguna vez creyó que podía controlar se había salido de sus manos.

Con voz ahogada y patosa dijo: Ayúdame, por favor, en algún momento las cadenas se habían suavizado y Zaire había quitado esa cara de burla y ahora la sustituye una que el no sabia descifrar.

-Piensa en algún lugar seguro, dijo Zaire y eso fue lo que hizo, las cadenas desaparecieron y el ya no se encontraba en la universidad, ahora estaba en la tranquilidad de su casa, en su lugar seguro. 




El fragmento que se encuentra al inicio del capítulo es un poema que le escribió el Alfa a su luna Amira Helliwell

Ansió que este capitulo sea de su agrado, no se que ha sucedido últimamente, pero me he encontrado incapaz de realizar este capitulo y realmente deseaba actualizarles algo grandioso, pero últimamente no me he sentido yo, puede que sea por las hormonas pero todo lo que escribo siento que refleja una absurda e infinita tristeza y soledad, pese a esto he realizado algunos poemas sin embargo estos no se encuentran aquí, espero profundamente que disfruten del capítulo y de la historia que les comparto, creo que si leen entre líneas verán que una parte de mi se encuentra en esta historia, se que la historia está lejos de ser correcta gramatical y ortográficamente, hay demasiados ideas en mi cabeza y mucho de lo que actualizo no es debidamente corregido sin embargo tengo el deseo de corregirla y pulirla pero por el momento me encantaría que la disfruten, esto ayuda a que mi cabeza se enfríe y se libere, creo que me salen mejor los poemas pero esos los escribo para mí, temo que si los leyesen me conocerán y lo mejor de escribir aquí es el anonimato.

Les escribe el día de hoy una chica solitaria.  

Mi mate es un nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora