La hermana de Lila (Cinco H.) COMPLETO

Capítulo 9

Narrador omnisciente

*En La Comisión*

Lila se encontraba en la oficina de su madre La Encargada, presentando a su primer recluta para su equipo de seguridad, nada más y nada menos que el joven Diego Hargreeves, al chico que no podía dejar de pensar desde que se conocieron.

-¿Es una broma?-

-Dijiste que podía elegir a mi propio equipo-

-Si, pero no a él, por Dios santo. Si no ves el problema en contratarlo, no estás lista para el puesto-

La Encargada al parecer no le agradaba la idea de tener a un miembro de Umbrella Academy de nuevo en La Comisión.

El moreno no sabía cómo llegó ahí y en lo único que pensaba era en su familia.
-Lamento interrumpir, pero debo irme-

-¡Calláte!- dijeron al unísono madre e hija hacia él.

-No puedo hacer mi trabajo si no confías en mi-

-Querida, tu vagina necesita anteojos. No vale la pena-

-¡Mamá!. Dios mío- dijo avergonzada -Esto quizás te sorprenda, pero no te quieren mucho aquí-

-Suena ridículo, pero continúa-

-Necesitas sangre nueva que no sea leal al viejo régimen. Vi cómo pelea Diego, está mucho mejor entrenado que los inútiles de aquí. ¿Por qué desperdiciar eso?-

Diego se encontraba completamente perdido de la conversación, miraba a Lila buscando explicaciones pero ella se limitaba a ignorarlo y seguir con su plan de convencer a su madre.

-Será mi responsabilidad- dice ella tranquilamente, la madre le da una mirada rápida al joven y éste le da una sonrisa sin ocultar su incomodidad.

-Tu hermano Cinco y yo... tenemos una historia muy pintoresca- el joven mira serio a La Encargada.

-Mi hermano tiene problemas con todos, incluido yo- le dice con seguridad y sin pestañear.

-Te preguntaré algo. En el caso de que te tuvieran a punta de pistola, ¿a quién le serías leal: a tu familia o a tus principios?-

-A mí- responde sin titubear -No soy propiedad de nadie. Mucho menos de Lila- los jóvenes se miraron por un momento.

-Puedo aceptar eso- La Encargada mira a su hija -Llévalo a la orientación y que inicie el papeleo- la joven sonríe entusiasmada -Pero, si espanta siquiera a una mosca. Tú misma vas a matarlo. ¿Entendido?-

-Gracias, mamá-

Lila y su madre sonríen ante el trato acordado, mientras que el joven Diego aún no entendía lo que hacia ahí, tenía que buscar la forma de escapar.

*En el edificio de radiotelevisores*

-¿Cinco?-

El más corpulento de los hermanos Hargreeves se encontraba acomodado en uno de los sofás. El sol ya iluminaba gran parte del edificio. Se despertó apenas escuchó un ruido, desenredó las sábanas que lo mantenían en calor y se levantó caminando hacia la cocina.

-¿Cinco?- volvió a preguntar, mirando confundido al chico de pantaloncillos enfrente de él, bebiendo de un galón agua fría -¿Cinco, qué...?- el chico lo miro aún con el galón en la boca -¿Estás bien?-

-Se está preparando- la joven Jean entra a la cocina y camina hacia la mesa, agarrando una de las manzanas y dándole una mordida.

-Tengo que estar hidratado- dice Número Cinco, guardando de nuevo el galón dentro del refrigerador.