Hogar

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Saben que?
Alv, publicaciones todos los miércoles y viernes.

(Parte dos de "Escaparse")

El silencio era lo único presente a su alrededor en esos momentos, tan solo roto por el sonido del motor del auto

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El silencio era lo único presente a su alrededor en esos momentos, tan solo roto por el sonido del motor del auto.
Argentina tenía los ojos tan abiertos como le era posible, paralizado de sorpresa por finalmente haber escapado.
Incluso después de semanas de preparación e incluso horas de haber estado conduciendo por la ciudad, lo más lejos que podían, todavía le sorprendía el realmente haberlo hecho.

Lo hizo... de verdad lo hizo... tardó dieciséis malditos y tortuosos años, pero ahí estaba... escapando de su hogar.

No... hogar no... Ese no era su hogar, tan solo era el lugar donde vivía.
Era una casa, una vacía y fría en donde dormía y sufría.

Su casa.

Su infierno.

Pero nunca su hogar.

Llevó sus ojos de verdosas iris hacia el chico que conducía a su lado, rezaba con verlo tranquilo para poder sentirse seguro otra vez, pero no, México estaba igual de aterrado, puede que más.

El mexicano solo se aseguraba de mirar hacia delante, pero probablemente sin prestar mucha atención, como si su cuerpo estuviera en piloto automático, demasiado concentrado en su propia mente.

Argentina tan solo supo cómo se sentía, no necesitaba que se lo dijera, estaba asustado, sorprendido, nervioso, preguntándose si sería muy tarde para volver.

Era una mezcla entre seguridad e inseguridad, determinado a seguir pero deseando dar la vuelta.

Argentina sintió un escalofrío por su espalda y volvió su mirar al frente, quizá eso había sido mala idea, definitivamente no debería de haber arrastrado al pobre mexicano con él.

Él tenía una buena vida, con todo lo que necesitaba, suficiente, tenía amigos y familia, con todos se llevaba bien... Su único motivo para alejarse de todo eso era... el argentino.

Se sintió tan egoísta en ese momento.

Él había sido.
Él había sido el que metió en ese problema al que se atrevía a llamar "amigo"
Se tuvo que haber negado, tuvo que haberle dicho que se quedara, incluso debería de haberse alejado si era necesario.

Pero no, lo dejó ir con él, lo dejó ponerse en peligro por ningún motivo en especial.

- ¿Estás bien? - Le sorprendió la preocupada voz de su compañero

Al darse vuelta, de encontró que este había vuelto a la realidad y ahora pasaba sus ojos de la calle al argentino repetidas veces.

El argentino apretó sus brazos con sus propias manos, llevando su vista al suelo con tristeza, sintiendo unas grandes ganas de llorar.

De la A a la Z (MexArg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora