Emily se había levantado con los ojos rojos, había llorado casi toda la noche. Sabía que con un poco de maquillaje se podía arreglar, no iba a ser un cambio mágico, pero un poco de corrector iba a ayudarla notoriamente. Y con un poco de esfuerzo ya no parecía muerta, sólo un poco cansada.
Estando más conforme con su imagen se preparó para la escuela. No importaba que remera usara. De todas formas la campera, que ella misma se había obligado a usar, la taparía.
Mientras se arreglaba, muy poco sabía de que a sólo tres calles un chico pelinegro se estaba cuestionando si debería hacer lo mismo. Quizás si tapaba un poco su miseria la gente lo vería diferente. Con intentarlo no perdía nada, y si no funcionaba mañana podría volver a su patética imagen. Por el espejo pudo ver que Eros hacía algo similar, Hades no lograba entender como podía seguir tranquilo con toda esa mierda en la conciencia.
La cuestión es que Eros estaba de todo menos tranquilo, no había día que no se sintiera la peor persona del mundo, pero tenía que mantener la casa unida y si la única forma era mantener una buena imagen lo haría. Ser el peor de la familia, pero ser un orgullo ante los ojos de los extraños lo estaba matando.
Por otra parte, Daniel estaba poniendo el marcador otra vez en cero. Emily no era la única que contaba los días, Dani estaba por llegar a los veinticinco días limpio, pero la fiesta en su casa lo ayudo a perder todo ese logro.
El resto de los chicos tenían una mañana normal, muchos ni siquiera se habían despertado, no todos tenían que prepararse para aparentar estar bien. Al llegar al colegio la farsa comenzaba, las falsas sonrisas aparecían. Y aunque para la mayoría el colegio es como una cárcel, al sonar la campana de inicio de clases empezaba el escape de muchos.
(...)
Emily caminaba despacio mientras analizaba a todas las personas que se le cruzaban. Les inventaba una historia respecto a como se mostraban ante la sociedad, con sólo verles alguna expresión fuera de lo común era suficiente para que su imaginación fluya.
-Hola Em
El saludo de Diana hizo que vuelva a la realidad, la imaginación podía esperar.
-Hola Diana ¿Todo bien?- dijo a modo de saludo ella
-Lo normal, nunca me pasa nada muy interesante ¿Vos estás bien?- preguntó la chica un poco preocupada por la cara de su amiga
-Sí, sólo tengo un poco de sueño
-Amiga vivís durmiendo y siempre tenes sueño- le dijo ella entre risas, la situación ya era costumbre
-¿Qué te puedo decir? Mi espíritu animal es un panda- contestó con una sonrisa forzada Em
-O un perezoso- se burló su amiga
-Muy graciosa- le contestó con mala cara ella
Siguieron su camino en silencio. Diana y Emily parecían tener personalidades muy diferentes. Mientras Diana se veía extrovertida y muy amigable, Emily daba una imagen más seria e intimidante. Ambas tenían su coraza, pero de maneras totalmente opuestas.
Diana con su felicidad que hacía caer a cualquiera en la idea de que era fácil de manipular, cuando ella podía manipular a quien quisiera. Y Emily con su imagen de "nada puede lastimarme" siendo la primera en irse a llorar al baño cuando algo le duele. ¿Ellas? Eran el claro ejemplo de una coraza viviente.
(...)
En la clase de historia las cosas se complicaron. No estaba prestando atención en absoluto, en su cabeza sólo pasaba la secuencia de la noche anterior. Sus ojos ardían y la sensación de desesperación aparecía, querer gritar que necesitaba ayuda pero no querer molestar a nadie. Las lagrimas amenazaban con salir y el nudo en la garganta se hacía presente. El alivio de que nadie la este viendo pero la necesidad de salir de ahí, toda esa mezcla la estaba consumiendo.
Levantó la mano esperando que la manga de su campera se quede exactamente donde esta, de no ser así quedarían a la vista cosas que nadie, y mucho menos su maestra, quería que vea.
-¿Si Emily?- dice y al ver los ojos de la chica su expresión cambia completamente.
Es verdad que Em no estaba en las mejores condiciones, pero por la cara que había hecho parecía que nunca había visto a una adolescente llorando.
-¿Puedo ir al baño?- pregunta lo más rápido que puede, intentando que no se note en su voz que estaba llorando.
-Si, vaya tranquila- le contesta la profesora, todavía con los ojos demasiado abiertos.
En ese momento todo lo que estaba intentando contener salió a la luz. Por eso salió prácticamente corriendo del aula, cuando estaba pasando adelante de secretaría escuchó que Fran la saludaba, pero ella ya estaba muy lejos. Ya no escuchaba nada, los gritos eran sonidos lejanos sin sentido, ella solo corría para llegar al patio del colegio.
Cuando llegó al colapso, se encontraba en el suelo llorando, cuebriéndose la cara con las manos, para no mostrar lo débi que estaba en ese momento. Un grito sale de su boca, ella ya no se reconoce. Cansada de todo le pega al piso, como si el dolor en los nudillos le arreglara la vida.
"Al menos no soy yo, al menos no me estoy tocando ni un pelo" esas eran las palabras que se repetía mentalmente. Buscando, con las manos temblorosas, un pañuelo en los bolsillos de su campera encuentra lo que menos debería tener cerca en estos momentos.
-No Emily- se dice en voz alta mientras lo tira lejos de ella, sin ver en donde cae para que le cueste encontrarlo, o para nunca más encontrarlo...
En el momento en que encuentra los pañuelos se para, mientras se seca las lágrimas y se arregla un poco el desastre de maquillaje que tiene en la cara.
Después de calmarse solo un poco, se abraza a ella misma. En esos momentos ella era el único pilar que tenía. Por el movimiento las mangas se levantan un poco, dejando a la vista un par de marcas, hoy no se había esforzado demasiado en taparlas. Esas malditas marcas, que ojalá nunca se hubiera hecho, así nadie podría ver como se estaba rompiendo.
Lo que ella no sabía era que alguien la estaba viendo, en ese preciso momento todos sus miedos se estaban volviendo realidad y ella no tenía idea. Todos los intentos de fingir una sonrisa empezaban a ser totalmente inútiles, sin saberlo le estaba mostrando a alguien la versión más débil de ella misma. Toda la puesta en escena se estaba desplomando en solo unos segundos.
Alaska K.
N/A: Cada vez que suba un capítulo voy a poner el número de suicidios que van en el año hasta el momento (desde que empecé a editar la historia hasta que subí el capítulo), con la idea de que la gente entienda lo rápido que suben y que no es un tema menor.
290.555 (09/04/2021 a las 21: 48 pm horario en Argentina)
440.917 suicidios a nivel mundial en lo que va del año hasta el momento (31/05/2021 a las 02:15 am horario en Argentina)
ESTÁS LEYENDO
Acto Suicida ✅
Teen FictionA veces sentimos que el mundo se nos viene abajo, que no podemos más y buscamos una forma de no sentir eso. Pero a veces la forma que encontramos nos termina lastimando aún más. La gente que me ve, me suplica que siga de pie, mi pregunta es ¿Cómo l...