Entre nosotros ⁂Trump x Putin ⁂

8

Vladimir miró su reloj. Ya pasaban 5 minutos desde la hora acordada para el inicio del encuentro. Éste era el segundo encuentro oficial entre él y Donald, y el primero que ocurría en un tercer país, Finlandia. Esperaba que Donald no hubiera hecho ni dicho nada ridículo en las noticias sobre este encuentro, sobre todo teniendo en cuenta que habían acordado reunirse únicamente en presencia de sus intérpretes, los que a su vez habían recibido instrucciones para desaparecer por una puerta lateral de la sala en cuanto las puertas de ésta se cerrasen.

En ese momento, apareció Donald, seguido por su intérprete, y el presidente finés. Se saludaron entre todos, Niinistö se disculpó por haberse excedido algo del tiempo delimitado en su reunión con Donald, y salió del salón. Las puertas se cerraron. Yuri, su intérprete, indicó al intérprete estadounidense que salieran, y así lo hicieron.

Finalmente, Donald y él estaban solos. Donald se acercó a besarle, lo que Vladimir aceptó, pensando que sería simplemente un beso rápido, y se pondrían a trabajar. Sin embargo, Donald continuó besándole. Vladimir consiguió separarse de él:

-¿Qué haces, Vovka? Te he echado de menos este mes y medio. Ayer fue terrible. Tener que verte rodeados de nuestras delegaciones, sin ser capaces de hablar como queremos...

-¿No te pensarás que vamos a pasar una reunión de una hora y media haciéndolo, no?

-¿Cómo? ¿Entonces para qué has hecho que esta reunión sea entre los dos, sin nadie más?-Donald estaba confuso. ¿Iba Vladimir a romper con él? Pensándolo fríamente, era probable. Tras enseñarle por qué, en ocasiones, las nuevas tecnologías eran deseables, sobre todo si estabas manteniendo una relación secreta a distancia, Vladimir ni siquera había vuelto a intentarlo. Era la primera vez que se veían desde el primer encuentro, y desde entonces Vladimir no le había enviado casi ningún mensaje, y no respondía a los suyos casi nunca. Aún así...

-Porque hay temas importantes que tratar, de presidente a presidente, que es preferible hacer sin que la delegación lo sepa.

Ah. Ahí estaba. Donald había tenido muchas relaciones, y, en las pocas veces que habían roto con él y no al contrario, siempre se empezaba con el discurso de "tenemos que hablar de x a y". Volodya siguió hablando antes de que Donald pudiera decir nada:

-Por ejemplo, las tensiones en la guerra civil siria entre tu administración y la mía. Como ya dije ayer, Rusia no acepta la salida de las tropas iraquíes de Siria, y no entiendo en qué momento se te ocurrió estar de acuerdo con eso. La última vez que hablamos del tema, estabas de acuerdo conmigo, pero volvemos a hablar del tema, y cambias de opinión. Podrías mantener una postura...

-¿Perdón? -Donald le cortó. De todo lo que se estaba imaginando, no se esperaba que Volodya estuviera, de hecho, teniendo una reunión sobre asuntos políticos con él.

-¿Qué pasa? ¿Desde cuando tienes una opinión distinta acerca del tema? ¿Cuál es el problema?

-¿En serio estás hablando de la guerra siria cuando estamos solos, después de un mes sin vernos, y casi sin hablarnos?

-Sí. Es un tema reciente de conflictos, además de ser el más importante, y ya que no nos pusimos de acuerdo en la reunión con nuestras delegaciones, cara a cara podríamos llegar a una postura intermedia, sin más gente interviniendo.

-¿Y para eso tratas esta reunión como si fuera un secreto de estado, sin nadie más? Porque yo pensaba que íbamos a estar haciéndolo, no hablando sobre temas que podemos volver a tratar mañana-
Vladimir no se lo creía. ¿Realmente pensaba Donald que podían dedicarse a hacerlo durante hora y media, sin que nadie cuestionara lo que hubiera pasado en la reunión? Si tenían que llegar a algún acuerdo era precisamente para que pareciese que la reunión era para llegar a acuerdos políticos, no para follar.

