El resto del día fue felicidad absoluta.
Jugaron tanto que se fueron a dormir agotados, ni siquiera un terremoto los podría despertar.
Ojalá no venga uno.
Y como era de esperarse, el Erick se iba a quedar.
-Oye, ¿cómo te pago?-.
-Aceptando mi cita-.
-Ya pero en serio, te debe haber costao caleta, aparte el alojamiento y...-.
Antes de que pudiera seguir hablando, me dio un piquito.
-Me gustai tanto-.
-Por dos-.
-¿No lo podi decir?-.
-Te lo digo en Disney-.
-¿O sea que aceptai?-.
-Sip, ahora vamo a dormir que tengo sueño-.
-Epa, ¿acabamos de decir que nos gustamo y te queri ir a dormir?-.
-¿Y qué queri hacer tú?-.
-El hermanito po, y no me digai que en Disney-.
-En Francia puede ser-.
-¿Me estai retando?-.
-Tómalo como querai-.
-Lo tomo como que mejor me compro unos pasajes pa la otra semana-.
Era imposible estar 5 minutos seria con él hablándome
-¿Y los niños? ¿También los queri llevar?-.
-Mejor esperamos-.