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Es tranquilo fuera de la ciudad

Lo último que su memoria recordaba era haberse despedido de Chifuyu abrazándolo con fuerza pidiéndole perdón por el susto que le hizo pasar. Despertó en su hogar, era en un atardecer y dio un suspiro algo pesado levantándose con gran esfuerzo de su cama, le pesaba demasiado el cuerpo y le dolía aún la cabeza tan fuerte como el golpe que le dio Kisaki hacía unos días atrás. Pero ahora estaba en casa, y revisando su teléfono para asegurarse de la fecha y el lugar correcto, se dio cuenta que estaba varios días adelantado a lo que era antes, no le importó demasiado eso.
Cuando quiso revisar su celular no había casi nada, solo unas pocas fotos con Hina, y el número de contacto de Naoto, y otras personas. ¿Y los chicos de Toman? ¿Por qué no encontraba nada con ellos?

Al llamar a Hina ella no contestaba, Naoto tampoco, ambos daban con sus celulares apagados, pero estaba seguro de que aún tenía un futuro al lado de Hinata.

Al final, solo pudo soltar un suspiro satisfecho al encontrar sus redes sociales y ver que la mayoría estaba muy bien, parece que solo se separaron en la disolución de Toman y que él solo no tenía sus números por haber roto su telefono anterior. Ver también a Mikey en esas fotos le provocaba un alivio en el pecho, la última foto publicada en sus redes era al lado de Emma y no hacía mucho tiempo.

Tuvo ganas de salir, en ese entonces fue cuando se dio cuenta que no estaba en su pequeño departamento, era una buena casa, no grande ni elegante, solo una buena casa. Se sentía orgulloso de sí mismo investigando un poco. La habitación era algo pequeña pero los muebles bien acomodados daban una sensación de comodidad, por el corredor había varias fotos enmarcadas de él y Hina, parece que aquella chica no lo abandonó. 
Takemichi tuvo ganas de llamar a Naoto hasta que le respondiera y pedirle perdón por lo sucedido aquel día, pues sería el único que seguramente recordaba su suicidio, esperaba que lo perdonara después de haber vuelto y corregido sus errores del pasado.

Al salir de casa, se dio cuenta que estaba afueras de la ciudad,  algo alejado de lo que le gustaría, pero seguro su "yo" del pasado estaría encantado con lo tranquila que aparentaba ser su vida ahora. No le sorprendía que al revisar sus datos de trabajo siguiera en la tienda de DVD's, pero como su propietario. 
Viendo el garaje estaba su motocicleta como nueva, eso era obra de Draken, él solo jamás la podría mantener así. Hizo una sonrisa a medias comprobando que tuviera gasolina y buscando las llaves para salir un rato, era sorprendente para él que pasara de ser un nadie a un chico con un gran futuro, una novia valiente e increíble, un cuñado que nunca lo dejó solo y un grupo de amigos que no lo había abandonado después de descubrir la verdad.

El aire helado chocaba contra su rostro, lo disfrutaba tanto al saber que todos estaban bien, al llegar a la ciudad, todo era igual, nada nuevo de lo que debiera sorprenderse y la recorrió todo lo que pudo recordando los lugares que visitó alguna vez con los demás, las aventuras de pandilla ya no existían porque tal y como prometió Mikey, Toman estaba disuelta.
Aunque cuando su celular sonó se hizo a un lado para estacionar y atender la llamada, era un número que no tenía registrado.

"¡Takemichi!" la voz se escuchaba como un regaño, era Chifuyu. "¿Vas a venir? Es que los chicos quieren saber si preparar un tazón más."

"Si voy a ir, dame unos minutos."

El pelinegro esperaba que Chifuyu colgara la llamada, pero no lo hizo, su amigo quería decir algo. Conocía bien a aquel muchacho, alguna pregunta quería hacer. 

"¿Todo en orden, Chifuyu?" 

"Sí, si... Pensé que ibas a preguntar dónde estamos..."

"¿No es eso obvio?" Takemichi aguantaba las ganas de reir, no tenía idea a donde tenía que ir. Solo quería seguir paseándose como si nada importara hasta llegar por casualidad en donde sus amigos se reunieron, y así fue. Su cuerpo pedía algo de comida, y la primera idea que pasaba sobre su cabeza era ir al restaurante de los hermanos Kawata.
No le sorprendió ver algunas motos en fila, lo que si, fue ver la gemela de la suya aparcada a lo lejos y con calma la dejó a su lado.

Entrando sin prestarle atención a su alrededor y revisando su teléfono por algunos mensajes de Hina, le aclaró que todo estaba bien y estaría con los chicos comiendo. Se ahorraría el hecho de decirle que volvió del pasado hasta que se encontraran en casa juntos. Los chicos de esa antigua pandilla lo miraron al entrar, manteniendo la vista fija en él. 

—Es extraño, dejen de mirarme de esa forma. —Dijo Takemichi, los demás parecieron soltar un resoplido. 

Mikey era quien más ilusión tenía en sus ojos de esperar que Takemichi diga algo, pero luego pareció ponerse de malhumor como el niño que era. Draken y Chifuyu rieron un poco al ver como decía que ya no tenía hambre dejando de lado su comida e inflaba las mejillas haciendo uno de sus pucheros, Baji y Kazutora hablaban entre sí sin prestarle atención al resto, Pah y Peh en las mismas, los gemelos estaban ocupados con la comida. Mitsuya fue el único que acabó su conversación con Hakkai de un momento a otro para ver a Takemichi llorar y estar derramando gran cantidad de lágrimas al verlos a todos juntos. 

Sus labios temblaban, y cuando todos callaron para mirarlo una vez más, esos ojos muertos brillaban y el corazón era uno nuevo, Takemichi dijo:

—Ya volví a casa, gracias por esperarme. 

Los ojos de todos se llenaron de lágrimas pronunciando el nombre del héroe llorón y Mikey fue el primero en abrazar al pelinegro, ya todo estaba bien.


















Sin fallos [Takemichi Hanagaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora