Sin fallos [Takemichi Hanagaki]

1

Una decisión que solo perjudica a una persona.

Takemichi llevaba días sin querer salir de su apartamento, no respondía llamadas y ni siquiera tenía la cara suficiente para mostrarse ante sus amigos luego del suicidio de Mikey, viajó al pasado pero no pudo hacer nada al respecto, por eso las cosas siguieron al ritmo de antes. 
Gracias al hecho de contarle a Hina, en el pasado, lo que hizo en el futuro fue extender la fecha de la boda para el mes siguiente. 
Aún así, él no era capaz de ir a verla y llorar en su regazo, se la pasaba gritando sobre su almohada hasta el cansancio. 

Pero en uno de esos días, sin previo aviso, los citó a todos los que sabían su secreto al antiguo lugar de reunión de Toman. 
Era la primera vez en años que todos allí veían los ojos de Takemichi sin brillo, tan serios y cansados, lo sucedido con su antiguo amigo había logrado pegarle en el alma, sin embargo allí estaba, flacucho, hambriento y exhausto. El corazón del pelinegro estaba tan lastimado que ya no resistiría más tiempo en esa situación.

Los miró intentando sonreír, pero las miradas de ellos eran de preocupación al verlo tan débil físicamente. Estaba pegado a un árbol, sus piernas temblaban y en cualquier momento caería. 

—Me alegra tanto que todos vinieran. —La voz del chico sonaba temblorosa—. Quería despedirme de ustedes antes de irme.

—¡¿Irte?! ¡¿De qué rayos estás hablando, Takemichi?! —Naoto elevó su voz enojado, no le gustaba nada que hubiera hecho preocupar tanto a Hina, ni esa mirada tan apagada que traía. 

—Sabemos que estás afectado, pero estamos aquí para apoyarte. —La voz dulce y preocupada de Hina era una manera con la cual su conciencia intentaba persuadirlo. 

Dio unos pequeños pasos al frente tambaleando, cuando Chifuyu se iba a acercar a sostenerlo como en otras ocasiones le hizo un gesto de que no se le acercara.  Extrañado de aquello, mantuvo la distancia. 

—Llegué a la conclusión que la única forma de salvar a Mikey es arreglando los pilares que lo mantenían cuerdo. Salvaré a Baji y Emma... Y repetiré el tiempo las veces que sean necesarias.

—No seas ridiculo, no puedes hacer eso... —Kenchin no quería escuchar en vano el nombre de Emma. 

—No tienes forma de volver a esos días, Takemichi, ¡y si pudieras cambiarías toda la historia! ¡Todo tu esfuerzo por salvar a Hinata y a los demás! —Chifuyu quiso evitar que su amigo se siguiera lastimando más.

—¡Se equivocan! ¡Mi deseo es que todos vivan y sean felices! ¡Y hasta que Mikey no esté con ustedes disfrutando no voy a parar! —Gritó Takemichi—. ¡Le fallé a Chifuyu el día en el que no pude proteger a Baji! ¡Y fallé al proteger a Emma sabiendo lo mucho que Kenchin y Mikey la amaban! ¡No me voy a permitir un futuro donde ellos no sean felices al lado de ustedes!

Antes de que Draken pudiera acercarse a detener el delirio de Takemichi, el pelinegro había sacado un arma de fuego y se apuntó a sí mismo en la cabeza. Naoto sostuvo a Hina por miedo a que su cuñado cometiera una locura y atentara en contra de ella. 
El ambiente se tensó tanto que se quedaron congelados, ninguno quería hacer un movimiento brusco y provocar el suicidio del amigo que en su momento los salvó a todos. Les dolía el alma de verlo tan destruido, peor se debería sentir él, pero no eran capaces de imaginarse la angustia y desesperación creciendo cada vez más por el cuerpo de Takemichi. 

Sonrió con el corazón roto, con la vida colgando de un hilo a punto de cortarse. 

—Son los mejores amigos que alguien podría tener... Los voy a extrañar mucho. —Su vista se dirigió a su novia y futura esposa—. Espero poder seguir siendo digno de ti cuando vuelva y nos casemos, y Naoto, perdón por todo. 

Por ultimo, solo pudo escuchar el ruido del disparo, el grito de Hina y sus amigos llamándole con desesperación.

La corriente de energía recorrió todo su cuerpo, veía demasiadas imágenes de toda su vida frente a sus ojos. Realmente lo había disfrutado, una vida al lado de Hina, un mejor amigo como Chifuyu, un amigo como Kenchin, un gran apoyo como Naoto, los demás miembros de Toman... Él decidió arruinarlo todo porque no sería una buena vida sin Mikey, sin Baji, sin Emma, no sería una buena vida para las personas que sufrieron tanto por sus pérdidas, y si Dios o quien fuere le había dado esa habilidad de viajar en el tiempo, la utilizaría sin importar las circunstancias. 

El hecho de suicidarse le había funcionado, su vida en peligro de muerte causaba que diera saltos en el tiempo, como aquel día en el que cayó a las vías del tren.