Un nuevo refugio

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- Kira...

''Oh no, no puede ser. Otra vez no!''

- Déjame en paz!

- No soy quién cres que soy.

Era verdad, la última vez que había tenido ese tipo de sueño había hablado con un ser oscuro de voz ruín. La energía oscura que emanara era tal que al despertar le dolía todo el cuerpo. Pero, ahora una voz suave, traída del viento, le hablaba como si de una caricia se tratara. Eran dos aspectos muy diferentes.

 Entornó la vista para ver mejor a su emisor, y lo que vio la dejó impactada. Una loba de pelaje gris azulado, gran tamaño y porte elegante la observaba con unos ojos grises como los suyos. Pero eso no era lo que más le llamaba la atención a Kira: unos símbolos azules oscuro que representaban el viento cubrían la mayor parte de su cuerpo.

- La Aräiam guardiana del viento...

La loba asintió con la cabeza.

- Puedes llamarme Umma. Durante mi letargo he podido acumular la energía necesaria para poder hablarte hoy en tus sueños. No tengo mucho tiempo, así que no me interrumpas.

 'Como Alpha de tu manada , debes conducir a los Araiäm a otro refugio. Encontrarás uno en el sur, en la Tierra Celta e Ibérica. Cuando lleguéis al portal de aquellas tierras, déjate conducir por Tara, ya que al sitio al cúal os dirigiréis era el antigüo hogar de Tara: Los Montes Galaicos. Una vez en las montañas del noroeste, busca a los hermanos Aroh y  Fera, ellos te conduciran a la nueva guarida.'

Kira escuchó antentamente las palabras de Umma. Cada vez se debilitaba poco a poco.

- Pero, tengo una duda... Como vamos a salir de aquí?

- Para salir de aquí necesitaréis el poder de Flecha Gris, y quizá también el de Kora. Pero, recuerda, ten cuidado con...

La Araiäm guardiana empezaba a desaparecer con unos destellos de luz que cegaban a Kira. La loba tenía una última pregunta: la interrupción la había dejado confundida. ¿ Cuidado con qué? ¿ O con quién? No lo sabía, pero antes de poder formular aquella pregunta, la guardiana del viento desapareció entre luces y tornados, y Kira se despertó agitadamente.

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La Aräiam se levantó del suelo decididamente y buscó a Flecha Gris con la mirada. Ya sabía lo que tenía que hacer.

- Kira? Qué te ha pasado?

Era Aiän.

- Eh? Yo simplemente estaba durmiendo y..

- No. Te has desmayado. - Dijo Tara.

- Da igual!! Se que debemos hacer! - Gritó impaciente. - Flecha Gris, con tu poder busca algún túnel en la tierra por el cúal podamos salir.

Tanto Flecha Gris como los otros lobos estaban algo confundidos, pero el lobo de la Tierra no perdió tiempo y se concetró en su elemento. Mientras tanto, los lobos lo observaban. Después de un tiempo, Flecha Gris abrió los ojos y condujo a los demás Aräiam hacia una de las galerías, y se detuvo delante de la pared de roca.

- Aquí es, pero está cerrado. No se si seré capaz de abrir un hueco, ya que el muro de roca que separa este lado del otro es muy grueso.

Pero Kira también tenía la solución a aquel problema.

- Kora, crees que puedes derretir el muro?

 Kora no dudó ni un solo momento. Sus ojos echaron chispas mientras derretía el muro de piedra. Después de unos minutos, la loba había abierto el paso hacia la galería pero el coste de energía fue muy grande.

En la piel del lobo PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora