Capítulo 18

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Como todos los días, el rey de Lyendor fue a su despacho a tratar asuntos sobre la administración del reino. A pesar de que ser rey era todo un privilegio, también era una gran responsabilidad. Encargarse de la milicia, economía, prestigio y hasta sociedad no era nada sencillo. La población había aumentado severamente por la guerra con el imperio Él, lo que significaba nuevos gastos pero también impuestos frescos. Además estaban los problemas internos; como las cosechas y la ganadería, las nuevas adquisiciones en las tierras lejanas, los nobles con hambre insaciable de poder, y los crímenes dentro del reino. El rey se debía encargar de todo eso. Desde que Thomas había ascendido como su majestad, nunca se había quejado. Todo lo contrario, había demostrado que podía con los deberes del reino.

Su despacho era un lugar sagrado, tanto para él como para los políticos que vivían en el reino. Allí se encontraban todos los asuntos por escrito. Por eso cuando el rey iba para allá, era de suma importancia no molestarlo.

—Le he traído su té, su majestad. —murmuró la sirvienta que se encargaba de Thomas. Apoyó la fuente con una taza de té y algunos bocadillos dulces en el escritorio. Él sólo asintió como agradecimiento. La dama se despidió haciendo una reverencia y salió por la puerta. Junto al rey se encontraba su secretario de mayor confianza. No sólo lo consideraba un gran trabajador, sino también un gran amigo.

—Con los nuevos soldados alistándose, será más fácil mantener la seguridad del reino. Algunos veteranos se ofrecieron voluntariamente para participar en las campañas en el Sur. Dicen que sacrificarían sus vidas por el reino. —habló Michael su secretario. —También está el asunto de los ataques de animales salvajes en los barrios bajos. No han habido muchas bajas como el mes pasado, pero los pueblerinos se sienten inseguros. —Michael miró de reojo a su majestad antes de continuar hablando. —Y estos son los permisos para las expediciones de su alteza, el príncipe Brick. —Thomas, quien no había levantado su mirada de su taza, miró hacia su secretario. Michael apoyó silenciosamente los papeles con cada detalle de las expediciones. Solo faltaba el apoyo financiero del rey, y se podrían llevar acabo.

Thomas releyó los permisos con suma atención. Su primogénito realmente tenía talento y habilidad para hacer lo que quisiera. El hecho de que usara tanto tiempo en esos viajes le molestaba. Su hijo iba a ser el futuro rey de Lyendor, no podía despreciar su tiempo en las tierras lejanas. Su puesto estaba en el reino, en un trono con una corona. De todos sus tres hijos él era el más capaz para gobernar. Boomer era demasiado irresponsable y sensible para llevar acabo el puesto de rey. Un líder debe tomar decisiones todo el tiempo, con determinación y sin dudar en ningún momento. Butch, ahora que se sabía la verdad sobre su madre, nunca sería aceptado por los nobles, y un rey que no tiene súbditos, es un rey derrotado. Y Brick era el único que reunía todas las habilidades para serlo. No sólo eso, era el mayor de sus hijos. Él debía encargarse de esa responsabilidad.

Thomas dejó los papeles sobre la mesa. Con todos los gastos de la guerra, el reino no podía pagar ese tipo de viajes. Tampoco podía permitir que su hijo siguiese con esas actividades antes de ascender al trono.

—Gracias Michael. —agradeció rápidamente mientras tomaba los papeles que informaban sobre los impuestos. —Informaremos mi decisión a los veteranos luego de reunirme con el General Wilson. Acortaremos el toque de queda por las noches así evitamos nuevos incidentes. Envía algunos soldados a los perímetros del bosque.

—¿Y las expediciones de su alteza? —preguntó el secretario al ver al rey tomando su taza de té.

—Dígale que los permisos fueron denegados por su majestad. —murmuró al alejar sus labios del borde de la taza. —Infórmale que no estamos en posición para hacer esos viajes. —alzó la mirada. —Y por favor sea discreto. —murmuró pensando en que en esos momentos no era bueno ser imprudente y agresivo con sus  hijos.

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