Luego de un tiempo regresé al pueblo, caminé de nuevo los senderos, aunque lejos, ella estaba muy cerca de mi, bueno, realmente la tenía impregnada en el corazón.
Al pasar por su casa, vi el jardín un poco jodido, la mala hierba alta, las flores resecas, todo parecía ir mal. No toqué ese día, no lo creí conveniente.
Regresé al siguiente día, cuando alguien asomaba por la puerta principal, era Noa, su hermana pequeña. Francamente no sabía que tenía hermanos, pero pregunté por ella,-Eli-, ¿no lo sabes?, pregunto Noa-, ¿saber qué?, -pregunté-, Elizabeth se fue, -¿sabes a donde?- repliqué-, no, no me estas entendiendo, dicen que le crecieron un par de alas y se fue.
Vaya, caminé durante toda la tarde por aquella montaña, fui al banco del parque, parecía que en cualquier maldito momento ella aparecería por aquella vieja fuente, no fue así.
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Contado de otra manera.
RomanceContado de otra manera, sin embargo sigue siendo lo mismo.