Las semanas siguientes habían pasado tranquilas, Hades y Emily habían empezado a pasar más tiempo juntos. Los días se pasaban volando cuando estaba con ella, era como si todos los problemas que tenía desaparecieran en dos segundos cuando la veía. Le gustaba sentirse así con ella.
Por otro lado, en su casa las cosas estaban más tranquilas, después de ignorar a su hermano durante dos semanas había llegado un viernes en el que se había olvidado de su enojo. Había llegado tan feliz después de ver a la castaña que se había olvidado completamente de su enojo y la ley de hielo que le estaba aplicando a su hermano. Le había hablado con una energía casi desconocida para todo su entorno, era como si hubiera retrocedido dos años atrás, cuando todo estaba bien.
Las veces que se juntaba con Emily se dedicaban a hablar y psicoanalizarse mutuamente, se daban consejos e intentaban dejar de hacer lo que tanto les lastimaba, todo juntos. Ella tenía un trato con él, uno similar al que tenía con Dani. Este, en cambio, consistía en llegar a los tres meses sin lesiones y el que llegara último le debía una cena elegante al otro. Era un buen incentivo, pero ¿Sería suficiente para que Hades dejara de lastimarse? Si era por Emily seguro que lo haría, el problema es que era por él y en ese caso no creía merecer estar tres meses sin sufrir por su propia culpa. Ya llevaba tres semanas sin nada, era un nuevo récord para él y uno muy grande. Durante el último año había pasado por muchas cosas y la perdida de su entonces novia era un de ellas, el que sus amigos lo culparan y lo dejaran de lado había sido otra.
Pensar en eso hizo que recordara la conversación que había tenido con Emily la semana anterior.
-Sabes llevo mucho tiempo queriendo preguntarte algo- había empezado ella
-Entonces pregunte, señorita
-¿Por qué lo haces?- soltó ella de una manera muy directa y poco cuidadosa
-Wow, que directa. Nunca le habías preguntado eso a nadie ¿Verdad?- dijo él, tratando de ganar un poco de tiempo antes de responder
-¿Se nota mucho?- preguntó ella un poco avergonzada, decirlo de una manera tan sorpresiva no había sido su plan
-Y... digamos que un poco. Bueno, un poco mucho- dijo él riendo por lo colorada que se había puesto ella frente a esa situación
-Yo... lo siento, no tienes que contestarme si no quieres, no quiero obligarte a nada- dijo ella sabiendo lo molesta que podía llegar a ser esa pregunta
-No pasa nada, eres la primer persona que me preguntó eso directamente y la verdad lo agradezco, todas las vueltas que hace la gente para hacer esa pregunta suelen ser totalmente agotadoras- dijo soltando un suspiro largo como si estuviera recordando algo
-Sí, pienso lo mismo, pero creo que llegué a ser demasiado directa esta vez- contestó todavía un poco avergonzada mientras movía los pies muy nerviosa
-Quizás un poco, pero no tanto como crees- dijo él restándole importancia
-Me alegra oír eso- dijo con un alivio evidente
-Bueno, llegó la hora, te voy a contar la razón por la que lo hago- paro dos segundos para tomar aire, como si lo que estuviera por decir le pesara demasiado- ¿Recuerdas a mi madre?
-La verdad no- contestó ella no muy contenta con su respuesta
-Yo tampoco, recuerdo su cara por fotos y algunas videollamadas que tenemos anualmente con ella, pero esa no es mi madre. No puedo llamar madre a quien nunca me abrazó o estuvo en mis muestras de primaria, quien nunca llamó para felicitarme por mis logros o quien nunca colgó un dibujo mío en la heladera a pesar de que yo le hacía uno cada día. Yo no tengo una familia, yo tengo un grupo de robots que solo se dedican al trabajo y durante mucho tiempo creí que era mi culpa. Que yo había hecho algo mal y por eso no me querían.
