34

304 13 0
                                    

-Amor, ¿te parece en Diciembre?-.

-A ver, aquí sería primavera y allá otoño, dale-.

Si por alguna razón tienen muy idealizada la idea de casarse, quiero decirles que no es nada fácil.

Al momento de aceptar a la otra persona sí es fácil, pero todo lo que viene antes, durante y después, le agrega altas dosis de estrés.

Lo bueno es que la solución para calmarse está justo frente a tus ojos, a tu lado al despertar, y secando los platos, así que teniendo eso claro, solo queda planear juntos lo que posiblemente sea la mejor fecha de sus vidas.

En este caso, nuestra fecha era hoy.

NUESTRA FECHA ERA HOY

FECHA = BODA

HOY ME CASO CON EL AMOR DE MI VIDA.

Respiré un momento, me sequé las lágrimas de emoción, separé un mechón de mi peinado y me tomé una foto para guardar este momento, segundos antes de que mi vida cambie completamente.

Caminé bien calmadita hasta llegar al altar mientras de fondo sonaba Rest Of My Life de Bruno Mars , viendo las caras de mis panas llorando, a mis bebitos jugando con los pétalos que les sobraron, y a mi prometido a mi lado con una mirada de felicidad que nadie se la podía quitar.

Y seguramente yo estaba igual.

•••

-Bueno, yo hice mis votos como en 10 cosas que odio de ti, así que si me permiten- sonreí nerviosa mirando a mi prometido, quien con una mirada de confianza me dio el apoyo que necesitaba- Erick, Odio como me hablas y tu forma de conducir. Odio tu corte de cabello y lo que llegué a sentir. Odio tus espantosas zapatillas y que me conozcas bien. Te odio hasta vomitar, que bien va a rimar. Odio que sepas pensar y que me hagas reír. Odio que me hagas sufrir y odio que me hagas llorar. Odio tanto estar sola y que no hayas llamado aún, pero más odio que no te pueda odiar, aunque estés tan loco, ni siquiera un poco lo he de intentar.

Efectivamente como en la película, se me hizo posible contener las lágrimas.

Don't judge me, pasé de convencer a mi pololo para verla todas las semanas después de clases, a dedicarle el poema en nuestra boda.

-Rocío, desde el día en que nos conocimos me sentí el hombre más afortunado en esta galaxia y en todas las que hayan, prometo que seré la persona a la que te den ganas de contarle tus sueños sin miedo a que no se cumplan, porque sabes que a mi lado haré todo lo posible por ayudarte a materializarlos, te llevaré a Disney, a Francia, o a ver el atardecer en la playa cada vez que me lo pidas, aunque sea de broma, porque te prometo que si está a mi alcance hacerte sonreír, haré todo lo posible por lograrlo, prometo que trataré de hacerte tan bien como tú me haces sentir, y prometo que cada segundo de tu vida estarás segura de cuanto te amo, porque te lo demostraré, te amo.

¿Como se supone que no llorara cuando me decían cosas tan lindas? Por suerte pronto llegó mi parte favorita.

-Sí, acepto-.

-Sí, acepto-.

-Puede besar a la novia-.

Sonreí al ver su manera de mirarme, la misma desde que nos conocimos, y me acerqué lo suficiente como para sentir su aliento.

El beso se hizo esperar, pero valió la pena.

Cada segundo que estuve sufriendo por amor, sintiéndome sola y preguntándome cuándo llegaría mi momento, se había ido de mi cuerpo a medida que nos besábamos, confirmando una vez más que este era mi hogar.

El vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora