Porque te quiero.

Recordar

Recordar: Traer a la memoria propia algo percibido, aprendido o conocido, o retener algo en la mente.

Recordar, al día recordamos millones de cosas. Lo que le tenemos que decir a nuestros mejores amigos nada más verles, rumores sobre la pareja entre el capitán de fútbol americano y su novia la gran animadora por la que todos los chicos, o chicas, están locos, los recados que nos manda nuestra familia o, si no tienes una libreta donde apuntar todas tus tareas y eres tan despistado o despistada como yo, tienes almacenar en tu cabeza todo lo que debes hacer e intentar recordarlo según pasan las horas, los minutos y, por supuesto, los segundos. Recordamos momentos de nuestra infancia como todas las veces que has soplado las velas al cumplir un año más, rodeada de toda tu familia o amigos, todas las veces que has abierto los regalos de Navidad al lado del árbol y cerca de la chimenea, con una gran sonrisa en la cara esperando que sea lo que has escrito en esa carta . Recordamos momentos felices o tristes, como las veces que te has caído de la bici y has llorado por una pequeña herida en la rodilla. Momentos tristes como los que me atormentan desde lo que me hiciste, desde que me dejaste sola, frente al peligro del mundo, sin ningún apoyo, y te dio igual, como todo, como yo.

Me gusta recordar, abrir un álbum de fotos y verme reflejada en una pequeña yo, sonriente, con la cara llena de tarta y una corona, un poco más grande que mi cabeza, con el número 10 en medio, rodeada de mi familia y amigos, feliz. Pasar a la siguiente foto y ver una niña feliz en su nueva bicicleta, de la que más tarde caería y lloraría, apagando por un momento esa felicidad que desprendía. Pasar las fotos hasta cerrar ese álbum, lleno de recuerdos, de risas, de llantos, de momentos preciosos que espero no olvidar jamás. Lo malo de los recuerdos, de recordar, es que no todos los recuerdos son bonitos. Encender el móvil y entrar en el chat que llevas tanto tiempo sin leer, por miedo a que siga doliendo, leer esas conversaciones, y que duela, que te desgarre por dentro y que cuando pienses que estas a punto de sanar, todo vuelve a romperse y a doler, el  mundo se viene abajo y todo lo que habías creído conseguir desde que esa persona se fue, se derrumba, convirtiéndose en polvo, en nada, y otra vez, como al principio, vuelves a llorar, tu sonrisa se borra y otro recuerdo se añade a tu mente, uno en el que se te ve rota, tanto que te cuesta respirar porque el polvo de lo que acaba de derrumbarse te envuelve y como si se tratase de una gran mano apretando tu cuello, no puedes respirar, y lloras, lloras hasta que tus ojos no pueden derramar más lágrimas y ahí, entiendes que estas en la mierda, que todo duele y ahí es cuando solo quieres desaparecer, pero luchas y sigues, porque crees que lo lograrás, aunque tardes. Porque todo el mundo dice que hay que tener paciencia, que el tiempo todo lo cura per, ¿y si no lo hace? ¿y si no me cura? ¿y si no consigo tener paciencia?

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- Buenos días chicos, buenos días chicas. Se está acercando el final de este primer trimestre y como muchos ya sabréis, para aprobar mi asignatura no basta solo con memorizar unos temas, escupirlos en el examen y olvidarlos hasta el próximo año. Necesito que hagáis, en parejas, un trabajo de fin de trimestre.- Nos informó el señor Smith al principio de la clase.- Apuntaré todo lo necesario en la pizarra, las parejas las elegís vosotros, ahora empezaremos con la clase de hoy.

- Y por eso me gusta tanto el señor Smith.- Le dije a Justin susurrando y le di un codazo para que no se durmiese.

Éste frunció el ceño como si estuviese loca y apoyo la mejilla en su mano preparándose para atender, o dormir.

Abrí mi cuaderno y empecé a anotar, como todos los días. La clase se me hizo corta y cuando el señor Smith dijo que terminaba me sorprendió, desperté a Dyan, que a su vez despertaba a Lucas, y a Justin que se sobresaltó y por poco se cae. Solté una carcajada y frunció el ceño enfadado.

- No me despiertes así, novata, o no volveré a traerte en coche y tendrás que llegar tarde a tu clase favorita.- Puse los ojos en blanco y me giré a Dyan para preguntarle si hacíamos el trabajo juntos.

- Lo siento Ev, pero Lucas y yo vamos a hacer el trabajo juntos.- Me dijo  Dyan.

- Oh, no te preocupes.- Le guiñé el ojo y me di la vuelta para buscar a Justin, vale si, es raro que le quiera preguntar a él, pero al fin y al cabo, aparte de Dyan y Lucas, es la única opción que me queda. Lo vi saliendo del aula y corrí para alcanzarle antes de que alguien se lo preguntara.

- ¡Eh, Justin! ¡Justin!- le grité, y a la tercera me escuchó, dicen que a la tercera va la vencida ¿no?

- No hace falta que grites novata, te he escuchado.

- ¿Y por qué no me haces caso?- le pregunté un poco molesta.

- Me divierte molestarte. ¿Qué quieres?

Puse los ojos en blanco inmediatamente.

- Quería preguntarte si querías hacer el trabajo conmigo, pero si te vas a comportar como un auténtico idiota será mejor que lo haga con otra persona.- Me giré y noté como me agarraba el brazo con su mano haciendo que me volviese hacia él.

- Está bien novata, lo haré contigo, al fin y al cabo a ti esto se te da bien y eres la única que presta atención al señor Smith, lo que me asegurará una buena nota. Pero a cambio de que me dejes llevarte a casa.

- Creo que me estoy arrepintiendo de habértelo pedido y no, no voy a dejarte que me lleves a casa.

- Déjame decirte que está lloviendo, pero si quieres mojarte es tu problema novata. Así tendré un motivo más para meterme contigo.

- Eres un idiota, ¿sabes? Llévame a casa pero no te acostumbres, no somos amigos.

- Créeme que lo sé, me lo recuerdas cada día y si no somos amigos, no me habrías perseguido para pedirme hacer el trabajo contigo y tener un motivo para hablar conmigo.

- Estás teniendo alucinaciones. Te lo he pedido a ti porque Dyan lo iba a hacer con Lucas y eres el único que conozco. Se podría decir que eres mi tercer plato.

- Ya, claro. Pero admite que no te caigo tan mal como piensas.

- No pienso admitirlo. Llévame a casa idiota.

- Con mucho gusto.