Prólogo

483 73 60
                                    

No sabe si está haciendo lo correcto. Espera que esto valga la pena. Ha hecho su mayor esfuerzo por ser una mejor persona siempre, pero nadie parece notarlo.

¿Qué más puede hacer? ¿Rendirse? No, esa no es la respuesta y nunca la será. Tiene que hacerlo por su familia y su persona.

Las notificaciones del celular disipan sus pensamientos. Ha estado esperando su mensaje:

Tengo lo que necesitas.

Esto le llena el corazón y es su oportunidad para tener una realidad diferente. De inmediato le responde:

As.

¿Puedes venir?

Sun.

Sí, ya voy en camino.

As.

Gracias, te debo una.

Sun.

No me debes nada, hago esto por nosotros.

As.

Y yo lo hago por mi familia.

Sun.

No nos pongamos sentimentales ahora, tenemos que ser rápidos. No quiero que nadie sospeche.

As.

Tengo todo planeado, mis amigas ya están aquí.

Sun.

Espero que todo salga bien.

As.

Si no es así, estaremos juntos, eso es lo que importa.

Sun.

Hablas como si fuera el final, pero no lo es. Gracias.

As.

A ti por no rechazarme.

Con ese último mensaje se desconecta y por primera vez en la vida, siente que hace algo importante.

Aunque a veces las intenciones tienen un efecto diferente al esperado y, sin querer, aparece un as bajo la manga.


***


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi vida entre tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora