5

1.3K 71 56
                                    

Vladimir estaba cubriendo el cuerpo de Donald, que estaba contra la mesa. Aunque Donald era más alto y corpulento, Vladimir era más fuerte, y le había pillado desprevenido.

-Qué... ¿Qué haces? No... No podemos hacer esto ahora, Vovka... - Donald, al notar el bulto contra su muslo, se retorció, lo que únicamente hizo que Vladimir le agarrara más fuerte por sus muñecas.
-Podemos, pero no debemos - Vladimir remarcó.
-¡Oh, no me vengas ahora con eso! ¿Qué pasa si no quiero?
-Parece que el pequeño Donny no está de acuerdo con esa afirmación... - Dijo Vladimir, que había introducido su mano en los pantalones de Donald, y ahora estaba tocando suavemente su pene, erecto. La verdad, Vladimir lo tenía más grande, pero la diferencia tampoco era demasiada. Aún así, a Vladimir le gustaba llamarle así, lo que molestaba algo a Donald.

-¿En serio? Bu... Bueno, vale, si insistes...- Donald estaba jadeando.

Vladimir se separó de él. Se quitó la chaqueta y la camisa. Donald aprovechó para quitarse la chaqueta, pero antes de que pudiera quitarse la camisa, Vladimir volvió a lanzarse contra él, arrancándosela. Le agarró por los hombros, y le llevó bruscamente contra la pared. Comenzó a besarle, mientras recorría la espalda con las manos. Donald gimió, y cortó el beso, para dirigirse a la oreja derecha de Vladimir.

-No sé, diría que necesitas algo más de ayuda...

Vladimir, dejándose llevar por el placer, apoyó su cabeza en el hombro derecho de Donald, mientras respiraba fuertemente. Comenzaron a quitarse los pantalones.

-Y diría que soy la persona indicada para ese trabajo...

Vladimir hundió la cabeza en el cuello de Donald, gruñendo sonoramente, mientras sus miembros se frotaban el uno contra el otro.

-Si quieres, podría...

No le dio tiempo a terminar la frase. Vladimir lo giró, volviéndole a tumbar contra la mesa.

-зелёный?-preguntó.

Donald le miró extrañado. Vladimir puso los ojos en blanco.

-Verde, Donald.
-Aah...-Se dio un incómodo silencio, donde solo se oían las respiraciones entrecortadas de ambos.-Sí.

Vladimir sonrió, con una sonrisa tierna. Sabía cuanto le había costado a Donald decir finalmente que sí. Se inclinó un momento, abriendo el primer cajón de su mesa.

-¿Qué haces ahora?
-Esto- sacó un frasco de lubricante.
-¿Qué? ¿Porqué tienes...?
-Previsión.
-En tu mesa de trabajo?
-Por qué no?

Abrió el lubricante, y se echó una buena cantidad en su mano.

-Voy a ir con cuidado, poco a poco.
-Ssí... Como tu veas...

Donald parecía inseguro. Vladimir no le culpaba, siendo esta su primera vez. Tras echar aún más lubricante en el trasero de Donald, introdujo el primer dedo.

-Aaaayy...-A Donald le molestaba, e incluso le dolía algo. Vladimir esperó, hasta que Donald dejara de quejarse.

-¿Ya?
-Molesta...
-Es normal, no sueles andar con cosas metidas en el culo.
-Bueno, vale. Sigue.

Introdujo el segundo dedo. Después de la variedad de quejidos emitidos por Donald, comenzó a moverlos dentro, abriéndolos y cerrándolos. Donald no se quejó ya, simplemente se removió, incómodo. Vladimir empezó a acariciar el pene de Donald.

-¿Qué haces?
-Prepararte.

Metió el tercer dedo. Donald gritó de dolor otra vez más. Cuando le pareció oportuno, Vladimir empezó a mover los tres dedos, dilatando la entrada lo más que pudo. Finalmente, retiró los dedos.

-¿Y ya?
-No. Mejor parte.
-¿Aunque la gramática del inglés sea simple, existe, sabes?

Vladimir le tapó la boca a Donald, para que dejara de hablar y se centrara de una vez. Se introdujo dentro de él. Donald gritó de dolor, por última vez en este día. Vladimir continuó acariciando el pene de Donald, de una forma que no se podía definir como masturbación, pero que resultaba sumamente placentera. El dolor se convirtió en placer.

-Cuando quieras.

Vladimir, que había estado acariciando la espalda de Donald, mientras le besaba en los hombros, comenzó a moverse lentamente. Poco tiempo después, comenzó a aumentar el ritmo, mientras su respiración se hacía más fuerte y rápida. Donald empezó a gruñir y gemir.

Entre nosotros ⁂Trump x Putin ⁂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora