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Era una vida curiosa la que México vivía. Bueno, no a simple vista, si alguien preguntaba o trataba de hechar un vistazo a su día a día probablemente se veía de lo más normal: Despertaba temprano, desayunaba contundentemente, hacía un poco de ejercicio, trabajaba... nada fuera de lo normal.
O nada fuera de lo normal hasta que notabas la culebra que zigzagueba tras él a donde fuera que caminara, a veces incluso pasando entre sus piernas para adelantarse.
"Sol" la había llamado, todo en recuerdo de la persona que se la había regaldo en primer lugar, además convinaba con la piel color ocre del reptíl.
El mexicano sonrió y se agachó frente al animal, dandole unas caricias pequeñas en su cabeza.
- Buenos días, Sol - La saludó con algo de sueño
La culebra le respondió con un sicéo corto.
- ¿Tienes hambre? - Le preguntó
Sol volvió a sicear de manera tranquila. El mexicano así comprendió lo que su mascota le queria decir y tomó de un terrario cerrado que tenía a un ratón de la cola y lo dejó en el piso. El rodeór trató de escapar, pero ni con todo el poder de sus patas logró superar la velocidad del rayo de la ñacaniná.
Aún recordaba el día que la había conseguido, todo por culpa de cierto amigo suyo sureño...
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- Wey... ¿Dónde chingados nos metiste? - Se quejaba el mexicano mientras seguía a su compañero
Se suponía que era una excursión por territorio argentino sin mucho más, pero Argentina lo había metido entre helechos y cañadas por caminos que nadie había pisado jamás. México se sentía más perdido y mareado mientras más avanzaban, ¿O estaban retrocediando? Quizá no avanzaban... quizá caminaban en círculos... México ya no sabía.
- Confiá en mí - Le sonrió el argentino con diversión - Yo sé lo que hago -
- Sí, sí, wey, la verga te voy a confiar ¿Dónde estamos? - Insistió irritado
Noralmente no tenía tanto mal humor, pero en esos momentos el estar tan desorientado le corrompía profundamente.
- ... ¿Explorando? - Respondió el contrario con una sonrisa divertida, dejando en claro que estaba improvisando en el momento
- ... ¿No sabes donde estamos? - México sonó severo
- Sí se... solo necesito orientarme - Insistió el contrario
- ... No sabes donde estamos... - Repitió el tricolor - Argentina, pendejo hijo de la chingada ¡No vuelvo a seguirte a ningun puto lugar cabrón! - La frustración lo empujó a subir su tono de voz