-Donald, tenemos que hacer algo para que parezca que la reunión está justificada, no seas tonto.

-Yo no soy tonto, y precisamente por eso me niego a hacer nada hasta que no te disculpes.

Vladimir no pensaba que podía llegar a un estado confusión mayor, hasta que Donald le dijo eso.

La reunión ya iba a ser sospechosa, sin importar a los acuerdos a los que se llegara, y ahora tenía que disculparse por intentar hacerlo parecer más normal, aparentemente.

-Disculparme por que, ¿por salvarte el culo para que parezca que hacemos algo y no te critiquen? Te recuerdo que el de la libertad de prensa eres tú, Donald, y no eres precisamente popular para ella. Esta reunión la van a criticar sí o sí, y prefiero que al menos se llegue a lago para que no exista tanta especulación...

-¡Tú y tus historias! Que si la prensa por aquí, que si el trabajo por allá... ¿No te has parado a pensar que a lo mejor me jode que hayas pasado de mí durante un mes, para que luego, en cuanto estamos solos, te pongas a hablar de la guerra siria?

-¡Es que "el trabajo", como tú lo llamas, es ser presidente! ¡Y no de un país cualquiera, si no de las dos potencias más grandes del mundo! Si no hacemos nuestro trabajo, las vidas de muchas personas se arruinarán. ¡Y ninguna relación, por muy bonita que sea, se antepondrá a mis responsabilidades!

-¡Yo no te estoy pidiendo eso, Volodya! ¡Te estoy pidiendo que exista una conexión mayor que "sí", "no", "puede" y "tenemos que hablar sobre la guerra siria"! ¡Te estoy pidiendo que, después de un mes sin vernos, haya algo más de cariño, y de conexión, y que no sea ponerse a trabajar inmediatamente! ¿Crees que no sabía con quién estaba empezando a salir?

Volodya se paró. Si Donny era capaz de hacer algo, era de hacerle recapacitar, y hacerle ver las cosas desde su punto de vista. Y ahora que lo pensaba, era verdad que casi no había hablado con él desde el mes pasado, y que cuando lo había hecho no había seguido la conversación. Y, de hecho, probablemente era peor, teniendo en cuenta que Donald le había enseñado a hacer "sexting", y no lo había vuelto a intentar. Era cierto que había estado muy ocupado, pero no tanto como para ser incapaz de haberle enviado algo más, algún recuerdo de su amor o algo así.

-Probablemente tienes razón.

Donald le miró, extrañado. ¿Le había hecho pedir perdón? La verdad es que no se lo esperaba, teniendo en cuenta lo cabezón que Vladimir era siempre.

-Supongo que tú también tienes razón con lo de esta reunión.

-Bueno, entonces, ¿nos ponemos a negociar?-Vladimir le miró, sonriendo débilmente, como un niño que quiere cambiar de tema después de pedir perdón a su amigo.

-De acuerdo.

Tras un largo rato negociando, sobre diversos temas, ambos consiguieron llegar a acuerdos que eran necesarios negociar. Vladimir miró la hora.

-Es tarde, quedan 10 minutos programados.

-Me da igual. No me has hecho hablar de política durante más de una hora para no recibir mi premio.-Donald sonrió, y le guiñó el ojo a Vladimir. Vladimir le sonrió de vuelta.

-¿Y en qué premio estás pensando exactamente, Donny?

-Supongo que ya te lo imaginas, Vovka.

Vladimir se levantó de la silla, acercándose lentamente hacia Donald. Él, a su vez, también se levantó. Se encontraron a medio camino, y empezaron a besarse, tan apasionadamente o más como el primer beso que había tenido lugar en esa sala. Se separaron, con la respiración entrecortada. Vladimir guió a Donald hacia la mesa que había en el lado opuesto de la sala, y se recostó sobre ella.