Capítulo 18

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Narra Tara.

Son las siete de la mañana y mi radio ya suena. Toda la casa está revoluciada. Hoy es el primer día de clase después de las vacaciones de verano. Ya le echo de menos, no sé cómo pude enamorarme de él después de tanto odiarle. Fue algo raro. Demasiado raro diría yo. Tan raro que sigo afirmando que me enamoré con odio.

Este es mi último año en el instituto, segundo de bachillerato. Estoy deseando acabar y poder irme a Nueva York a estudiar fotografía y así poder pasar con el los trescientos sesenta y cinco años del año.

-Tara, ¿cómo lo llevas?

-Cada día se hace más duro.

-No estúpida, digo que cuánto te queda.

-Diez minutos.

-Te espero abajo.

-Vale Mike.

Mike odia madrugar más que cualquier persona del mundo, su cama es su vida. Mike sigue en el instituto debido a que ha repetido este año, y tendré que aguantarle en clase además de casa aunque eso es lo que menos me importa ahora. Este verano nuestra relación ha vuelto a mejorar, es un peso menos de encima.

Narrador.

Tara se levanta y se viste con algo básico, no quiere ir mal el primer día, pero tampoco muy arreglada, se pone un jersey bastante fino y un pitillos vaqueros, sus Vans negras y blancas y coloca dos horquillas en el flequillo y su largo pelo moreno suelto, pero está indecisa asi que al final se decanta por una coleta alta. Se coloca su fular de color azul y se echa un poco de base para disimular sus ojeras. Estos últimos días, apenas ha dormido. Echa de menos estar con él y saber que al día siguiente podrá verle. Un poco de su colonia favorita, el móvil y ya está lista.

Ha tardado diez minutos tal cómo le ha dicho a su hermano mayor. Baja las escaleras sin ganas sabiendo que al final no estará el cómo los dos últimos meses que pasó en Miami, pero le queda el consuelo de que al final estará Caroline que ahora mismo es su mayor apoyo a demás de su hermano mayor, Mike.

-Buenos días mamá.

-Buenos días, hija.

-¿Que tal has dormido?

-Se puede decir que podría haber dormido mejor.

-En un mes te habrás acostumbrado Tara.

-Supongo mamá.

Coge una tostada y sin ganas le da un mordisco y le pega un sorbo al zumo de piña que le ha dejado su madre encima de la mesa. Mira el reloj y cómo cada año el primer día de clase llega con la hora pegada un poco al culo. Es rutina según ella.

-Mike vamos o llegaremos tarde cómo de costumbre.

-Ya voy.

Los dos hermanos despiden a su madre con dos dulces besos en las mejillas y salen de casa hablando de mil y un tema. Sobre todo lo mucho que echan de menos a sus respectivas parejas de este verano. Mike, está pillado de Kels aunque su fachada no permite reconocerlo y Tara salta a la vista que está enamorada de cada milímetro del cuerpo de Justin, cada milímetro de él y de su interior. Se siente vacía sin él.

-Ya hemos llegado.

-No me apetece entrar, mis ganas son mínimas, Mike.

-¿Crees que ami si? A tí por lo menos estará esperándote Caroline, pero ami una panda de estúpidos.

-Tu los elegiste, Mike.

-No, ellos llegaron ami cuando las cosas no estaban bien entre tu y yo.

Del odio, al deseo. - Cameron Dallas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora