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Heroe llorón 

Entonces, cuando el rey apareció en frente de la gran multitud de jóvenes, la pelea cesó dejándolo pasar hasta donde Chifuyu y Baji se inclinaron ante él. Si Mikey no aparecía hubieran perdido aquella pelea, la desventaja no era tanto como la primera vez, pero el corazón flamante de su héroe era lo que los hacía levantarse. En cambio, en ese día, todos estaban apagados más que nunca, como si a una vela le apagaran la llama que la consume. 
Entre el primer y el segundo al mando de Toman, las personas buscaban a Takemichi, y cuando Chifuyu no lo vio por ningún lado con la llegada de estos fue el primero entender que el muchacho había logrado el objetivo principal, ahora le tocaba a ellos salvar a una persona más. 

"Podemos parar esta pelea ahora, dejar que Toman gane e irnos todos a casa" Mikey quería ir por la razón y la provocación para tener motivos por los cuales golpear a Izana Kurokawa por arrebatarle a uno de sus mejores amigos, sin embargo, su corazón tan dañado no podía ir en contra de los deseos de Takemichi. 

De igual manera, la pelea siguió entre los líderes de cada pandilla, eran igual de fuertes, pero Mikey controlaba su fuerza para no comenzar a golpearlo una y otra vez y matarlo a golpes. 
Solo que el de cabellos rubios debió parar al momento de oír el estruendo de un arma de fuego detrás suyo, su oído izquierdo estaba muy aturdido, incluso sentía que un líquido estaba saliendo de este y tambaleo un poco hasta poder quedar firme una vez más. Mirando detrás de él, Kisaki Tetta quiso dispararle solo que su miedo hizo que su mano temblara y fallara en el intento.  
Y en tan solo un segundo, Kazutora queriendo defender a Mikey recibió un balazo en su hombro, otro en una pierna al levantarse e ir corriendo hacia Kisaki una vez más. Izana le gritaba órdenes de que no dañara a su hermanastro, la pelea era de ellos.

Mikey estaba aún más aturdido. ¿Cómo su pandilla había llegado a enfrentarse a eso? 
Fue en ese momento que recordó algo importante: Eran niños, deberían estar jugando por algún parque, peleando con mamá al no querer hacer los deberes, estudiando para un próximo examen... 
Recordaba el día en el que la madre de Takemichi estaba llorando al lado de su hijo inconsciente luego de que lo apuñalaran en la pelea de Valhalla, ¿cómo estaría aquella mujer cuando la llamaran nuevamente pero con un peor pronóstico que la vez anterior? 

Todo iba un poco más lento, ahora el objetivo de Kisaki era la cabeza de Kazutora. El miedo de matar se le estaba yendo con cada disparo, incluso así, en un parpadeo alguien había pateado el arma de aquel muchacho lanzandola por los aires y Hina estaba parada en frente de Kazutora protegiéndolo, ella sabía que Kisaki, al menos el de ese tiempo, jamás le haría daño.

¡Hinata Tachibana en acción nuevamente! Solo que acompañada de aquel héroe llorón que todos estaban esperando, seguía siendo el Takemichi de aquel futuro destruido y se notaba más cansado que nunca. Fue despacio en frente de Hina para cuidar de ella por si al loco aquel se le ocurría soltar otro disparo. 

—Tendrías que haber muerto con ese golpe, ¡¿cómo es posible que estés vivo?! —Gritó Kisaki.

—No pienso descansar en paz hasta que estés muerto, hijo de puta. Así que intenta matarme todas las veces que quieras, volveré a ponerme de pie aunque mi consciencia no siga viva. —Respondió Takemichi acercándose cada vez más a Kisaki—.  ¿Recuerdas lo que te dije si te me acercabas de nuevo? Porque estoy sintiendo tu maldita respiración sobre mi rostro.

El chico bronceado no parecía haber entendido en ese momento, hasta ver la sonrisa de Takemichi, ya estaba muerto, solo estaba ahí para llevarlo a la misma desgracia.

—Huye, cobarde. —Takemichi se hizo a un lado dejando que Hanma rescatara a Kisaki, y mirando a lo lejos, Emma con un poco de cuidado se aproximaba a él en su motocicleta. Aquella que Mikey le había dado.

Cuando la chica se bajó y se posicionó al lado de su mejor amiga, les dio un beso en la frente a cada una. Tenía que ir detrás de ellos, para que todo fuese como la primera vez y acabar con el mal ciclo de una vez por todas. 

—Draken, subete, necesito que te encargues de Hanma, Mikey finaliza la pelea y cuida de ambas, aunque no lo necesitarán, son muy fuertes ellas juntas. —Dada esa orden, como si fuera el verdadero líder de la Toman, le hicieron caso.

No se les iban a escapar, Draken no dijo nada en ese entonces, pero estaba orgulloso de lo mucho que había crecido su compañero y amigo. Había tomado el lugar de la Toman que siempre quiso, ¡era el gran líder! 
La moto de Hanma resbaló, Draken bajó a pelear, y Takemichi hizo lo que debía hacer:

Guiar a Kisaki Tetta a su muerte.

No era de su gusto tener una conversación con el hombre que le había arruinado la vida desde el momento en el quiso arrebatarle a Hina, desde el momento en el que dañó a sus amigos y no le permitió salvar a Mikey en ninguno de los futuros proximos. Cada paso que daba Takemichi hacia adelante, Kisaki retrocedía viendo esa mirada muerta y los labios rotos con la sangre seca en ellos. 

—Hina será mi esposa en el futuro, ¿en serio creíste que mi sueño de niño de ser un delincuente juvenil es lo que a ella le llamaba la atención de mí?

—¿Qué?

—Si tan solo hubieras sido un poco más inteligente... Sabrías que ella me ama solo por ser el héroe llorón, siempre que Hina te rechazaba en el futuro la matabas. Pobre Kisaki Tetta, sufriendo por un amor no correspondido. —Takemichi sonaba cruel, tal vez la cantidad de emociones acumuladas hablaban por él. La cantidad de veces que vio morir a sus amigos sin poder hacer nada al respecto, la cantidad de veces que Mikey los mató a todos menos a él. 

—Estás delirando, tu cabeza no está bien, sería fácil golpearte ahora. ¿En serio vas a enfrentarme así?

—Pobre Kisaki Tetta, asustado de un idiota que llora y parece no tener fuerza, asustado del viajero en el tiempo que ha arruinado sus planes sin dejarle más posibilidades que la muerte misma. —El sonido de aquel coche hizo que Takemichi parara su caminar—. Muere. 

No quiso guardar la escena en su memoria, por lo que cerró los ojos y cuando escuchó el impacto fueron abiertos nuevamente. Estaba muriendo una vez más, así que caminando hacia donde estaba Draken, Takemichi dio finalizada su misión. 
Incluso al ver a aquel rubio tan alto se dejó caer a sus brazos, rompiendo en llanto al fin, gritando todo lo que quería gritar, dejando salir las emociones en sus gritos desgarradores, dejando que todo el mundo lo escuchara y Mikey llorara del alivio al ver a sus mejores amigos bien y arrodillados en el suelo siendo capaces de soltar todo el dolor. 

Mikey al fin podía llorar por Shinichiro, llorar porque todos los que amaba estaban bien, llorar porque a la única persona que perdió fue a su hermano, y su hermanita estaba segura gracias al chico destrozado en frente suyo. Gracias a ese chico que lo arriesgó todo más de una vez para salvarlos a todos logrando el final feliz en su historia, pero no soportaba escucharlo romper su garganta con cada grito y ahogándose con su propio llanto mientras Kenchin lo apretaba con fuerza en un abrazo. 

—Lamento haberte hecho sufrir tanto, Takemichi, lo siento tanto, te juro que si pudiera cargar con tu dolor lo haría también. —Mikey sollozó, pero las cálidas manos de Emma y Hina lo tomaron por sorpresa, cada una de ellas estaba a un lado de él sosteniéndolo por las dudas que las piernas fueran a fallarle. 

—Él te ama, Mikey. No tienes por qué culparte solo a tí. —Dijo Hina.

—Todos juntos cargaremos con la culpa de lo que le hicimos sentir a Takemichi. —Agregó Emma pegándose al brazo de su hermano mayor—. Ya puedes descansar tú también, Manjiro.


Sin fallos [Takemichi Hanagaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora