Hace siglos el mundo se derrumbó entre guerras y se sumió en la oscuridad absoluta.
Ella fue elegida para portar la corona y reinar sobre todos, él estaba destinado a ser su guía y mentor.
Ambos tenían un largo camino que recorrer, ¿Finales inespera...
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Trescientos años han pasado desde la Gran Guerra guiada por la codicia del hombre, todos los reinos se enfrentaron y se aniquilaron entre ellos durante largos años sumiendo en la obscuridad y la miseria a todo aquel que habitaba las tierras.
La Corona de Plata había sido otorgada a la humanidad para reinar bajo el mando y la voluntad de los dioses, en la colina más alta de la tierra se erigió el enorme templo de mármol blanco y se creó para su protección a ocho hombres, los guardianes de Eda.
Vivieron en paz por miles de años. Los humanos transmitieron aquella historia a tantas generaciones por tanto tiempo que quedó como una leyenda fantástica, sin embargo, bajo la protección de los dioses jamás les faltó nada, sus reinos prosperaban con alegría y con lujo.
Durante una terrible sequía todos los reinos perecieron hasta casi extinguirse, los dioses se apiadaron de sus hermosas creaciones y cegados por el amor rompieron sus propias reglas y enviaron a los ocho guardianes de Eda.
Con ellos llegó la salvación, levantaron de nuevo cada uno de los imperios y volvieron a otorgar la estabilidad perdida.
Pero la naturaleza egoísta del hombre no tardo en relucir, al comprobar que todo era real comenzaron a codiciar la Corona de Plata para hacerse del poder absoluto y controlar a todos bajo su merced.
Se desató entonces la más grande guerra que el mundo jamás había visto, asesinatos, traiciones y torturas se extendían a lo largo de cada reino conquistado por el más fuerte de los imperios. El imperio de Irune gobernado por el rey Naím.
Derrotó a cada uno de sus adversarios peleando durante largos años derramando toda la sangre que consideró necesaria. El día que el rey llego a las puertas del gran templo tenía ya sometido el mundo bajo su reinado.
Los ocho guardianes defendieron la corona hasta el último aliento pero solo dos de ellos lograron salvarse. Estando el rey de Irune a punto de llegar al salón principal uno de los guardianes decidió sacrificarse, le dio la corona a su compañero y evitó que lo atraparan dándole la oportunidad de huir con la corona.
El último guardián contempló cómo se derrumbaba aquel templo que por años vigiló, sus compañeros y hermanos murieron a manos de aquellos a quienes juraron cuidar.
Así, la protección de los dioses fue retirada, la Gran Guerra terminó, la humanidad quedó a la merced de todo aquello que pudiera corromperla y la corona desapareció con el último guardián.
La leyenda dice que algún día nacerá alguien especial, alguien que deberá reinar de nuevo sobre todos los imperios y tener el derecho de portar la Corona de Plata.
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⋆ . Luna . ⋆
Primer capítulo de la historia, traigo algo fantástico y un poco diferente, espero que alguien pueda leer esto.
