Capitulo 9: "El baile de las brujas"

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Por más que lo pensara una y otra vez no encontraba manera, Han se había atormentado las ultimas noches sin saber como fue posible que Alexander los encontrara

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Por más que lo pensara una y otra vez no encontraba manera, Han se había atormentado las ultimas noches sin saber como fue posible que Alexander los encontrara. El santuario estaba rodeado por salvaguardas que bloqueaban cualquier señal de rastreo y evitaba que seres con magia negra cruzaran sus fronteras.

Alexander no estaba haciendo esto solo, eso se había hecho evidente, y la peligrosidad con la que se acercaba era cada vez más preocupante. Han se habia encargado de cuidar a Namari lo mejor que podía, sin embargo, sabia que no era suficiente.

- Viajaremos al este. - Declaró el guardián, mirando fijamente la fogata que había encendido hace unas horas en medio del bosque.

- La corona se encuentra al norte y ya que nos están siguiendo no contamos con mucho tiempo, ¿Por que nos desviaríamos?- Inquirió una Namari adormilada cerca del calor de la fogata.

- Si no logro retrasar el avance de Alexander cada día que sigues respirando es un milagro. No puedo dejar que te encuentre, no después de las vidas que se sacrificaron en el santuario para que pudiéramos escapar.

- ¿Qué hay en el este que pueda ayudarnos?

- No es "que", es "quien". - Sonrió de lado haciendo énfasis al "quien".

- Conozco a alguien que logro escapar de la caza de seres mágicos, aprendió a ocultarse entre los humanos desde hace siglos. Después de pasar tanto tiempo acumuló una buena fortuna y ahora se codea de cerca con la clase alta.

- ¿Buscamos su dinero?

- No exactamente, buscamos su ayuda. Habrá un baile mañana por la noche, el anfitrión será el duque de Dankworth. Estoy seguro de que ella estará ahí. 

- ¿Ella? - Exclamo Namari mirando a Han, el sueño se habia esfumado por completo y se enderezo de un brinco. Como respuesta solo recibió una risa ante su reacción y sin más explicaciones el muchacho se levanto del suelo, dispuesto a comenzar la vigilancia a los alrededores por entre los arboles.

El resto de la noche Namari no pegó un ojo, su mente no dejaba de divagar y buscar explicaciones coherentes. La manera en la que sonrió Han al pronunciar el "quien", le causaba una molesta punzada en el estomago que no pudo ignorar. 

Al siguiente día partieron rumbo al este regresando a los antiguos hábitos. Han guiándola mientras la tomaba de la mano para asegurarse que todo estuviera en orden. 

Ir de la mano del chico le dio a Namari una sensación de superioridad ante la chica desconocida a la que se estaban dirigiendo a ver, y por primera vez en muchos días se sintió genuinamente feliz.  

Para el atardecer llegaron a un pequeño pueblo, la gente ahí no parecía de gran cuna, todos eran trabajadores que vivían de manera humilde. Lo que llevo a Namari a dudar sobre la legitimidad de la fortuna perteneciente a la desconocida, tal vez se dedicaba a la explotación, o a la venta de esclavos, muchas teorías se le ocurrieron que pudiesen darle explicación a la molesta sensación que sentía de tener que conocerla. Claro, aquella punzada en el estomago se debía a la preocupación, no habia más alternativas.

CORONA DE PLATA ❅ Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora