Kara, me estás matando II
—Tú... me mentiste— susurró agachando la cabeza, y sacudiéndola después por la punzada que sintió
—No es bonito cuando te lo hacen a ti, ¿cierto?— preguntó cruzándose de brazos y elevando el mentón
—¡Te lloré!— gritó tomándola del brazo y presionando
—¡Me abandonaste!— finalizó, enforzándose por soltar su agarre
—¡Y fingiste haberme olvidado!
—¡Te había olvidado! Lo había hecho y decidiste mágicamente regresar, ¡cuatro malditos años después!— refutó herida y molesta, lanzando una mirada mortal
—Tú no sabes qué mierda sucedió— insistió esta vez tomándola de ambos brazos para inmovilizarla
—Suéltame carajo— demandó sintiendo temor por el rojo rubí que brillaba en su rostro
Melia apareció en el balcón, con la misma mirada de rabia que Kara poseía minutos atrás. La tomó por los hombros para lanzarla hacia el escritorio. Lena aprovechó para correr a su armario donde tenía dardos de kryptonita azul, la cual anularía sus poderes sin lastimarla.
—Maldito clon— tosió la original con una mano en el estómago mientras se levantaba, elevando su puño derecho para percutir contra la otra rubia, haciendo que esta saliera a toda velocidad por el balcón, dejando una gran abertura en este
Zor-El quiso volar pero sintió cómo Lena le apuntaba con aquella arma.
—Detente, causarás una catástrofe— advirtió recargando la pistola
La rubia la miró con un poco de tristeza pero la furia pudo más, su sistema de defensa se activó más rápido de lo común. Elevó su pierna izquierda y con fuerza la regresó al suelo, haciendo que la vibración emitida empujara hacia atrás a la Luthor.
La pelea entre las dos Super continuó en el cielo, sus golpes resonaban hasta en el lugar más lejano, asustaban aún más a las personas y el calor sólo provocaba que esto aumentara. Parecía que comenzaría una tormenta eléctrica por las luces rojas y azules que veían, pero no eran más que la visión de calor perteneciente a las dos contrincantes.
—¿Cómo te atreves a siquiera acercarte a ella?— gritó Melia tomándola desde atrás para hacerle una llave
—Pues solía cogérmela, no es para menos— respondió arrogante, sintiéndose sucia por decirlo de esa manera
—Estúpida— gruñó para hacer más fuerte su agarre e intentar quebrarle el cuello
—¡RD!— gritó Lena desde el balcón, pues podía ver cómo el oxígeno se le estaba agotando a Kara mientras sus piernas y brazos se sacudían sin parar
—Déjalas— susurró Alexander llegando por detrás—. Quiero ver quién gana esto.
La Luthor lo miró de mala manera, acercándose más al borde para ser mejor escuchada
—¡Ya para!— casi sollozó, el rencor hacia la rubia seguía presente pero su cariño hacia ella también —. ¡Detente! ¡La matarás!— repitió esta vez más asustada
Melia frunció el semblante, y simplemente dejó caer a la original hasta que chocó contra el suelo provocando un gran agujero en este. El clon descendió frente a Lena, aún con aquella expresión de enojo, la encaró sin decir nada, después giró hacia Alexander que tenía una sonrisa sínica en el rostro, por último, pudo ver a Felicity aterrada desde la puerta de la oficina. La copia se cuestionó, soltó a la original y fue tras su rubia.
—Felicity...
—No... te me acerques— dijo firmemente haciendo una pausa, con el ceño fruncido por el miedo
El mayor de los Luthor volvió a estallar en carcajadas burlonas que resonaban en toda la habitación mientras se dirigía al balcón para ver cómo Kara terminó desmayada en aquel lugar.
RD lo miró con rabia, cansada de recibir sus órdenes, harta de que por su culpa tenía que ser la villana, se acercó por la espalda para golpearlo pero él fue más hábil y sacó una pistola desde dentro de su traje.
—¿Qué harás?— preguntó aún riendo—. ¡¿Qué harás?!— gritó enfurecido y volviendo a carcajearse después
—Matarla— respondió resignada, viendo un punto fijo en el suelo
Las dos espectadoras quedaron desconcertadas, Lena por un lado no comprendía la actitud sínica de su hermano, mientras que Felicity quedaba más y más confundida porque Melia no actuaba como la mujer que le hizo el amor a penas hace unas horas.
—No— interrumpió la Luthor segundos después cuando volvió a ser consiente de lo que sucedía—. No la vas a lastimar.
—¿A pesar de todo lo que te hizo, Lena?— preguntó Lex, enojado y apuntando su arma hacia la rubia que estaba en el suelo
La pelinegra la miró y recordó la forma en la que dolió su abandono, dolió pensar que sólo fue utilizada, dolió haber creído realmente ser querida a pesar de sentirse insuficiente. Pero lo que más le quemaba por dentro era saber que Kara aún la quería y era mutuo.
...
Sofía caminaba junto con Andrea, mientras se sacudía la cabeza por el dolor y pensamientos sin sentido que querían ganarle.
William, el abogado pretendiente de Rojas se le acercó.
—Ese vestido resalta muy bien tus atributos— le susurró en la oreja y luego cobró una postura arrogante mientras sonreía de lado
—Qué cumplido tan básico— refutó Sofía, pero en un tono muy bajo, esperado que no la escucharan del todo
William la miró de mala manera pero no le importó y siguió insistiendo con la pelirroja.
—Nos vemos esta noche— dijo acercándose para darle un beso suave en la mejilla
La rubia hervía por dentro, sin pensarlo presionó su mandíbula y lo observó mientras se iba lentamente.
—¿Todo en orden?— preguntó Rojas, notando su explícita expresión facial
—Claro— respondió sin titubear. Su transporte estaba tardando un poco en llegar—. ¿Te invitó a comer?
—¿William? Sí.
—Se nota que le gustas— comentó y sus celos podían notarse a millas del lugar
—¿Hay algún problema con eso?— cuestionó confundida ladeando la cabeza y frunciendo el ceño pues no comprendía la molestia de la rubia
—No.
El chofer llegó justo a tiempo para cortar con ese incómodo momento, el recorrido a la prisión fue silencioso, bastante en realidad.
Al llegar, el padre de Bundy no le decía más que incoherencias, haciendo que el enojo de Sofía sólo incrementara cada vez más.
—¡Ya les dije que yo no sé nada!
—¡Es tu hijo! ¡¿como puedes ser tan egoísta?!— gritó Zor-El presionando la mesa de metal que era lo único que podía separarlos
—Mira, rubia linda, no me interesa si estás con tu periodo, así que cálmate, las feromonas se huelen hasta aquí— soltó otra cosa más que no tenía sentido alguno
Sofía abrió la boca aún más molesta y confundida, se puso de pie en menos de un segundo, su vibra era fuerte y su mirada letal.
—Escucha, imbe...
—Tomemos un descanso— interrumpió Andrea, tomándola del brazo derecho e intentando sacarla del lugar
—Hazle caso a la de lindas tetas— musitó cruzándose de brazos y apoyándose un su silla mientras levantaba sus pies por sobre la mesa
La kryptoniana explotó irritada, no sabía qué le provocaba tanto odio pero necesitaba soltarlo de alguna manera, elevó su puño izquierdo y con fuerza lo estalló contra la mesa, provocando un sonido tan fuerte que hizo retumbar la habitación, y una leve abolladura en el metal, dejando en shock al padre de Bundy.
—Ya basta— reclamó Rojas un poco asustada, sacándola con todas sus fuerzas de aquella habitación y apoyándola contra la pared más cercana que encontró—. ¿Qué fue eso?— preguntó con la duda muy clara en su pálido rostro—. ¿Qué está pasando? Nunca te vi actuando así.
—No está colaborando, a Bundy le queda poco tiempo...
—Oh no, no quieras engañarme con eso. Algo te sucede, estás rara desde la mañana.
—No es nada— bufó poniéndose una mano en la frente—. Necesito espacio—, dijo esforzarse por mantener la calma.
—¿No es nada? ¿Sabes que sin el testimonio y las firmas del padre, Bundy no tendrá otra opción que la correccional?— reclamó enojada
—Sí, lo sé.
—¿Entonces por qué parece que no te importara?
—¡Claro que me importa!
—¡Dime cuál es el problema!— exigió la jefa, ya un poco más enfurecida por el grito que recibió
—¡Tú!— gritó la alienígena. Entonces el semblante de Andrea cambió por completo, ya no estaba molesta, sino triste, herida; sus ojos se achicaron y bajó levemente la cabeza hasta ver el suelo—. Que estoy enamorada de alguien que olvidó quién soy. ¡Ese es el único y maldito problema!— finalizó Sofía con labios temblando y los ojos buscando un punto fijo en dónde mirar, sin recibir respuesta salió del lugar
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Triple Click
RomanceUna es arrogante, la otra un desastre, la última es una cuna de intelecto; podrá una de las princesas conquistar a Lena Luthor, hija de un empresario multimillonario reconocido mundialmente, la única mujer en la que tenían rotundamente prohibido fij...