-Hades, eso nunca fue tú culpa- dijo Emily sin saber que más decir
-¿Crees que no lo sé ahora? Pero estuve toda mi infancia culpándome, me metía en problemas porque creía que así llamaría su atención, pero no lo hizo. Me empecé a golpear a mí mismo cuando tenía solo doce años, pero los golpes en un momento dejaron de ser tan efectivos...
-¿Y en ese momento empezaste?
-No. en ese momento los conocí a ustedes y mi mundo cambió nuevamente, eran la razón de mi existencia. Celine ocupó un lugar que nadie había ocupado en mi vida. Y cuando pasó todo eso y me culparon a mí el mundo se me derrumbó. Ahora todos me culpaban por algo que nunca haría y mi mundo, ustedes, me dieron completamente la espalda. Llegué a pensar que realmente era mi culpa, pero no lo era. En ese momento decaí y ya no hubo vuelta a atrás. Cada día era un corte y con el tiempo me gustó, encontraba un escape de todo en el momento en que el filo del cutter tocaba mi piel y ya no había quien me pare.
Emily no reaccionó en el momento, se quedó mirando el piso durante mucho tiempo, llorando y abrazando a Hades en silencio, todo por lo que había pasado era muy injusto. En ese momento es cuando ella realmente confió en él, esa persona tan rota necesitaba alguien que lo ayude a unir todas sus piezas y ella sería quien lo haga.
-¿Y vos?- preguntó Hades con la voz entrecortada por la angustia
-Es una mezcla, ya no sé como explicarlo. Siento que es mi culpa que mis padres estén tan mal, quizás si fuera una mejor alumna o una mejor hija... Ya sabes, no pelearían tanto y su matrimonio no se estaría desmoronando. También siento que soy una mala amiga, ya sabes todo lo de Celine, pero yo no puedo evitar pensar que es mi culpa de algún modo, quizás ella daba señales y nunca las ví. Aparte de que estoy acostumbrada a ayudar a todos y desde que me siento tan mal siento que no puedo hacerlo y no sé como arreglarlo. Porque para arreglarlo debería dejar de estar mal y no sé como hacer eso. No estoy conforme con quien soy, siento que no merezco ni respirar y que si me pasara algo malo lo merecería.
Hades no sabía muy bien que decir, pero Emily agradeció ese momento de silencio que uso para tomar fuerzas y terminar de hablar.
-Sé que no es como lo tuyo, lo mío suena a un simple capricho, pero es que ya no sé que me pasa- terminó ella
-No es un capricho, si realmente lo pensas nunca va a ser un simple capricho. Nadie se lesiona por un capricho- dijo él para calmarla
Y es que no lo era, quizás sonaba como uno per él sabía que por una mezcla de tantas emociones ya uno ni sabía porque realmente estaba tan mal.
-Gracias por entenderlo, vos me estás ayudando tanto y yo no soy capaz de siquiera darte un buen consejo- decía riéndose y llorando a la vez
-Vos no te das una idea lo mucho que me ayudas- susurró él tomándole las manos en señal de que estaba con ella
Hades realmente apreciaba todo lo que ella hacía por él y día tras día intentaba acercarse más. Pero tenía miedo de que si se acercaba demasiado iba a destruir todo el vinculo que tenía con ella y eso no se lo podía permitir. Estaba volviendo a ser feliz, como era con Celine. Estaba dejando todos sus problemas en el fondo de un cajón y estaba llenando su vida con todos los momentos hermosos que vivía al lado de Emily ¿Qué podía salir mal? Ambos disfrutaban de estar con el otro y se acercaban cada vez más. Ambos estaban creando recuerdos que nunca olvidarían y eso no tenía precio para dos almas tan rotas como las de ellos.
Alaska K.
290.555 (09/04/2021 a las 21: 48 pm horario en Argentina)
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Acto Suicida ✅
Teen FictionA veces sentimos que el mundo se nos viene abajo, que no podemos más y buscamos una forma de no sentir eso. Pero a veces la forma que encontramos nos termina lastimando aún más. La gente que me ve, me suplica que siga de pie, mi pregunta es ¿Cómo l...