Sombras oscuras y lobos de hielo.

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De nuevo, Kira y Tara estaban en la cueva, pero esta vez la herida era Kira. Tara le había vendado la pata con piel de ciervo. Abrió los ojos, sentía un fuerte dolor en la pata y en la cabeza, aún todo le daba vueltas.

- Tara.... ¿ Como diablos me encontraste?

- Todo fue muy raro. Después de correr un rato me di cuenta de que no me estabas siguiendo, pero no conseguí captar tu olor. Más tarde escuche un aullido y pensé que eras tú. Pero no, vi un lobo blanco de ojos cristalinos a tu lado. Yo gruñí en señal de advertencia, pero él no dijo nada. Entonces me acerque y cargue contigo hasta la cueva. El lobo blanco nos siguió hasta cierto punto del bosque. Se quedó allí y yo le pregunté quien era, pero no me respondió. Entre en la cueva y te vende la pata con lo que tenía.

- Así que era eso... - Miró a Tara. - Hay que descubrir quien era. Puede que me haya librado de la muerte gracias a el, pero no puedo permitir que se pasee por nuestro territorio.

El resto del día permanecieron en la cueva, ya que Kira no se podía mover y fuera había empezado a nevar. Tara daba vueltas, aburrida. Todo parecía tranquilo.

- ¿ Has oído eso? - Murmuró Kira, que había escuchado un extraño ruido fuera de la cueva.

- ¿ El qué?

- Pues.... ese ruido, ¿ no lo has escuchado? - Tara negó con la cabeza, debía de haber sido imaginaciones suyas.

Pero volvió a oírlo, esta vez acompañado de pasos que crujían en la nieve.

- Tara... Creó que hay alguien fuera. - Estaba preocupada, por que si eran de nuevo los cazadores no se encontraría en el perfecto estado para luchar.

- Sí, ahora sí que lo he escuchado, voy a mirar....

- No, quedate aquí. Puede que con la nieve no nos hayan olido aún.

Esperaron allí a ver si los ruidos cesaban. Pero no. De pronto, vieron como una sombra negra entraba en la cueva. Era un lobo, o eso podía asimilarse. Su " pelaje " parecía estar echo de una neblina negra, como si fuera una sombra, y unos horribles ojos rojos destacaban en su oscura forma. Su boca, abierta, mostraba unos dientes afilados como cuchillas, con manchas rojas, que seguramente había arrebatado muchas vidas.

Seguido del entraron 2 lobos más, exactamente iguales al primero. Tara y Kira miraron horrorizadas. Lo que faltaba.

- ¿ Que hacemos? - Dijo Tara entrecortadamemte. Kira se quedó sin habla. Aquellos lobos parecían venidos de otro mundo. Pero, firmemente , se levantó del suelo, y miró desafiante a los 3 lobos que mostraban los colmillos.

- Lucharemos y defendermos nuestra cueva. - Tara asintió y se colocó en posición de combate.

El primer lobo dio un paso al frente y cargó contra Kira. Esta se agachó justo a tiempo y esquivó un mordisco del segundo lobo. Tara, viéndola apurada, saltó hacia el segundo lobo y lo derribó al suelo. El tercer lobo atacó a Tara con un mordisco en los cuartos traseros. Desde aquel momento Kira ya dio por perdida la batalla, aquellos lobos, además de ser muy veloces, atacaban con una brutalidad impresionante, como Atila y los hunos. Pero un haz de luz inundó la cueva y antes de que el primer lobo le mordiese en el cuello, un rayo azul salió del haz de luz y congeló a los 3 lobos. De aquel haz salió magestuosamente el lobo blanco de ojos azules y porte altivo que ayudara a Kira más a Tara en la velada anterior.

- Soy Aiän (se pronuncia áian), estoy aquí para ayudaros. Seguidme, antes de que se liberen.

Tara miró la pata de Kira.

- Ah sí, casi se me olvidaba. - Con una pata tocó el suelo de la cueva y apareció un trineo con unas riendas de escarcha. Kira intuyó que se tenía que tumbar ahí y así lo hizo. Aiän cogió las riendas con la boca y antes de salir tocó a Kira y a Tara con el hocico. A continuación una fina capa de escarcha las cubrió.

- Es para protejeros del frío. Vamos.

Afuera debía hacer un frío invernal, pero gracias a la capa de escarcha que cubría su cuerpo ya no sentían frío. Tara se quedó bastante satisfecha.

- ¿ A donde vamos? - Le preguntó Kira.

- Aún lugar en el que no nos encuentren. - Respondió Aiän.

- ¿ Y quienes son ellos?

- Os lo contaré todo cuando lleguemos.

Y con esto, se internaron en el bosque mientras escuchaban un aullido de rabia proveniente de la cueva.

Buenas! Perdónpornoescribir, peroesqueestoyuntanto líada conlosexámenes. Puede quepara lasemanasiguientenosubacapítulo, perola prósima yasubiré. Graciasatodosporelapoyo, yaquemiprimerlibroyahallegadoalas 300 visitasy 20 likes! Unbesoatodos

Memchimn.

En la piel del lobo PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora