Hace siglos el mundo se derrumbó entre guerras y se sumió en la oscuridad absoluta.
Ella fue elegida para portar la corona y reinar sobre todos, él estaba destinado a ser su guía y mentor.
Ambos tenían un largo camino que recorrer, ¿Finales inespera...
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El ejercito de Yannik con estruendosas pisadas entro al templo y rodeo todo le vestíbulo, su simple presencia era terrorífica. Namari pudo jurar que no existían rostros detrás de los yelmos negros que cubrían sus cabezas. Mientras bloqueaban la puerta Han permanecía confuso sin entender que era lo que Yannik estaba haciendo.
- Señor, la profecía por fin se ha cumplido, Alexander ha muerto y Namari tiene la corona. - Afirmó Han expectante con esperanza de obtener una justificación a las acciones del dios.
- Has cumplido bien con tu encomienda, me parece que ya es momento de que te retires.- La voz de aquel hombre estremecía el alma de cualquier mundano, lejos de tener un timbre solemne sonaba con un matiz terriblemente peligroso.
- Me quedare hasta que finalice la coronación como dice la profecía, "El guardián guiara a la elegida y la acompañara hasta que este iniciada la nueva era de plata".- Sentencio Han contradiciendo las ordenes.
La diosa Itziar debía ser la encargada de coronar a la próxima reina en una celebración que anunciaría el regreso de la corona de plata al mundo, tendría que haber sido ella quien estuviera en el templo, sin embargo, nada de eso estaba sucediendo, en su lugar los soldados se disponían a bloquear la puerta principal y otros más alejaban a Namari del salón en contra de su voluntad.
- Me temo mi querido hijo que eso no será posible.- Dijo Yannik mientras caminaba al rededor del salón seguido por la mirada seria de Han.
- Yo me encargaré de Namari hasta que la coronación esté hecha, ese era el trato padre, antes de eso no pienso dejarla sola.- Continuo insistiendo el guardián, los nervios activaron su sentido de alerta y la sensación de que algo no saldría bien inquietaba su mente.
- Correr peligro.- Repitió Yannik para él mismo.- ¿De quién correrá peligro? Dijiste que Alexander ya no era un problema.
- Estoy tratando de averiguar si hay alguien más de quien deba cuidarla.
Yannik rio amargamente, si Namari hubiese presenciado aquello seguro se convencería de que sonaba como el recibimiento al infierno, aunque nunca hubiese pisado aquel lugar.
- Sabes.- El dios frenó su caminata cuando estuvo frente a Han, mirándolo a los ojos.- De todos los hijos de Yannik tu fuiste el único que se atrevió a retarme.
Han lo miro confundido. Entonces, la piel que antes era tan blanca como el mármol comenzó a tornarse como carbón encendido, en donde habia estado el rostro de Yannik ahora se encontraban dos cuencas obscuras rodeadas de chispas desprendidas por el rostro y tan brillantes como el sol.
- Azazel.- Fue todo lo que pronuncio Han antes de recibir el primer golpe asestado por le demonio, cuatro soldados lo sometieron obligándolo a ponerse de rodillas frente a la criatura y le arrebataron la corona de las manos.
Han y sus hermanos crecieron como humanos aunque no lo fueran, nacieron de los dioses más poderosos, quienes se encargaron de forjarlos como guerreros y sabios con conocimientos infinitos, entre ellos la energía demoniaca y sus orígenes. Han habia visto a Azazel antes en los libros sobre el infierno y sus príncipes, en ellos relataban las ofensas al cielo y la corrupción humana que se habían dedicado a esparcir.
