Capítulo 8

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Un nuevo día comienza para Tara que no pudo pegar ojo hasta las ocho de la mañana debido a que su mejor amiga aún no habia llegado a casa.

Cómo sabeis Alex despareció con Harry, su ex novio. Bueno es relativamente porque después de estar con Harry estuvo con Butler.

-Alexandra.

-¿Que quieres pesada?

-Tía no me vuelvas a hacer eso, estaba super asustada.

-Tía lo siento.

-No pasa nada, pero no lo vuelvas a hacer.

-¿Que hora es?

-Son las cuatro de la tarde Alex.

Tara se levanta de la cama de impulso aunque el sueño puede con ella. Sólo ha dormido ocho horas, y la noche fue bastanta larga. Le pesa la cabeza y tiene una sed que se bebería un tanque entero de agua, todos conocemos cómo es la resaca. Aunque su dolor de cabeza no solo es por los efectos segundarios del alcohol, si no también por todas las vueltas que le dió anoche a su beso, mejor dicho a sus besos con Justin. Sabe que no fue lo correcto porque quedó cómo una chica fácil cuándo bebe, pero tiene claro que lo de anoche no fue el comienzo de ninguna historia, ni nada por el estilo. Fue un lio rápido y punto.

Tara se mete en la ducha intentado despejar sus ideas, pero no puede sacarse el beso de la cabeza, ni mucho menos las palabras de Justin. A ella le gustaba y viceversa, eso estaba claro. Tara estaba empezando a sentir por Justin, algo raro más que odio, un sentimiento contradictorio.

Tras una media hora contada por el reloj de su mejor amiga, Tara sale del baño.

-Tara tía...

-Dime.

-¿Que cojones te pasa?

-¿Amí? Nada.

[...]

Alex ya se ha ido de casa de Tara. Y la verdad estaba más feliz de lo normal. ¿El motivo? Alex ha vuelto con Harry, si, forma parte del grupo de los estúpidos pero él es diferente a los demás. Es distinto. No se mete con la gente por sentirse mejor, ni fuma ninguna sustancia extraña. Es él en cada momento y realmente es lo que más le gusta a Alex, que siendo cómo es sus amigos le siguen aceptando.

Narra Tara.

No sé que hacer y toda la habitación me da vueltas. No me encuentro bien, y necesito dormir sólo que el beso me sigue quitando el sueño. ¿Porqué razón le doy tantísima importancia? No sentí nada especial. Sentí lo mismo que cuando me besé con mi hermano Mike por equivocación. El sentimiento fue nulo.

Necesito desconectar y vuelvo a descolgar mi guitarra. Dos días seguidos no es una buena señal. Toco por entretenimiento, pero también cuando estoy mal, y necesito liberarme.

Acordes por aquí. Y acordes por allá. Nada claro sale. Sólo un conjunto de notas que no me van a llevar a ninguna parte.

Es hora de demostrar todo lo que sé. Y comienzo a tocar Diamonds de Rihanna. Me tiré dos semanas para poder aprenderme todas y cada una de las notas, porque la letra ya me la sabía. Es una idola. Y es mi idola. Quizás algun día yo sea cómo ella, pero sólo quizás.

-Tara. -Mike toca la puerta y despues la abre.

-¿Que quieres Mike? -le digo dejando de tocar.

-Tienes visita.

-Que pase.

Y no miro a la puerta. No tengo ganas. Aunque mis pintas son algo considerables. Mi pantalón corto del pijama, con una camiseta corta y un moño deshecho debido a que no me apetecía peinarme más de lo que estoy. Y no me preocupa quien sea, quizás sea Alex otra vez, o mi abuela, quizás sea alguna de las vecinas del barrio, o algun amigo del Mike con el que me llevo bien. Aunque de esos hay pocos.

-Weasly. -es la voz de Justin

-¿Que cojones haces aquí Justin?

Y suelto la guitarra. No entiendo nada. ¿Que hace aquí? ¿Que quiere? ¿Porqué? Que se large...

-Buenos días a ti también.

-En todo caso buenas tardes... ¡Largate!

-Anoche no decías eso...

Y ¡Zas! en toda la boca. Este tipo de reproches son los que yo quería quitar del medio. Ahora el tira y afloja será mas intenso que antes y más sabiendo que los dos nos gustamos, y que lo que más nos gusta a uno del otro es este caracter.

-¡Que te larges!

-Sólo venia a darte esto. Se te perdió anoche cuando te fuistes.

-Anoche, anoche y más anoche. Miller, lo de anoche no significó nada. -me levanto y me coloco enfrente de él- Te dije que no soy fácil. Un beso guarro, con un estúpido cualquiera. Vuelve a tu habitat, quizás tu jaula de perros te esté esperando.

-Eres una borde.

-Y tu un estúpido inmaduro. ¿Que te crees que no sé a lo que has venido? Miller, Miller... Sé mucho más que tú.

-Bueno pues si tanto sabes, como tu dices -se acerca más a mi- dime a que he venido.

-Anoche me quedó claro que te mueres por mis huesos. Y la tortillas se ha dado la vuelta, esta vez soy yo la que tiene en la palma de su mano a uno de los estúpidos.

-Eres lo más egocentrico que pisa la Tierra...

Y se va. Sé que he sido dura. No es mi mejor momento y quizás lo haya pagado con él. Odio al tipo de chicos cómo él. Si se cree que me tendrá en su mano al segundo día de comerme la boca, lo lleva claro. Poco a poco si quiere y a mi ritmo, aunque realmente eso él no lo sabe.

Ahora me siento mal. Quizás me haya pasado demasiado con él. En el fondo nunca me ha hecho daño. Bueno, quizás con alguno de sus comentarios, pero sinceramente que me llamen lesbiana no me afecta, no es verdad, así que me es indiferente.

-Justin... -salgo al pasillo a buscarle, esta a punto de bajar las escaleras- Ven. -se acerca a mi.

-¿Me vas a montar otro numerito?

-Lo siento, creo que me he pasado... Pero ahora vete, no quiero verte más por hoy.

Se acerca a mi, estamos a escasos centímetros, acaricia mi cara y eso hace que trague saliva sonoramente, él sonríe maliciosamente y se acerca a mi oreja.

-Poco a poco Weasly. -me susurra.

-Sal de mi habitación. -le digo en un tono nervioso.

Justin se aleja de mi y sale, cierro la puerta y apoyo mi espalda en ella, llevo mis manos a mi cara y resoplo. Parecemos novios, y eso realmente me asusta.

No sé que voy a hacer con mi vida, este chico me está volviendo completamente loca. Es cómo si me estuviese enamorando con odio. Y cada día que pasa mis pensamientos se lían más y más, cómo el garabato que pinta un crío diciendo que son su mamá y su papá.

No sé dónde me he metido, solo sé que de aquí, quizás no sea capaz de salir sin heridas, pero creo que valdrá la pena.

Por una vez, va a ser Tara Weasly la que lleva los pantalones.

Del odio, al deseo. - Cameron Dallas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora