II Capitulo 12 Kara Janeh

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Injusticia

Se cumplieron dos semanas. Janeh se levantó con dificultad, viendo la espalda desnuda de Imra sobre su cama, decidió ir hacia el baño para limpiarse la cara y prepararse para el día: los dioses escogerían a la reina.

-¿Janeh?- susurró la morena, sentándose mientras cubría su cuerpo con las sábanas

La princesa corrió hasta su litera.
-¿Todo bien?- cuestionó, posando su mano en el vientre de la mujer

-Sí, ¿tú estás bien?

-Sí- mintió, no lo estaba, ¿quién podría estarlo? después de lo que su madre le pidió, le era imposible-¿Tienes náuseas o cosas así?

-No, aún no. Me hubiera gustado que me avisaras que ibas a embarazarme, ¿sabes?- dijo entre leves risas

-¿Estás segura de que...

-Sí, boba, ya me hice la prueba- respondió contenta

Janeh sintió cómo a su corazón se le hacía un enredo que lo dejaba sin palpitar, no por lo que dijo ella, sino porque ahora su traición sería más dolorosa.

-Sólo espero que no pase lo de la última vez- susurró Imra, haciendo memoria

-No pasará- hizo una pausa para sentarse a su lado-. ¿Segura de que quieres continuar con esto?

-Claro que sí... ¿tú no?- cuestionó con un poco de temor

-¡Sí, por supuesto!- dijo con una sonrisa-, pero tú llevarás esa cosa por ocho meses, no yo.

-No le digas así- reclamó riendo un poco

-Sólo quiero que estén bien.

-Seremos buenas madres, Janeh- indicó la morena, haciendo que a la princesa se le formara un nudo en la garganta

-Ya debo ir- besó su frente-. Un sirviente te vestirá para que esperes en la iglesia- habló después de unos segundos de silencio

...

Los preparativos estaban casi listos, la gran ceremonia por comenzar. Las dos hermanas se alistaron para la elección, con vestidos deslumbrantes pero no escandalosos, les pusieron las prendas con mucha delicadeza, la tela más fina que existía.

Kara quería ser reina tanto como cualquiera y tener todos los privilegios, pero, ¿de qué servía si no podría estar con quien deseaba?

Después de ser vestida, Janeh corrió hacia la celda de Sofía, pues no quería hacerlo sin ella, siempre la apoyó, la escuchó a pesar de ser tan arrogante y egoísta.

-¡Hermana!- exclamó corriendo hacia ella

-¿Qué haces acá? Deberías estar yendo ya a la iglesia.

-Yo... yo no quería irme sin ti, Sofía, sabes que no merezco la corona, tú sí- dijo con voz áspera

-¿Pero qué estás diciendo? Has querido ser reina desde que tenías tres años, no me vengas con que no ahora- reclamó un poco molesta pues Janeh estaba arruinando su plan

-Si tú vas, te elegirán, lo sabes, tienes que ir.

-¿Por qué, Janeh? ¿Acaso recién te diste cuenta que es mucha responsabilidad?- preguntó cruzándose de brazos

Silencio.
-Nuestros padres... ellos me ofrecieron un trato que no puedo aceptar, Sofía...

-Debes tener cuidado con tus deseos, porque siempre se cumplen, aunque tú ya no los quieras. Ahora sal de aquí.

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