Capitulo 11: "Lo que siento y lo que no"

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Había sido una larga pelea entre Han y Celine cuando salimos de los túneles, un pobre árbol pagó las consecuencias cuando Celine lo arranco del suelo y se lo arrojó a Han, todo esto controlándolo solo con sus manos, parecía que dentro de su repert...

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Había sido una larga pelea entre Han y Celine cuando salimos de los túneles, un pobre árbol pagó las consecuencias cuando Celine lo arranco del suelo y se lo arrojó a Han, todo esto controlándolo solo con sus manos, parecía que dentro de su repertorio de poderes incluía manejar cosas sin tocarlas. Si Han no fuera tan rápido es probable que se hubiera convertido en la nueva maceta para el árbol.

Al final resultó ser solo una broma. Celine aprovecho la situación para "divertirse" según sus palabras, en realidad si hechizo el anillo y Alexander jamás había estado en la fiesta, por lo que nunca estuvimos en un potencial peligro. Todo había sido maquinado en su malévolo cerebro.

Ese baile nos habia costado una acompañante más, la bruja se negó a irse pese a los rechazos de Han, ella alegaba que seria mejor para nosotros tenerla de su lado. Era terriblemente molesta. 

Por decisión de todos acordamos pasar tres noches en la propiedad de Seungmin, necesitábamos construir un buen plan que nos llevara sanos y salvos hasta la corona.

Ni en mis más grandes sueños me atrevía a imaginarme vivir en un lugar tan grande o estar tan bien atendida, al principio resultaba incomodo, no estaba acostumbrada a tener personas que hicieran las cosas por mi pero después de acoplarme y dejarme llevar un poco, resultaba muy agradable. 

La casa tenia tantos jardines por explorar, había encontrado otro lago con un hermoso columpio de madera. Pasar el rato ahí disfrutando de la brisa me recordaba a mi hogar, además, era mucho más agradable convivir con un pato que con Celine. Desde que llegó a la casa con enormes maletas cargadas de joyas y vestidos no habia dejado de exigir las cosas a su modo, pedía que le cocinaran el desayuno a cierta temperatura, que abrieran las ventanas solo cincuenta grados y la mayor parte del tiempo se dedicaba a regañar a la pobre chica que tuvo la desgracia de atenderla.

Por otro lado, Han tampoco resultaba una buena opción de compañía. No me dirigía la palabra desde lo ocurrido en los túneles, evitaba mirarme y pedía a los cocineros llevarle la comida hasta el despacho de la casa. Se mantenía ocupado encargándose de poner en orden el papeleo del hogar, trescientos años de transacciones y cambios necesitaban de toda su atención.

Decidí no tomarme la libertad de buscarlo. Hasta no encontrar una explicación a todas las cosas que sentía cada vez que  lo miraba seria mejor mantener una distancia prudente. Era posible que todo aquello se debiera solo al repentino cambio del momento. 

- Señorita. - La dulce voz de Maru, mi sirvienta personal, se hizo escuchar desde la entrada de la habitación.

- Adelante. - Dije con una sonrisa para mostrarle a la chica que era bienvenida.

- El joven amo dice que es hora de que se vayan, él y la señorita Celine ya la esperan en el carruaje.

Asentí en respuesta. Cuatro noches pasaron volando, tenia muchos días sin sentir tanta tranquilidad pero era momento de partir. Recorrí la habitación una ultima vez y luego me dispuse a seguir a Maru hasta el pie de las escaleras.

CORONA DE PLATA ❅ Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora