*Respirar: Dicho de un ser vivo: Absorber el aire, por pulmones, branquias, tráquea, etc. tomando parte de las sustancias que lo compones y expelerlo modificado.
Coger aire, mantenerlo y volver a soltarlo, algo sencillo ¿verdad?, algo sencillo cuando estás en paz, contigo y con lo que te rodea, algo tan sencillo que ni nos damos cuenta cuando lo hacemos, algo tan sencillo pero tan complicado a la vez. Porque no es tan sencillo cuando sientes que te ahogas como si estuvieses debajo del agua sin poder salir, no es tan sencillo cuando descubres una verdad tan dolorosa que sientes que te están ahogando, posando con firmeza su mirada en la tuya y una mano fuerte te presiona la garganta, robándote hasta el último suspiro, el último átomo de oxígeno que queda en tus pulmones. Y luego te das cuenta que eso no es real, no hay ninguna mano en tu garganta presionándola robándote el oxígeno, pero si hay una mirada, una mirada sin amor, no como aquellas que me observaban antes, miradas que me hacían sentir en paz, en calma, como si estuviese en una nube y tú a mi lado, miradas que podían demostrar tanto sin tener que decir nada, miradas que se sienten.
Esas miradas no volverían, ese día sólo vi una mirada sin amor, sin sentimientos hacía mí, porque me habías sustituido tan rápido como romper una hoja de papel, y esa hoja de papel fue mi corazón, que lo rompiste en tan solo un segundo con una sola mirada, y no sabes como dolió, joder, como me rompiste sin decir nada, ni una sola palabra, ni una explicación, no se porqué esperaba más de ti, un último te quiero antes de que todo se rompiese, antes de que tu lo rompieses.
Y por fin entendí que no merecías mis miradas, ni mi amor, ni mis caricias, no me merecías. Pero dolías tanto que me quemaba y me costaba respirar, me costaba coger aire, mantenerlo y volver a soltarlo, algo tan sencillo que se volvió tan complicado a partir de ese momento.
Esa hoja de papel que rompiste, convirtiéndose en mi corazón, sigue doliendo y no se porqué, cada día duele más, como si echases alcohol a cada rato o como si rompieses un poco más esa hoja de papel, impidiendo sanar esa herida, impidiendo pegar esa hoja, mitad con mitad y recomponerme.
Coger aire, mantenerlo y volver a soltarlo. Respirar, eso haré de nuevo, sin que me cueste.
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- Dyan tengo mañana una fiesta y no tengo nada para ponerme, es urgente, deja de comer tacos de una vez y ven a ayudarme.
- Tenemos una fiesta Ev, tenemos.
- Vale, tu también vienes pero ayúdame.
- Vale vale, pero Lucas también va a la fiesta, en 5 minutos estoy ahí.
Corté la llamada y fui a mi armario a revisar una vez más, y como ya sabía no había nada para una fiesta y todo por negarme a salir de fiesta durante meses. Dyan llegaría pronto a mi casa ya que vive en la calle de en frente así que podríamos ir al centro comercial hoy mismo.
En 5 minutos, tal y como dijo Dyan, sonó el timbre y apareció él con una sonrisa deseando salir a comprar algo para cada uno. Sé que le encanta ir de compras y aunque es la persona que mejor me conoce en el mundo, odio ir de compras pero es la única persona que puede ayudarme.
- Bien Ev, no necesito ir a tu armario para saber que no tienes nada para la fiesta así que coge dinero y vamos al centro comercial antes de que cierren.
Me reí ante su comentario y cogí mi bolso donde ya había guardado el dinero, salimos de mi casa y cogimos el autobús en dirección al centro comercial.
Nos recorrimos cada tienda seleccionando varios vestidos y me decanté por uno color rosa palo largo con una abertura en la pierna y unos zapatos de tacón. Dyan se compró un traje, he de admitir que le quedaba de lujo y sé que lo hacía para impresionar a Lucas.
Salimos del centro comercial riéndonos como hacía bastante tiempo y decidimos ir a tomar algo al Starbucks que se encontraba en el centro de la ciudad.
Cuando entramos vi a Justin sentado en un reservado con sus amigos, entre ellos estaba el chico al que le había dado la hierba ese mismo día, nuestras miradas se encontraron pero aparté la mía rápido y me dirigí a pedir mi café para llevar. Cuando nos sirvieron el café nos dirigimos a la puerta cuando por poco me choco con Justin como la primera vez que nos encontramos.
- Mira a ver por donde vas, novata.
Lo rodeé y fui a la puerta con Dyan. Cogimos el bus y cada uno se fue a su casa.
Me probé el vestido y me vi, por fin, mejor que hacía unas semanas atrás, más contenta y con ganas de salir.
Agotada me puse la camiseta de propaganda que uso de pijama y me tumbé en la cama.
De repente mi móvil se iluminó y vibró, apareció un mensaje de Justin.
- Buenas noches novata, mañana te paso a buscar, sé puntual.
Le respondí con un "Buenas noches" y me fui a dormir.
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Porque te quiero.
Teen FictionEvie, una joven no muy segura de si misma acaba de empezar la vida universitaria, una novata más entre muchos estudiantes. Un inesperado choque contra un chico alto de ojos verdes cambiará su vida ¿para siempre? Acaba de salir de algo doloroso para...